Cap. 5


Frente a tí.

-No paro de pensar en ti Darling, la sensación peculiar de tu voz hace que cada parte de mi cuerpo vibre, no tienes idea de lo mucho que pensé en ti durante la noche.
Sueño con que hoy te tendré entre mis brazos y nuestros corazones se combinarán en una perfecta sincronía.
Oh Darling, ya deseo que llegue la noche, para así poder verte y después de confesarte mi amor poder hacerte....

Ring, ring, ring, ring.

Un suspiro frustrado salió de los labios de Eddie, estaba tan metido en sus pensamientos mientras escribía un poema para su amada. Molesto tomo su teléfono para atender al desgraciado que le había interrumpido.

- Habla Gluskin ¿Quién llama?

- Gluskinito~ hermano del alma, mira, seré delicado contigo así que escucha......- Ese era Chris.

....

....

Permaneció en silencio, hasta que tomo una bocanada de aire.

-¿¡DÓNDE CARAJOS ESTÁS¡? ¡LLEVÓ TODA LA MALDITA MAÑANA LLAMANDO PARA SABER A QUE HORA VAMOS AL CIRCO Y TU NO RESPONDES A NINGUNA DE MIS LLAMADAS O MENSAJES! ¿¡ESTAS HECHANDO TE PARA ATRÁS!? ¿¡TAN INSIGNIFICANTE SOY PARA QUÉ ME DEJES PLANTADO!? ¿¡ACASO NO TE IMPORTÓ!? ¿¡LO NUESTRO NUNCA FUE REAL!? ¿¡ESTÁS ROMPIENDO CONMIGO!?

Si, ese es Chris Walker pasando por un momento dramático al no contestar sus llamadas.
Eddie sonrió burlonamente, está bien jugar un poco con su amigo.

- Lo siento el señor Gluskin no está disponible en este momento, por favor llamé más tarde- hablo como un tipo de operador.

- ¡HIJO DE PUT-!- Eddie corto antes de que siguiera con sus insultos, con esto seguro que Chris le arrancaría la cabeza, sin embargo esa era la clave de su amistad.
Pero ahora no era momento de bromas, así que sin más llamo a su amigo.

- Oye Chris, te llamo para reconciliarnos.

- No soy hombre fácil- su tono era de indignación.

-Si arreglamos las cosas prometo prestarte mi cabaña de Escocia para tu bestia y para ti.

- Gluskinito perdonó todas tus infidelidades y también perdonó aquella vez que estrellas te mi deportivo cuando estabas en estado de inconveniente.

- Pero si ya pague la reparación de tu deportivo desde hace mucho tiempo.

- Aun no te perdonaba eso.

- Bueno ya, regresando al tema del circo, vamos a ir a la misma ahora pero entraremos por otro lado.

- Mmmm...¿Por dónde tienes planeado ingresar?

- Aún no lo sé, Chris el circo está ubicado cerca de tu territorio debés conocer todas las entradas de allí.

- Dejame pensarlo un poco Gluskinito, no te mentire que conozco cada una de las entradas y salidas de mi territorio, pero desconozco cuál puede ser la más segura para que podamos acceder al circo. Además toma en cuenta que seguro habrá algunos que estén vigilando sus alrededores.

- Entonces busquemos el punto ciego del circo y entremos antes de que toquen a mi darling.

- Oye tranquilo, no creo que toquen a tu rubia.

-¿Cómo me lo puedes asegurar? Tal vez a tu linda bestia ya lo están cazando en este momento.

- No lo creo tampoco, mi linda bestia me es fiel y nunca me traicionaria.

- Como tú digas, debemos hacer lo posible por sacar a los dos de ese lugar.

- Está bien, debemos actuar rápido.

- Claro que sí, vamos a ir a la misma hora que ayer ¿Vale?

- Entendido, prepararé todo.

- Muy bien, hasta la noche entonces Chris.

- Hasta la noche Eddie.

Ambos hombres colgaron la llamada y Eddie saco un pequeño suspiró, hoy traería a su linda Darling a casa y estaba muy nervioso ¿Cómo debía actuar delante de ella? ¿Y si lo rechazaba? No podría soportar eso, mucho menos de su amado.
Luego de eso, decidió despejar un poco su mente, necesitaba estar tranquilo para la noche.

Sin más tomo su chaqueta y salió de su oficina.

...
...
...
...

Luego de haber regresado y después de unas arduas horas de trabajo en la oficina, cayó la noche y la rutina se repitió para los amantes de la vida nocturna.

Esa noche Eddie se arregló mejor que antes, se veía mucho más elegante sin quitar su estilo varonil. Pensó en llevarle un regalo a su amado, por que aprovecho muy bien su salida y compro un precioso anillo, bastante caro y reluciente. Guardo el regalo en una cajita de color vino y esto lo metió en su sacó.
No faltaba mucho para que Chris llegará, así que se puso a pensar que iba a decirle al contrario cuando lo tuviera enfrente.

¿Qué debería decirle?

No quería arruinar su encuentro con la dama, debía usar palabras agradables y no ser tan brusco con ella a tal grado de asustarla por cualquier estupidez que diga. La idea de estropear todo siguió rodando en su cabeza ¿Cómo era posible? Se suponía que ya le había dicho palabras lindas a muchas más mujeres, pero ahora estaba viendo la diferencia de ambas partes, ellas eran zorras estafadoras que jugaban con el corazón de los hombres, y la dama que estaba en ese circo se encontraba lejos de ser una trepadora como ellas. Debía estar tranquilo, todo saldría a la perfección y en un abrir y cerrar de ojos tendría a su darling entre sus brazos, minando la, dandole cariño y todo lo que quisiera.

