Capítulo 3
-🎪-
Hoseok despertó, ya habían pasado varios meses desde que su padre se fue y él aún pensaba en él todas las noches. Suspiró levantándose con el llamado de su madre, era día de escuelita por lo que ella no tardó en aparecer para ayudarlo a estar perfecto e impecable para su día.
No tardaron en estar sentados juntos en la mesa, su madre había retirado la silla que solía ocupar su padre para "no tener que pensar en ese maldito", la había escuchado decirle aquello a su amiga.
Hoseok se preguntaba por qué los adultos hablaban frente a él como si él fuera incapaz de comprender, lo aceptaba, tal vez no entendía al 100% lo que había sucedido pero sí era lo suficientemente inteligente para saber que no era nada bueno. Especialmente porque él ya no era feliz con su madre.
Su mamá no tardó en volverse una mujer gruñona y venenosa que sólo se juntaba con sus amigas para hablar mal de su padre y a veces salir dejándolo sólo por largas horas durante la noche.
Aunque eso a él no le molestaba tanto, cuando su madre no estaba él podía hacer y crear ilusiones y luces que lo hicieran sentir bien, que lo hicieran sentir aquella pequeña calidez que hacía su corazón palpitar con un sentimiento que no podía describir exactamente, solamente podría decir que era un tipo de amor, algo que lo hacía sentirse demasiado bien aún en su soledad.
Se había encontrado a sí mismo creando imágenes de animales, de estrellas, de planetas, incluso de algunas cosas que hubiera visto en televisión y a veces cuando apagaba sus luces e ilusiones aún sentía sus mejillas sonrojadas por haberse sentido tan amado con sólo esos pequeños detalles que él creaba para sí mismo.
─ Hijo, se hace tarde. ─ Dijo la señora Jung quitándole el plato de enfrente aunque él aún no había acabado su comida.
Se levantó dando un pequeño suspiro silencioso y pronto su madre lo pasó dejando en la escuelita. Como siempre, el chisme había recorrido el lugar de forma veloz, aunque todos creían que su padre había engañado a su madre.
Eso no era cierto.
Pero Hoseok no se iba a detener a explicarle a cada niño que su madre había dejado a su padre por su magia y quién sabe qué cosas más. Se detuvo a medio camino a su salón porque en ese momento la vió.
Era esa niña tan linda de cabello castaño claro, siempre olía a fresas, no era un olor muy fuerte, era muy agradable, lo que le hacía creer que era el shampoo que la niña usaba. Sintiendo sus piernitas temblar, por la presencia de la niña, continuó avanzando a su aula. Se sentó justo detrás de ella porque ese era el puesto que le tocaba y luego se dispuso a poner atención con todas sus fuerzas.
Le costaba mucho porque estaba enamorado de aquella pequeña niña que probablemente ni siquiera sabía su nombre, o tal vez sí lo sabía sería simplemente por los rumores de su padre.
Sintió un gran alivio cuando la campana sonó y era hora del recreo, tomó su pequeña lonchera y se fue corriendo a unas bancas en el patio de la escuela.
Se sentaba sólo porque todos lo habían separado del grupo por los rumores, al parecer a nadie le gustaba llevarse con el hijo de la señora Jung. Hoseok pensaba que era por lo de su padre, pero en realidad los padres de los niños los asesoraban alejarse de él porque la Señora Jung se había vuelto una fiestera loca y les daba miedo que Hoseok se viera influenciado, pero claro el pequeño niño no tenía ni idea de esto.
Terminó su comida sintiéndose demasiado sólo y deseando hacer alguna ilusión que lo pudiera acompañar durante su soledad en la escuelita. Pero aquello sería demasiado arriesgado. Aun así Hoseok corrió hacia la parte de atrás de uno de los edificios y ahí escondido creó una pequeña luz, no tenía una forma específica, solamente era una bolita de luz. Respiró profundo llevando su mano a ésta y sintiendo aquella calidez.
─ ¿Qué es eso? ─ Se tensó al escuchar una suave voz de niña, pero al girarse notó que era aquella chiquilla que tanto le gustaba.
Se distrajo tanto que olvidó apagar su ilusión y la niña se acercó hasta tocar ella misma aquella bolita.
─ ¿Qué es? ─ Volvió a preguntar la niña.
