Estefan

Cuando llego a casa Gamrel me está esperando sentado en el despacho de mi padre, me observa sonriente en el cuerpo de Melanie como si buscara alguna respuesta del lugar de donde vengo.

—¿Cómo esta nuestro tío?— ella me abraza y besa, pero sé que no es real así que me zafo de su agarre

—Deja de jugar conmigo Gamrel

—eres un estúpido por seguir creyendo en que Melanie pueda amarte enserio

—Mientes, siempre lo has hecho, eres lo peor de cada uno.

—Eso es verdad nani, pero, lo que ahora te estoy diciendo es verdad también

—No creeré nada de lo que digas

—Melanie ama a Gabriel tanto como tu a ella

—no es verdad

—Lo es, y lo peor es que sabes que es verdad— se tele transporta a un lado de mi —acabemos con ambos y volvamos a ser uno mismo, sin ellos.

—No

—Si

—¡DEJAME EN PAZ!— me transporto a la cabaña y él no puede seguirme.

Comienzo a llorar de la impotencia de no poder lograr nada que haga que Melanie pueda ser libre y dejar de estar atrapada en ese horrible ser que consumirá su vida poco a poco.

Mi tío dijo que debemos atraerla al bosque pero Gabriel debe estar de acuerdo con todo esto y me temo que el está bastante manipulado por Gamrel.

Mis tripas rugen de hambre así que me dirijo a la cocina donde misteriosamente se encuentra Gabriel preparando pasta.

—¿Qué haces aquí?— Gabriel solo silba mientras sirve la pasta y le espolvorea parmesano

—Huyendo

—¿huyendo de quién?

—Pues de quien más podrá ser, de Gamrel obvio igual que tu— el señala con su mano y un plato se dirige directamente hacia él, sirve la pasta y repite lo mismo del parmesano. —debemos exorcizarlo, para sacarlo de Melanie.

—¿estás de acuerdo con eso?

—Obviamente— el extiende el plato con pasta en mi dirección y camina hacia el cuarto principal, justo es en ese momento cuando aparece Samael con su padre.

—¿Dónde está Gamrel?— pregunta mi tío.

—En casa o talvez en unos momentos este aquí ¿Por qué?

—Encontramos una solución— Samael se dirige a la cocina y nota la pasta —¿tu cocinas?

—No, Gabriel lo hizo

—¿Él está aquí?— pregunta Samael y Gabriel aparece con su plato de pasta a medio comer

—¿Por qué nadie me dijo que habría reunión familiar?— Gabriel le sonríe a Samael, pero él se rehúsa a mirarlo —¿pasta?

—Gracias hijo, ya comimos en la casa— le contesta mi tío y Gabriel asiente con la mirada. —¿Gabriel?

—¿sí?

—¿Estás de acuerdo con lo que haremos?— mi tío se muestra preocupado y solo Gabriel asiente.

El hace un movimiento rápido y Melanie aparece atada a una silla, Samael en un movimiento aún más rápido le coloca un collarín anti poderes y Gamrel se remueve pero no logra conseguir nada, cuando intenta usar sus poderes sangre comienza a salir de la nariz de Melanie.

—Le están haciendo daño— grita Gabriel preocupado

—Tranquilo primito, tu Melanie estará bien— Samael lo dice con burla y Gabriel lo mira enojado.

Gamrel tenía razón después de todo, Gabriel esta tan enamorado como yo lo estoy de Melanie y ese será un gran problema para mí y lo que pueda llegar a sentir realmente Melanie por ambos, me da miedo que ella lo termine eligiendo a él.

Mi tío toma a Melanie de la cabeza y comienza a repetir plegarias y oraciones en latín mientras que Samael reprende a Gamrel, cuando sin previo aviso algo sale de ella esfumándose con el aire, Melanie lanza un desgarrador grito y cae al suelo, de sus orejas y nariz sale mucha sangre, mi tío comienza a soplarle en su nariz y oídos, es como si absorbiera su sangre o hiciera que esta regrese justo por donde llego, haciendo que ella despierte-

Samael le quita el collarín y ella lo primero que hace es voltear a mirarme, me lanza una sonrisa dolida.

