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Camino de camino a la escuela las lágrimas empapan mi rostro y para mi tan buena suerte comienza a llover un auto se detiene justo a un lado de dónde vengo caminando y cuando volteo puedo ver a Luis el hermano de Esther.
—¿Todo bien?— Luis detiene el coche y yo vuelvo a mirarlo que abre la puerta del carro —Te ves horrible, entra o mi hermana me matara si se entera que te deje sola en la lluvia.
Entro al auto y vuelvo a soltarme a llorar
—segura que estas bien— Luis sigue conduciendo y me pasa un rollo de papel —¿es por Clara?
—¿Qué tiene que ver Clara con todo esto?— le digo sonando mis narices.
—Pues parecía que la loca de mi hermana y ella estaban en algo, pero no sé realmente ¿no lo sabias?— el me mira con una extraña curiosidad.
El no sabe quién soy, no sabe que lloro por lo que pueda pasarle a Gabriel así que tengo que fingir que si es por Esther para que no sospeche nada.
—Sí, tu hermana me gusta bastante, pero...— el me interrumpe
—¿pero? Pero ella es una infiel. Lo sé, es de familia— el suelta una pequeña risa —pero ella ha estado muy alegre desde que llegaste a su vida.
—¿sí?
—obvio que sí, Megan, ella canta más de lo normal, esa estúpida canción no sale de mi casa, la canta todos los días.
—¿Cuál?— el me mira como si esperara que yo supiera cual es.
—i follow rivers, una canción bastante gay a mi parecer— ambos reímos ante ese comentario y el vuelve a mirarme —hazla feliz, se que ella también lo hará contigo— me sonríe y sale del auto.
—¡Hermanito!— Esther corre en dirección de Luis y lo abraza muy contenta.
Cuando Esther nota mi presencia corre hacia donde estoy y me abraza fuertemente
—¿Estuviste llorando camaroncito?— Esther me da muchos besos en el rostro y yo solo la abrazo.
—Estuvo llorando por tu culpa— Luis le mira feo y luego me sonríe.
—¿mi culpa?— ella me observa y luego me mira como si conectara los puntos. —¿por lo de Clara?— No le digo nada, permanezco callada y mi silencio lo es todo para ella, según ella —Mi niña— ella vuelve a abrazarme. —Tengamos una cita— ella brinca de felicidad y yo solo la observo
—¿una cita?
—Si corazón de melocotón, una cita en la bella epoque
—¿LA BELLA EPOQUE?— casi me atraganto con baba y ella me mira atenta.
—¿Tiene algo de malo?— niego con la cabeza y ella me mira contenta.
Solo de recordar la última vez que estuve ahí me pone los pelos de punta, mi celular suena y le hago una señal a Esther de que contestare el teléfono. Ella y Luis entran en su casa y yo me quedo a atender la llamada
—Hola— la voz de Gabriel me saca una pequeña sonrisa
—Gabriel ¿estas bien? ¿te hicieron daño?
—No, no tranquila
—pero ¿estas bien?
—No tengo mucho tiempo, aléjate de Estefan, no lo busques, yo no soy Gabriel, Gabriel cambio conmigo para que no lo atraparan, él es yo Melanie
—¿Qué?
No se escucha más nada, han colgado.
—¿Todo bien linda?— Esther está detrás de mí con su bolso.
—Sip, nos vamos?
—Obvio— ella me toma de la mano y comenzamos a caminar hasta la parada de autobuses, para poder llegar a la cafetería.
Lo que me ha dicho Gabriel no tiene absolutamente nada de sentido, nada de lo que ellos tienen o dicen tiene algún tipo de sentido.
—¿está todo bien?— Esther me mira preocupada.
—Sí, sí, solo estoy un poco pensativa.
—Tranquila es a ti a quien realmente quiero, y quiero tener una relación realmente bonita contigo, déjame cuidarte y amarte— ella se acerca a mi y me da un beso cortito.
—Gracias Esther, prometo ser una buena novia para ti, no abandonarte y amarte siempre, siempre.
Nos comenzamos a besar y la gente alrededor de nosotras nos mira raro e incluso yo me siento rara, pero el cuerpo de Megan siente un enorme zoológico haciendo revolución, cuando cierro mis ojos para besarla mejor.
Millones de colores se hacen presentes de nuevo y soy consciente de que estoy cambiando de nuevo, entro a un lugar vacío, parece un cuarto, un cuarto oscuro. Camino por las puertas y estas tienen nombres entre ellas está la de Noah Brown, también la de una tal Kris mi corazón late rápidamente, no entiendo la razón talvez es una señal de peligro.
Camino por un pasillo y la oscuridad me envuelve, mi respiración se volvió agitada, y mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Estaba sola y la sensación de no estarlo me atormentaba.
Mis ojos escudriñaban la negrura, buscando algo, cualquier indicio de lo que estaba ocurriendo. Pero solo había silencio, un silencio tan profundo que podía oír el sonido de mi propia sangre circulando por mis venas. Intenté moverme, pero mis piernas no respondían de nuevo
Entonces, lo sentí. Gamrel se deslizaba por la habitación, invisible pero tangible. El frío se intensificó, y un susurro ininteligible llenó el espacio. Quise gritar, pero mi voz se ahogó en mi garganta.
Él se acercó, y pude sentir como su energía me envolvía, una fuerza bastante conocida que parecía examinarme
—Bu— Gabriel aparece detrás de mí y no dudo en abrazarlo —Grave error— él sonríe y toma mi cuerpo arrojándolo a un lado y el entrando en una de las puertas.
Intento y lucho por gritar pero es en vano, nadie puede escucharme
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