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incluyendo a Gabriel Copper quien al conocerlo me hizo recordar quien realmente era, y aunque me lastimo emocionalmente me hizo fuerte ayudándome a enfrentar mis adversidades, me dio fuerzas para creer en mi misma y me recordó que nada sucede por casualidad, todo es un juego de control, solo es cuestión de tu ser el titiritero y encontrar a un zombi para manejar a tu antojo, Gabriel Copper no es una amenaza, es una oportunidad para nuevos comienzos y si me lo preguntan, si me preguntaran ¿Quién es Gabriel sin sus poderes? Gabriel es un humano, fuerte, capaz y valiente de conseguir y lograr lo que quiera.

Mi discurso pareció gustarles y que dejaron libre a Gabriel y le pusieron por prueba un mes sin poderes, tendrá el collarín por todo un mes, el tío de los Copper falleció en un accidente de auto pero su hijo se empeña en que Gabriel lo asesino.

—¿Por qué fuiste?— dice Gabriel tomándome fuertemente del brazo.

—oye me lastimas

—¿crees que quiero vivir con este estúpido collarín un mes?

—No

—Esto es tu culpa— dice señalando el collarín —nadie pidió tu ayuda, metete en la cabeza que solo fuiste un proyecto de ciencias para mí, no siento nada más que repugnancia cada vez que te veo

—No te creo

—no me importa, aléjate de nosotros o lo lamentaras

—¿Qué vas a hacer Gabriel? ¿Volverme a meter en el juego?

—Déjame en paz— dice caminando hacia su cuarto.

La señora Copper camina en mi dirección y me abraza mientras llora. —muchas gracias, gracias por testificar por mi bebe— me dice sin soltarme

—No fue nada, solo hice lo que debía hacer— ella me sonríe y desaparece.

Estefan me sonríe y toma mi mano

—Debo llevarte a tu casa— dice mientras nos transportamos a afuera de mi casa —Gracias, por lo de mi hermano.

—No fue nada, mañana será el funeral de Noah Brown ¿me acompañas?

—Claro— dice mientras saluda a mi padre quien abre la puerta y me abraza.

—Gracias por traerla a casa Copper— Estefan se despide y yo subo escaleras arriba hacia mi cuarto, me recuesto en la cama repasando todos los eventos sucedidos en este día y solo puedo pensar en la manera en que Gabriel me veía, sé que no es el quien dijo todas esas cosas hirientes, debe ser Gamrel quien está controlándolo.

Me recuesto sé que no voy a poder dormir esta noche así que decido bajar por mis pastillas para dormir, cuando regreso a mi habitación escucho unos sonidos extraños provenir de afuera de mi ventana, cuando la abro tengo una escena muy divertida de Gabriel escalando para entrar por mi ventana.

—¿Qué haces aquí?— pregunto y él se deja caer al suelo.

—puedes abrirme tu puerta.

—No— digo y él pone su cara de enojón.

—Entonces me veré obligado a forzar tu cerradura

—¿a qué vienes?

—A matarte, pero no puedo sin mis poderes— me comienzo a reír y el me mira serio, cierro mi ventana y me acuesto a dormir, creo que después de eso ahora voy a poder dormir cual angelito en su nube,

Al día siguiente me levanto muy temprano para poder salir a correr, agradezco seguir viva y que Gabriel no haya decidido matarme como dijo que lo haría, recibo una llamada de Estefan quien está en la florería, corro a casa y me doy una ducha rápida, me pongo un vestido negro corto con oleaje y medias negras, cuando salgo esta Estefan en su moto esperándome y el arreglo de flores enorme amarrado a la moto, cuando llegamos Clara nos abre la puerta y se nota muy triste, su mirada rompe mi corazón.

—Lamentamos mucho tu pérdida— abrazo a Clara y ella hace lo mismo, pensar en la idea de estar sin Estefan me aterra.

—¿La conoces?— pregunta Clara y por un momento creo que lo dice por mí pero cuando veo a Estefan él tiene la mirada perdida en la nada.

—Sí, es Laura tu mejor amiga y ex amiga de Melanie, ¿Cómo es que está aquí? ¿La puedes ver tú también?— dice Estefan mientras observa literalmente a la nada

—Sí y no tengo la menor idea de porqué— responde Clara nerviosa

—Chicos no estoy entendiendo nada— digo y Estefan me mira nervioso

—Ven dame la mano— extiende la mano para que la tome y también extiende a la nada. Estefan cierra y abre los ojos balbuceando algo e inmediatamente cuando levanto la mirada puedo ver a Laura tomada de la mano de Estefan y mirándome divertida.

—Dios mío— es lo único que puedo decir y Clara se aleja de nosotros.

Estefan se suelta de Laura y yo dejo de verla, el me sonríe y me da un corto beso

—¿te sientes bien?— pregunta Estefan y asiento con la mirada, el se pone serio y cuando volteo esta Gabriel detrás de nosotros,

—¿Dónde está la viuda?— dice Gabriel sonriendo y Estefan lo roma de la mano y también la mía transportándonos a la casa Copper.

—AAAAAH— Gabriel grita y se retuerce de dolor. —¿tienes idea de cómo me ha dolido eso?

—Si— dice burlón Estefan y Gabriel solo lo avienta.

—Tranquilo Copper, apenas vas un día tu puedes aún faltan 30— digo y él se aleja enojado.

Estefan me abraza y ríe por mi comentario y comienza a darme vueltas, el me acompaña a casa y se despide de mí, con un beso en la frente. Al entrar a casa mi padre me mira divertido.

—¿Estas bien?— pregunta y se da la vuelta para darme de cenar.

—Claro— digo y el me mira a punto de decirme algo.

—No quiero que creas que te estoy abandonando

—Para nada, me hace muy feliz que recuperes tu tiempo perdido con Sele— digo y el deja lo que está haciendo para ir a abrazarme.

—te amo princesa y si te pasa algo me muero.

—No puedes morir y no me pasara nada— nos interrumpe unos golpes insistentes a la puerta.

—Tranquilos sigan dándose amor, yo puedo abrir— dice Selene pasando por el salón camino a la puerta.

Mi padre me abraza y dice cuanto sufrió con mientras y estaba en coma y cuando se tuvo que alejar por mi madre, cuando voltea hacia la dirección de la puerta y saluda.

—Hola Gabriel— dice mi padre y mi cuerpo se tensa al momento en que dice el nombre de Gabriel.

—Hola Señor Waldon, hola Melanie— dice buscando mi mirada.

—¿Qué haces aquí Gabriel?— digo y mi padre me pregunta si deseo que lo corra amablemente y le digo que no.

—Solo venía a despedirme— dice mientras saca un collar de su pantalón

—dijiste que te parecía repugnante y que me odiabas

—y así es, así es, pero me salvaste de la muerte y soy agradecido, aunque te agradezca sigues produciéndome repugnancia.

—Okey— extiendo la mano y el me da el collar, el cual es un pequeño cerebro y dentro tiene un líquido rojo —¿esto es sangre?

—Si— dice el sonriendo levemente —es mi sangre

—Raro— digo y el ríe.

—Bueno, tengo que irme ya, se feliz— dice caminando hacia la puerta.

—Adiós Copper

—Adiós Waldon

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