Hoseok tragó nerviosamente y respiró profundo.
─ Es magia. ─ Le dijo a la niña, los ojos de la pequeña brillaron con emoción.
─ ¿De verdad existe la magia? ─ Preguntó.
Hoseok asintió y con su mente le dió forma a aquella pequeña ilusión haciendo que la niña celebrara ante aquello.
Por un instante se sintió bien de enseñarle a alguien lo que podía hacer y que esta persona no reaccionara como su madre.
─ No puedes decirle a nadie. ─ Le dijo Hoseok y la chiquilla asintió.
─ No le diré a nadie. ─ Dijo la pequeña.
Después de ese día la niña y Hoseok regresaban al mismo lugar, el pequeño le mostraba las ilusiones que había aprendido a hacer siendo que éstas eran cada vez más grandes y menos transparentes. La pequeña celebraba con él cada avance y con el tiempo se convirtió en su mejor amiga.
Ambos comenzaron a crecer juntos y Hoseok sentía que su vida estaba bien si podía mantener a su amiguita a su lado, al parecer a ella no le importaban los estúpidos rumores que rodeaban a Hoseok; También era muy buena guardando secretos.
Los años comenzaron a pasar hasta que los pequeños cumplieron diez y entonces palabras extrañas empezaron a aparecer en el vocabulario de los demás niños. Palabras como: Novios, besos y amor.
Hoseok sabía que ellos estaban muy jóvenes para aquello, pero su amiga Seulgi no pensaba lo mismo, por eso un día se armó de valor y le dijo a Hoseok que fueran novios. El pequeño niño se espantó un poco dándole una negativa de entrada aunque él le hubiera gustado ella desde años atrás. Fué una lástima que en todo ese tiempo él no se diera cuenta de lo vengativa que era su amiga.
Poco después el rumor de que Hoseok podía hacer magia comenzó a rondar los pasillos de la escuela.
El pelinegro comenzó a recibir notas pidiéndole hacer trucos de magia y a veces encontraba palabras "mágicas" escritas en su escritorio a forma de burla. Seulgi dejó de hablarle y él rápidamente entendió de donde habían nacido los rumores, comenzó a ponerse nervioso solamente cruzando los dedos para que los rumores no llegaran a los padres.
Pero claro, aquello era imposible, el rumor continuó avanzando hasta llegar a los oídos de su propia madre.
Esa tarde cuando Hoseok llegó a su casa, la señora Jung lo esperaba sentado en la cocina con una expresión indescifrable para el pequeño.
─ Hola, Hoseok. ─ Le dijo con voz fría.
─ Hola mami. ─ Dijo Hoseok.
La señora Jung se levantó de su asiento y lo tomó fuertemente de la muñeca llevándolo a su habitación, ahí lo lanzó al piso.
─ ¡Haz magia, maldito demonio! ─ Le gritó con mirada de locura.
Los ojos de Hoseok se abrieron ante el shock de las palabras de su madre.
─ Y-Yo no... yo no... ─ Comenzó a decir Hoseok mientras negaba con la cabeza, pero la señora Jung sólo se fue dejándolo encerrado en aquel cuarto sin dejarlo salir más.
Hoseok sabía que algo malo iba a ocurrir, intentó salir de su habitación pero madre parecía haberla encerrado de alguna forma. Escuchó voces en su casa y con tan sólo escuchar la voz de la persona que había llegado a su casa supo que era un desconocido, y no sólo eso, un extraño escalofrío recorrió su espalda haciendo que el terror creciera en su interior, esa persona no era buena.
Los escuchó subir las gradas, los pasos acercándose lentamente a su habitación. Él corrió rápido hacia su ventana, saliendo por ella sin miedo de estar en un segundo piso, se las arregló para bajar por un árbol y correr, corrió sin mirar atrás mientras sus lágrimas caían.
Un dolor creciente en su pecho por cómo las cosas habían resultado, no podía evitar pensar en su padre, pero estaba sólo, estaba solo e iba a ser atrapado por esa mala personas.
Corrió y se ocultó pero por más que deseó que las cosas no pasaran ese hombre lo encontró sin dificultad llevándolo con él a la fuerza. Sólo tardó unos segundos en darse cuenta que su madre lo había vendido.
-🎪-
-🎪-
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top