Hace unos dieciséis años, una mujer humana se encontraba corriendo desesperadamente por el bosque tratando de encontrar la salida del mismo después de recoger manzanas y perderse en este. Tropezó con una rama que sobresalía del suelo haciéndola caer de bruces en este, rasparse levemente la cara y los brazos y torcerse el tobillo. Ella, asustada y dolorida empezó a gritar pidiendo ayuda. Sin embargo, sus gritos cesaron al ella darse cuenta de que se hallaba en el medio del bosque y, por lo lejos que el pueblo se encontraba, nadie podría escucharla gritar. Desesperada por que alguien pudiera ayudarla, empezó a rezarle a Dios por ayuda, puesto que pensaba que era su única salvación.

«Por favor, señor, ¡ayudeme!» Pensó la mujer juntando sus manos. De pronto, se empezó a escuchar una risa macabra. La pobre y aterrorizada mujer dejó de rezar para mirar detrás de ella, delante, y en todos los rincones del bosque, buscando a quién se reía.

La mujer había escuchado rumores a cerca de este bosque en el pueblo. Las malas lenguas decían que, quien se perdía en el bosque, era condenado a ser asesinado o torturado por los monstruos desconocidos que vivían en este. Unos decían que los bandidos que salían a robar y asesinar en el pueblo cuando es de noche, otros decían que en éste habitaban criaturas que solo se pueden ver en las más horribles y grotescas pesadillas, otros que lo que habitaba en el bosque... eran demonios...

-¿De verdad crees que Dios te va a ayudar?- Escuchó una voz distorsionada y masculina, casi inhumana, que la hablaba desde un lugar invisible. De repente, una figura empezó a formarse delante de ella, hasta ver a un nombre con la piel completamente grisácea como la de un muerto, su cabello era rojo como la sangre, al igual que sus horribles cuernos que le sobresalían de la cabeza. Sus ojos, uno era Amarillo y otro era rojo, además de que tenia una horrible cola de demonio y unas alas enormes de murciélago.

La joven mujer se quedó muda por el terror de ver a un demonio frente a ella. Vio como este sujeto se le acercaba a paso lento, con una sonrisa y enseñando sus horribles dientes afilados como cuchillas.

-Po-por favor...- Susurró la mujer con sus ojos verdes bañados en lágrimas. Aquél ser dejó escapar unas carcajadas enfermizas al notar el miedo de la mujer. El se agachó para verla bien a los ojos y notar las raspaduras de sus mejillas. Éste alargó el brazo y con la mano las acarició haciendo que la mujer hiciera una muda de dolor.

- Pobre mortal, jamás saldrás viva de este bosque- Dijo el demonio. La joven mujer le empujó haciendo que se cayera para atrás, se levantó torpemente y echó a correr adentrándose más en el bosque. Mas se chocó con un árbol alto que empezó a cobrar forma humanoide, otro demonio se descubrió ante ella y se preparó para matarla. Cuando el otro demonio le clavó un puñal en el corazón.

-¿Po-por qué lo has hecho...?- Preguntó la mujer mirando con miedo al demonio. Él la miró a los ojos y descubrió su alma pura, su belleza interior y se exaltó al sentir una extraña sensación en su estomago y... En su corazón...