—Lo volviste a hacer, volviste a lastimarme— sus palabras me arden como una puñalada, ella se levanta y me abraza mientras llora en mis brazos.

—Todo se acabó pequeña— le dice mi tío mientras abraza a su hijo y Gabriel solo observa todo ido, en su propio mundo.

—¿Estas bien Gabriel?— Samael le pregunta y Gabriel niega con la cabeza

—¿Qué sucede?— le dice mi tío y Gabriel se suelta a llorar.

—Gamrel volvió a ustedes— nos dice Melanie antes de desmayarse

Melanie

Cuando Gamrel y Gabriel aparecieron en ese sitio extraño que parece cárcel, ellos podían matar con tanta facilidad a las personas, sin siquiera tener que tocarlas y el ver inconscientemente que era yo quien lo estaba haciendo me provocaba algunas nauseas, nunca imagine que en mi vida pudiera pasar algo tan extraño que me hace querer realmente estar muerta en lugar de tener que aguantar esto.

—¿Estás bien?— Gabriel le pregunta a mi cuerpo y Gamrel le responde que sí.

—¿HOLA?— se escucha la voz de Estefan, Gabriel tiene una mirada triste y vacía.

—Hola guapo— Gamrel comienza a reír, de una manera siniestra que incluso a mi me provoca bastante miedo, Estefan nos mira con curiosidad y Gabriel saluda a Estefan

—Hola hermanito— exclama Gabriel y Estefan esta que no entiende nada

Todos se tele transportan a la casa de los Copper, incluyendo Gamrel, mi cuerpo está débil, puedo sentirlo, Sam tiene un nuevo novio y me parece bastante tierno como Estefan la sobreprotege muchísimo, Gabriel permanece con esa mirada triste y vacía, como si deseara escapar de todo, como si realmente estuviera preocupado por mí.

—no le importas a nadie— me dice Gamrel dentro de mi mente

—Te equivocas— digo y este solo ríe

Los días pasan entre más pasa el tiempo me siento aún más débil que el día anterior. En el fondo comienzo a creer lo que dijo Gamrel sobre que el tomaría mi lugar y para eso tenía que marchitarme, lo está logrando poco a poco.

—Puedes dejar de mirarme así cariño— Gamrel le dice a Estefan y eso causa un deja vu del día en que le dije cariño por primera vez a Estefan y la forma en que me miro.

—¿Cariño?— pregunta Estefan y Gamrel vuelve a dirigir nuestra vista a Estefan

—¿O cómo te llamo? ¿Bebe?— Gamrel se levanta y camina en dirección a Estefan pero se detiene cuando Gabriel llega.

—Tenemos problemas— dice Gabriel mientras toma a Gamrel de nuestros hombros.

—¿Qué problemas?— pregunta Estefan y Gamrel hace una seña de silencio a Gabriel —¿Gabriel?

—La asociación viene por Melanie, a por Gamrel vienen

—Ya no te quieren a ti Gabrielito agradéceme— dice Gamrel y este iba a darse la vuelta pero yo tomo control acercándome a Gabriel, sé que Gamrel lo siente y sabe mis intenciones así que lo toma de las mejillas y lo besa —Espero no te moleste— sé que eso iba para mí pero Estefan lo toma y este niega con la cabeza.

Quiero gritar pero sé que por más que lo intente será en vano, nadie escuchara, ni siquiera Samantha.

Estefan se levanta en dirección a la puerta, desde que Gamrel despertó en mi cuerpo, Estefan no utiliza tanto los parpadeos

—¿A dónde vas?— Gamrel lo observa detenidamente esperando que le dé una respuesta.

