Capítulo IX


Tras finalizar las clases, John se despidió de sus amigos y salio del instituto. Cuando ya llevaba una corta caminata, se percató de que había un mogollón de gente apelotonada en la zona central de una plaza, se escuchaban las risas y los gritos, además de que se veía como arrojaban cosas. Él, con un mal presentimiento, decidió abrirse paso entre la multitud para ver lo que pasaba. Encontrándose con la terrible sorpresa de que que era Ayuki.

-¡Ja ja ja! ¡Mirad que cuernos tan feos!- Gritó alguien.

-¡Mereces que te lleven a la horca!- Exclamó otra persona. Ayuki alzó el rostro manchado y lleno de lágrimas para ver a John y, humillada, como no quería que la siguiera viendo de esa forma, salió corriendo en dirección a su casa.

-¡Ayuki, espera!- Exclamó John viendo como corría. Miró por ultima vez a la multitud con desprecio y luego salió a buscarla. Al llegar a su casa, se dio cuenta de que la puerta estaba abierta. Alarmado, entró muy deprisa y la cerró tras de sí. Empezó a escuchar llantos provenientes de la cocina y se acercó. -¡Ayuki, no! ¡No hagas una estupidez!- Exclamó al encontrarse a la muchacha cogiendo un cuchillo y apuntándose con éste al corazón.

-¡No lo entiendes!- Exclamó Ayuki negando con la cabeza. -¡Todos me desprecian! ¡Todos quieren verme muerta! ¡A nadie le importo de verdad! ¿No crees que estaría mejor muerta?- Ella, con las manos temblorosas, empezó a acercar más el cuchillo.

John, en un intento desesperado por hacer algo, se acercó a ella, apartó el cuchillo de su pecho y la abrazó. Ayuki quedó en shock y no pudo evitar dejar caer el objeto puntiagudo al suelo.

-¿Q-qué estas haciendo?- Preguntó la joven. John la abrazó mas fuerte apoyando su cabeza en uno de sus hombros.

-Ayuki, si te ayudé a escapar de aquel lugar es porque a mi me importas. No puedes rendirte sólo porque la gente qué hay a tu alrededor sea ignorante. Ellos juzgan por el exterior y no les importa lo que hay dentro, pero tu no eres como ellos, ni lo quieres ser. Por eso eres tan valiosa. Toda vida tiene su significado, y esto te lo prometo. Por favor, no te rindas.

Ayuki empezó a llorar. Nunca había escuchado a alguien decirle todo eso. Apenada, correspondió el abrazo de John y rompió en llanto, desahogándose de todos sus males.

-Ya que mis padre no regresaran con mi hermano hasta tarde, puedes darte una ducha para limpiarte, te daré ropa limpia. Tranquila- Dijo el muchacho con una sonrisa cálida mientras le secaba las lágrimas a Ayuki.

-Gracias, John...- Susurró la joven y tras recoger su ropa se encerró en el cuarto de baño.

John, algo exhausto de lo que había pasado, coloco el cuchillo en sus sitio y subió a su habitación a hacer los deberes, mas no sin antes acabarlos, sus párpados le empezaron a pesar. Recostó su cabeza en el cuaderno, se la acomodó entre sus brazos y se durmió.

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