Capítulo XXX


Mientras Ayuki mantenía los ojos cerrados esperando a que su padre le dijera que pudiera abrir los ojos, John consiguió despertar. El muchacho parpadeó unas cuantas veces para poder ver bien. Se recostó apoyando los codos en el lugar en el que estaba sentado, parecía ser un enorme abismo oscuro. Miró a su alrededor hasta encontrarse con Ayuki de pié en medio de la nada y con algo saliéndole de la espalda que pronto tomó forma de alas de murciélago.

-¡Ayuki!- Gritó el muchacho tropezando y cayendo al suelo en un intento desesperado por levantarse.

-¡Abre los ojos, hija mía! - Exclamó el demonio que empujó a John para que no se entrometiera en su plan. Ayuki abrió los ojos de golpe.

-¿Qué...?- John se asustó al ver que los ojos de Ayuki estaban completamente blancos, sin señal de iris o pupila, además de que parecía haber perdido el conocimiento y era controlada de alguna forma. -¿¡Qué le has hecho a Ayuki!?- Exclamó John poniéndose en pié de nuevo mirando al padre de Ayuki con odio.

-Sólo le devolví algo que le arrebataron hace tiempo- Respondió el demonio acercándose a su hija. -Ella está ahora donde debe estar, no debes entrometerte más.

-No dejaré a Ayuki sola.

-Entonces no me dejas más opción - El demonio le dio un pequeño empujón a Ayuki. -Mata al muchacho.

John se congeló al escuchar aquello. ¿Qué haría ahora? Observó como Ayuki lo miraba interrogante y se quedaba pensativa. John quiso tratar de acercarse a ella para poder ayudarla. Sin embargo, antes de llegar siquiera a tocarla, un zarpazo le hizo retroceder. Inconscientemente llevó su mano a su mejilla, la cual ardía insoportablemente. La mirada de Ayuki había cambiado, estaba muy seria, pero parecía disfrutar ver la mucha de John sufriendo.

-A-Ayuki... N-no lo hagas...- Tartamudeó el muchacho muerto de miedo. Ayuki corrió hacia él realizando pequeños intentos de volar moviendo sus nuevas alas. John salió corriendo sintiendo la presencia de la chica de cuernos justo detrás de él, pisándole los talones. -¡Ayuki, despierta!- Chilló John tratando de hacer razonar a la joven.

-Es inútil- Le frenó el padre de Ayuki mientras observaba. -Ella está atrapada dentro de sí misma, es su instinto de demonio lo que la controla. No puedes hacer nada, niño.

El chico de ojos cafés trató de pensar en algo, mas la presión no le dejaba pensar con claridad. De pronto, sintió como algo se abalanzaba sobre él y le tiraba al suelo lastimando su espalda. Otro zarpazo, sangre, dolor, sollozo. John sentía su pecho arder y de sus ojos caer lágrimas saladas. Veía a Ayuki justo encima de él y con las uñas llenas de su sangre.

-Para...- Susurró. Como pudo la apartó de un empujón con todas sus fuerzas y llevándose una mano al pecho, el cual sangraba descontroladamente trató de levantarse. Sin embargo, las piernas ya no le respondían, le temblaban demasiado de modo que volvió a caer al suelo. Escuchó una carcajada. El padre de Ayuki se reía al ver a John tan miserable y a punto de morir mientras que su hija se recuperaba del empujón y se ponía en pié mirando a John.

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Hola... Esto... , os voy a dejar con la intriga. No por qué estoy escribiendo esto, probablemente a nadie le llame la atención... Como sea, simplemente quería preguntaros si queríais que John muera o viva...

Maru-nyan

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