Capítulo III
-¡El circo ya está en la ciudad! ¿Podemos ir, padre?- Un niño de más o menos nueve años fue corriendo hacia su padre para luego tirarle de su abrigo marrón.
-Yo no quiero ir...- Suspiró un muchacho de quince años. -En los circos sólo maltratan a los animales- Dijo en un suspiro.
-¡No es cierto!- Protestó el pequeño con los mofletes sonrojados. -Por favor, padre- Volvió a pedir el pequeño.
-Vamos, querido- Intervino su mujer -Será divertido y estaremos en familia.
-Bueno... De acuerdo, iremos mañana por la noche.
Dicho esto, la familia regresó a casa a esperar la hora de bajar a la calle para ir a ver el circo Sol y Luna.
Mientras tanto, el circo ya había llegado a la ciudad y recién se habían instalado en la calle, ya habían empezado a preparar el espectáculo para la noche.
-¡Despierta, Ayuki!- El coordinador del circo golpeó la jaula para despertar a la chica, quien se levantó corriendo. El hombre le lanzó un vestido de color rojo abierto de los lados y unos zapatos. -Esta noche vas a salir al escenario, vas a danzar y finalmente cantatas- Dijo el hombre señalándola con una mirada amenazadora -...Y no quiero que te detengas por nada, ¿Me has entendido?-
-Pero yo no...
-¿¡Me has entendido!?-Ayuki agachó la cabeza y asintió. -Bien, vistete y ponte a preparar tu número. Si me vuelves a fallar, no tendré piedad- Y dicho esto abrió la jaula.
Ayuki cogió el vestido y esperó a que el hombre se fuera. Se vistió, salio de la jaula y empezó a ensayar en la calle desierta, a espaldas de la caravana. Mas no conseguía moverse tan bien como antes, sus heridas y cicatrices la atormentaban con un dolor insufrible. Tuvo que parar varias veces, entrar en la jaula y humedecerlas con agua para que dejaran de escocer tanto.
Cuando todo estuvo listo, y la noche ya había caído, la gente se comenzó a entrar en la carpa recién montada del circo, tomaron asiento y esperaron a que el espectáculo empezara.
-¡Que bien!- Exclamó el hijo pequeño de la familia.
-Estoy impaciente por ver el espectáculo- Dijo su madre acariciando la cabeza del pequeño.
-¡Damas y caballeros! ¡Principes y princesas! ¡Sean todos bienvenidos al asombroso, al espectacular y alucinante...! ¡El circo Sol y Luna!- El coordinador del circo apareció en el centro de la carpa para luego desaparecer.
-Le toca salir a Carter- Dijo buscando con la mirada al mago. Mas se dio cuenta de que el pobre hombre se hallaba en una camilla y con la frente muy caliente. Fiebre.
-No va a poder salir- Dijo la trapecista. El coordinador buscó con la mirada a alguien libre y cogió del brazo a Ayuki.
-Vas a salir al escenario, así que preparate- Dijo. Ella asintió. Se acercó al escenario y se escondió la cola con las manos temblorosas y salió al escenario. Notó como todas las miradas se clavaban en ella y miró hacia atrás, donde el coordinador le señaló la cuerda floja y los trampolines. Ayuki subió a las cuerdas y se aclaró la garganta. Uno de los feriantes puso en marcha la música ny ella empezó a cantar mientras bailaba encima de la cuerda sin cometer ningún fallo.
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