Capítulo VIII


Ayuki se despertó de golpe. ¿Qué había sido eso que había soñado? Su mente trataba de recordar y analizar cada detalle de ese extraño sueño, pero no recordaba la mayor parte. Se dio cuenta de que estaba acostada en la cama de John, y que estaba tapada con una manta de lana. Se incorporó en la cama y miró a su alrededor, mas no vio a John, la habitación estaba vacía. En ese momento, la puerta se abrió lentamente y en silencio, dejando ver a John vestido muy formalmente y con una mochila.

-Oh, ya despertaste...- Señaló el muchacho con una voz desganada y cansada. Ayuki se sentó en la cama con las piernas fuera de esta y le miró con curiosidad. -¿Qué pasa?- Preguntó él al notar su mirada. Ayuki se sonrojó un poco y bajó la mirada rápidamente y provocando que John se riera un poco.

-E-es que... Querría saber por qué vas vestido así...- Respondió la muchacha jugando con su cola tímidamente. John sonrió al ver como sus mejillas se coloreaban de un gracioso color rojo.

-Me voy a la preparatoria- Respondió él. Ayuki le miró triste, John comprendió que no quería que se fuera, seguramente por miedo a quedarse sola. -No te preocupes, mis padres se han ido a trabajar y no regresaran hasta la noche, y mi hermano pequeño está en la escuela- Dijo John para tranquilizarla. Mas no vio mejoría en la cara de Ayuki y se acercó a ella. -Te prometo que volveré lo más pronto posible.- Ayuki alzó la vista para ver sus ojos cafés que reflejaban la mayor sinceridad. Solo asintió y contempló como él se iba y la dejaba sola.

Caminando en dirección al instituto, John pensó en qué debería hacer con Ayuki. Pues no podría ocultarla de sus padres por mucho tiempo y sus ideas se iban agotando. Al llegar, se sentó en su sitio y sacó lo necesario. Más tarde, el profesor llegó y empezó la clase.

-¿Vas a ir a ensayar hoy?- La voz de su amigo Thomas le sacó de su burbuja. ¡Era cierto!

John tenía un pequeño grupo de amigos aficionados a la música, todos los días se reunían en el aula de música del institutions tras finalizar las clases para poder ensayar alguna canción para luego, en fechas especiales, poder representarlas. Pues el sueño de todos ellos era llegar a ser compositores. Sin embargo, esta vez no podría ser. John le había prometido a Ayuki regresar a casa con ella lo más pronto posible para que no se sintiera sola.

-Lo siento, Thomas- Respondió John en un susurro para que el profesor no lo escuchara -Tengo algo muy importante que hacer en casa y necesitó llegar pronto.

-Ah, bueno, no pasa nada- Dijo Thomas para luego volver a atender a la clase.

En casa, a Ayuki cada minuto que pasaba se le hacia eterno, estaba tumbada en la cama de John observando impaciente el reloj que se hallaba colgado en su armario, viendo como la aguja grande se movía cada segundo dando vueltas, mientras que la pequeña solo se movía cada vez que la grande daba una vuelta. Ayuki se había cansado de contar los segundos.

«John ya lleva cuatro horas fuera...» Pensó Ayuki mientras suspiraba con melancolía. Se levantó de la cama y caminó hasta la puerta «Un momento...» Se detuvo a sí misma antes de abrir la puerta «Él me prometió que volvería lo mas pronto posible...» Pensó, pero igualmente volvió a mirar una última vez al reloj. Ya iban cinco horas. Ayuki no se lo volvió a pensar y salio de la casa para salir a buscar a John.

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