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MeLaNiE

Podre ser una mala persona pero no soy una mala estudiante, me gusta mucho ser la mejor de la clase. Así seré superior en dinero, apariencia e inteligencia y la vida será más fácil.

—Oye— Megan Arcuri me toca el brazo para que le de atención.

—Si ¿Qué se te ofrece?

—¿estas saliendo con Estefan? Creo que seguías con Anthony ¿no?— parece estar muy interesada, es más que obvio que está muy celosa

—Anthony Thomas es mu futuro, Estefan Copper es mi presente— me oigo segura de mi misma y eso es lo más importante al responder algo de lo cual no estoy segura.

— ¡Vaya! Solo ten mucho cuidado, aunque no lo creas Estefan muerde— ella se comienza a carcajear, no he entendido nada de lo que está diciendo.

— ¿Qué?

—aun no lo conoces bien, es una lástima porque o puedes salir huyendo o te quedas a sufrir.

—No sé de lo que estás hablando.

—Lo sabrás pronto cariño— ella me da una última mirada y se aleja riéndose.

¿Qué es lo que esconden los Copper? Pienso en recurrir a Vanessa ya que ella fue amiga de Samantha.

— ¡ELLA NO ERA MI AMIGA!— la voz de Samantha me espanta, proviene del ultimo baño — ¡Mierda!— ella sale del baño con su celular a la mano —No, no, no lo era— me observa y se retira del baño.

A veces siento que esa chica sabe lo que pienso y me aterra la idea. En fin me dedico a buscar a Vanessa pero no la encuentro, debe estar por allá besuqueándose con el infiel de Noah.

Veo pasar a las raritas de Laura y Clara, me miran antes de pasar por donde estoy parada, pobre he inocente Laura, si tan solo supiera que su novio le está poniendo los cachos. Mi teléfono suena como si se hubiese desbloqueado, me parece raro.

—Deja ese celular Melanie— Selene me abraza.

—Se me desbloqueo solo, creo que esta fallando.

—O fue un fantasma— ella me sonríe, es pequeña y tan tierna, recuerdo la vez que nos hicimos amigas, ella traía un cinturón Gucci que aun yo no compraba.

—Espero que sea un fantasma guapo— Katherine nos sorprende, ella trae una sonrisa de oreja a oreja.

— ¿Por qué estás tan feliz?— le pregunta Vanessa que se nos une.

—Tengo una cita con Estefan Copper, por la noche en la biblioteca— Ella me sonríe victoriosa y Vanessa se queja porque ella no puede obtener ni un poco de la atención de Estefan.

—yo pondré dos mil más a favor de Katherine y me retiro de la apuesta— Selene saca los dos mil de su bolso y yo me quedo atónita de la poca confianza que tienen en mí.

—Bueno yo cinco mil a Melanie— Vanessa se ríe y pone los cinco mil sobre la mesa.

—Bueno mujeres, en total tenemos once mil pesos para la ganadora, ¿creen que sea bueno?— Katherine nos mira con esa cara perversa.

—Solo sé que yo ganare, EsTeFaN no es tan fácil— les digo y todas ríen

EsTeFaN

Regrese a mi casa, de todas maneras con mí poder puedo estar donde yo quiera, así que aquí estoy con la pequeña Samantha intentando descubrir cuáles son los cuatro dígitos para descubrir sus mayores secretos.

—Capaz y es uno, dos, tres, cuatro y tu rompiéndote la cabeza— Samantha se ríe —idiota— le digo en mi mente para que ella lo sepa.

Me gusta a veces a si nos comunicamos, era algo que ella tenía con Gabriel, pero cuando él se fue esas conversaciones mentales también, hasta que yo comencé a hacerlo para que ella volviera a ser ella misma.

—Ja, Ja, JA. Admite que estas muy celoso de mí, y mis dones excepcionales— Samantha pone en el celular cuatro, tres, dos, uno y se desbloquea. —Viste— le arrebato el celular y regreso a la escuela.

Veo como todo el grupo de MeLaNiE saca dinero de sus bolsos y lo ponen en un sobre, supongo que irán a desayunar o algo por el estilo, eso hacen las chicas en grupos.

—Ahora eres noviecito de MeLaNiE— Jennifer Thomas me toma por sorpresa.

Un momento ¿Jennifer Thomas?

—Si no quieres responder me da igual— me dedica una media sonrisa y se aleja.

Realmente no entiendo por un momento sentí miedo por Anthony Thomas, pero luego recordé que es Jennifer, la gran Jennifer que en cuarto grado me salvo de MeLaNiE y sus humillaciones, la Jennifer que no se deja de nadie.

— ¡Espera!— le grito pero ella no me escucha, así que prosigo a seguirla — ¡oye!— vuelvo a hablarle pero parece que trae auriculares.

—Mira no me importa que tengan tú y la abejita reina— me dice de una manera muy graciosa.

— ¿Abejita reina?— comienza a reír y ella ríe conmigo.

—Sabes que no me importa, solo ten cuidado, siempre has sido un chico muy bueno.

—Gracias.

Ella me sonríe y sigue caminando, nunca me había detenido pensar en lo que los demás creen saber de mí, Samantha lo sabe, porque lo escucha todo el tiempo, lo que todos los de aquí dicen de nosotros.

Pero yo me negué a saberlo, mi deseo siempre fue pasar de improvisto, no ser notado y que me odiaran.

Creo que en el fondo así me siento, me odio a mí mismo y espero que los demás lo hagan para hundirme un poco más en mi miseria, hasta ahora, que rompí el hechizo.

Es un nuevo día, unanueva vida, para mí y ahora me puedo sentí bien, me comienzo a sentí bien, comoun ave libre, un pez en el mar, un flor en el árbol, miles de comparaciones delibertad

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