Samantha
Crecí en una familia especial, donde los deseos se hacían realidad gracias a mi hermano Estefan, donde ningún sentimiento podía esconderse gracias a mamá, donde se podía ser extraordinario sin necesidad de hacer grandes cosas.
Cuando nací mis hermanos no esperaban una pequeña más en la familia y mucho menos una niña.
Mi madre me cuenta que el más feliz era Gabriel, era quien se encargaba de cuidarme y enseñarme todo lo que debía saber, el creía que yo sería como el, ya que al principio yo era muy callada, escucha voces por todos lados, creía que era mi voz interior, hasta que me cuestione a mí misma y le pregunte a Gabriel si escuchaba lo mismo.
Cundo pude expresarle aquello a Gabriel, el me explico lo que sucedía y junto a el viajamos a lugares divertidos sin necesidad de pagar una entrada, yo podía llevarlo a donde él quisiera, por eso mismo siempre estaba junto a él y el junto a mí.
Siempre fuimos solo él y yo, él siempre estaba para mí, decir verdad yo no entendía que él era normal, hasta el día en que se fue.
Me dejo totalmente sola fue como si una parte de mi hubiese sido arrancada, quien le daba color mi vida se fue me dejo en una triste escala de grises, mientras más me veías más triste te ponías.
Es triste que ya no puedas tener a alguien contigo porque murió, pero es aún más triste que esté vivo y no quiera tenerte.
Todo lo que quería era escucharlo llegar a mi cuarto, porque si pudiera ver su rostro una vez más seria inmensamente feliz, ya ni siquiera recuerdo su último adiós, solo recuerdo que ese día llore toda la noche estaba sola sin él. ¿No me quería lo suficiente? ¿Por qué me dejo? Todo lo que quiero y lo que necesito saber es porque me dejo sola a mí.
Si tan solo pudiera volver a aquel día, él era quien me ayuda a ser mejor, una parte que se fue con él, tomo mi esencia y se la llevo con el.
Los días comenzaron a pasar, uno tras otro; seguían un ritmo sin fin que era obligada a perseguir, no tenía razones para seguir hasta que me encontré a Estefan en el pasillo, bueno el me encontró a mi buscando algo que comer a las cuatro de la madrugada.
—Aun no duermes— fue lo que pensó Estefan al verme levantada.
Recordé que esa era nuestra manera de comunicarnos entre Gabriel y yo.
—No puedo tu ruido mental no me deja dormir.— le digo y él me sonríe volviendo a contestar en su mente.
—y tus audífonos
—se quedaron sin pila, aparte aunque quisiera no puedo dormir.
—¿quieres dormir conmigo? Como cuando eras bebé— él me sonríe y asiento con la mirada.
Desde entonces me volví más cercana a mi hermano Estefan, nos volvimos inseparables, me enseño mi valor y que sin Gabriel y sin cualquier persona que no sea yo misma puedo existir.
Mis poderes se desarrollaron más de lo que ya estaban, gracias a la confianza que empecé a tener en mi misma con la ayuda de Estefan y mi papá.
Mi madre me dijo que soy la más poderosa de la familia, si yo lo deseo puedo ser imparable, cuando me quebré por lo de Gabriel, fue como si volviera a nacer, más fuerte, poderosa e indestructible que antes.
Ahora que ha vuelto Gabriel, no tengo ni la menor idea de cómo comportarme, me siento como si tuviera que ser la persona que fui con él.
Cuando estaba esperando a Estefan de su cita con Katherine, alguien bloqueo mis poderes, lo sé porque de repente todas las voces se quedaron en silencio, me sorprendió ya que nunca he convivido con otras personas que no sean mi propia familia, pero cuando sentí su brazo rozar mi espalda, deslizándose para abrazarme.
Sentí miedo, su presencia, su voz, su porte y su apariencia provocan miedo en mi ser me congele por completo.
—Hola pequeña— su voz me asusto, la había olvidado por completo, cuando voltee lo mire sonriente.
—¿T...tu?
—Hola pequeña mugrosita ¿me extrañaste?— se acercó a mí para abrazarme y me sentí invadida.
No correspondí a su abrazo, me sentía forzada y en peligro, el bloqueo mis poderes, los esta bloqueando, me siento desprotegida, a lo lejos veo a Melanie que se acerca y toma mi mano.
De alguna manera me siento segura cuando nuestras manos se rozan.
—¿Todo bien?— Melanie se nota preocupada y Gabriel aun no me suelta, la mira a ella con resentimiento.
—¿tu quién te crees para tomar a mi hermana de la mano?— Gabriel la avienta, desearía saber lo que está pensando. Observo a Melanie y parece que está por llorar.
—Déjala— Me estiro para volver a tomar la mano de Melanie —Es una amiga de Estefan.
—Estefan no tiene amigos— dice Gabriel de manera burlona.
—¿Gabriel?— Estefan está detrás de nosotros con Katherine.
En ese momento Gabriel retira el bloqueo y me mira divertido.
—¿Estas enojada? Te prometo que no me volveré a ir lo juro— Gabriel me dice eso en su mente y mi piel se enchina.
Entonces es cuando por primer vez me armo de valor y le digo lo mas alto posible.
—No vengas a mí con tus promesas baratas si otra vez no vas a quedarte.
Me alejo lo más que puedo de, el e intentare alejarme lo más que pueda de su poder, sea por lo que sea que hay vuelto definitivamente no es para algo bueno.
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