—A tomar aire ¿no puedo?— Gamrel intenta desaparecer pero cuando lo hace siento como mi cuerpo sufre pequeñas descargas que lo hacen volver — ¿estás bien?— le pregunta Estefan y Gamrel solo asiente

—Sí, sí, es este estúpido cuerpo débil que no soporta mi poder— Gamrel se tambalea y Gabriel se levanta apresurado a tomarnos

—¿Estás bien?— Gabriel mira a Gamrel a los ojos sabiendo perfectamente que yo también puedo mirarlo y su preocupación me hace amarlo aún mas

—¿acaso estas sordo? Te acabo de decir que esta inmunda humana no aguanta mi poder— Gamrel avienta a Gabriel y toma asiento justo en donde estaba —¿Qué tú no te ibas?¿qué me miras?— dice a dirección a Estefan y el solo comienza a reír.

—Sí, si ya me voy.

Gamrel se toma unos tranquilizantes y se recuesta en el sillón quedándose profundamente dormido.

—Voy a ayudarte ¿me oyes?— Gabriel lo dice al oído de mi cuerpo y eso reconforta mi débil sentir.

Cuando Gamrel toma esas pastillas para el dolor, podemos durar horas dormidos e intento entrar en su mente pero no obtengo nada. Gabriel dijo que le había dado eso para darle tiempo de arreglarlo todo aun no entiendo como lo harán, ni siquiera sé si aún permanezco en el juego o este es otra cosa no se nada.

De repente siento como si mi cuerpo fuera absorbido y aparezco en la cabaña en un parpadeo, el chico del otro día me pone un collar como el que tenia Estefan cuando parecía Gabriel y Gamrel lucha por zafarse, siento como todo mi cuerpo arde y sangre brota de mi nariz cada vez que Gamrel intenta usar sus poderes.

Un hombre dice palabras raras, mientras que el chico lee la biblia, mi corazón duele horrible y siento un ardor que me quema por dentro, siento como Gamrel abandona mi cuerpo pero al mismo tiempo también puedo ver como entra en Gabriel y Estefan.

Caigo al suelo y el muchacho quita el collar de mi cuello

—Lo volviste a hacer Copper, volviste a lastimarme— Estefan me mira con lágrimas en los ojos y me levanto a abrazarlo.

—Todo se acabó pequeña— dice el hombre mientras abraza al muchacho y Gabriel solo observa todo con la misma mirada perdida de siempre

—¿Estas bien Gabriel?— el muchacho le pregunta y Gabriel niega con la cabeza

—¿Qué sucede?— dice el hombre y Gabriel lo abraza soltándose en un llanto incapaz de poder decir lo que he visto..

—Gamrel volvió a ustedes— es lo único que puedo y alcanzo a decir antes de desmayarme 

Cuando despierto estoy en la casa de los horrores, la casa de los hermanos Copper y Gabriel está mirándome a la lejanía, no se acerca solo me observa, Estefan aparece con una bandeja de fruta y me sonríe mientras me alimenta como si fuera una niña pequeña.

—Estefan

—¿sí?

—Me permites un momento a solas con Gabriel— Estefan no dice nada solo asiente y se levanta haciéndole señas a Gabriel quien se acerca lentamente como si me fuera a lastimar o yo fuera una muñeca de porcelana frágil.

—¿Qué quieres?

—Se que dijiste que debo mantenerme alejada de ti

—Aja y tienes que hacerlo, no me interesas en lo absoluto

—mientes

—No Waldon es real, tienes que alejarte de mi

—NO, me rehuso

—no soy bueno para ti, y si no lo haces tú lo hare yo y te dar motivos.

—No me importa— me acerco lo suficiente a él y comienzo a besarlo, él se resiste pero sin pensarlo me toma de la nuca acercándose más a mí, tomándome del cabello con su mano.

Mi mano viaja a su camiseta levantándola pero él me detiene y desaparece. Me espanta la silueta de Estefan quien estuvo en el marco de la puerta todo el tiempo supongo.

—Estefan...

—No te preocupes linda, yo lo entiendo.