Luego de un rato, un claxon sonó repetidas veces como si el conductor estuviera desesperado, desde luego Eddie ya sabía que se trataba de su querido amigo Chris. Salió rápido de su departamento y subió al auto del contrario, Chris tenía una expresión de cansancio, por lo que Eddie no dudó en preguntar lo que tenía.

- Chris, amigo mío, bendición de la familia Walker...¿Por qué tienes esa cara de "la vida no vale nada"?

- Hice algo...

- ¿Exactamente qué fue?

-¿De verdad quieres saber?- su expresión cambio a una más atrevida.

- No, mejor así está bien.

- Es inevitable, más teniendo en cuenta lo hermoso y salvaje que es.

Eddie podía deducir Chris que acababa de autocomplacerse pensando en la bestia esa que se comió al pobre payaso, si, eso debía ser.

El camino fue más rápido de lo que esperaba, Eddie estaba seguro que Chris había encontrado un atajo. Su corazón pronto comenzó a latir con locura, estaba realmente emocionado por encontrarse con su dama después de un largo tiempo. Nuevamente volvió a repasar las palabras que este le diría a su darling, corrigiendo y aumentando estás. El circo estaba justo a unos pasos de ellos, Chris estacionó el auto en un lugar algo retirado y bien escondido, nadie lo vería. Chris apagado el auto y bajo de esta siendo seguido por Eddie.

- Mis subordinados encontraron una entrada por aquí, estamos lejos de la vista de la gente y de los dueños del circo, por allá está la entrada, está cerca de los "camerinos" de las atracciones, según mis subordinados, dijeron que allí descansan todos y aparte en un espacio amplio practican sus actuaciones.

- Comprendo... Pero esta rodeado por un muro y varios alambres de púas ¿Por dónde vamos a entrar?

- Ya nos adelantamos querido Gluskinito, tu solo sigueme.

Chris comenzó a caminar como si nada, Eddie lo siguió un poco dudoso, no estaba realmente seguro de que haría su amigo, pero teniendo en cuenta lo loco que está, sabía que hasta lo imposible era posible.
Caminaron un poco y Eddie abrió sus ojos como platos.

- Después de ti Gluskinito...

-.....

- Anda ya.

Sacó un suspiro y con todas sus fuerzas escaló el gran muro, los subordinados de Chris habían roto solo una parte de esta para hacer posible en acceso. Eddie cayó hacia el otro lado y vio hacia arriba.

- Vamos Chris, hay que ser más rápido.

- Voy.

Chris comenzó a subir también con algo de dificultad, ya había paso tiempo desde que trepaba algún muro o árbol, su peso no le ayudaba mucho, cuando por fin ello al otro lado, termino cayendo de una manera bastante gracioso, hasta el mismo Eddie soltó una pequeña carcajada.

- Ríete Gluskinito, síguete riendo.

- Lo siento, pero caiste como esos personajes de series animadas que veía de pequeño - ayudo a su amigo a levantarse, realmente se había divertido un poco, su amigo sabía como hacerlo reír.
Estaba bien, se había olvidado un poco de su estrés por la tensa situación en la que se encontraban. Una Chris estaba de pie caminaron hacia los camerinos, eran pequeñas casas rodantes de madera un poco maltratadas pero aún servibles. Eddie busca el camerino de su amada, estaban a buena hora, le daría el tiempo necesario para hablar con su amada y además de eso convencerlo de fugarse los dos.
Estaba a punto de caminar más lejos, pero la mano de Chris lo detuvo, volteó a ver a su amigo dándose cuenta de estaba asqueado.

-¿Qué ocurre Chris? ¿Quieres vomitar?

- Honestamente si, pero mira porque.

Eddie se acerco a donde estaba apuntando su amigo y pronto se dió cuenta porque. Había varios contenedores que desprendían olores terribles y en ellas había nombres grabados.

"Charlie, Jacob, Damián...."

Chris se atrevió a abrir uno de los contenedores, su contenido era espantoso, había mucha carne hecho puré, aunque en ella se resaltaban alguna que otra mano, pie, cabezas o cualquier otro miembro del cuerpo. Ambos no tardaron en descifrar que era.

"Esas eran las tumbas de las atracciones inservibles"

- Pronto Eddie, debemos ir con ellos... Y si es posible sacar los aunque sea por la fuerza.

- Si, vamos.

A paso rápido, Eddie y Chris buscaron a sus atracciones favoritos, el corazón de cada uno se aceleraba como loco, pensar que ese podría ser el destinó de ellos los aterraba como nunca.

Había pasado ya mucho tiempo y nada, Eddie ya estaba perdiendo la esperanza de que vería a su darling, cansado se recargo en uno de los camerinos completamente rendido. Tal vez no estaba destinado a conocer a la hermosa dama con voz angelical que erizaba la piel con solo oírla un poco.
Perdido en sus pensamientos, Chris le dió un pequeño golpe en su brazo, pero al ver una respuesta lo hizo varias veces, hasta que notó los ojos fastidiados de su amigo, lo único que hizo fue sonreírle.

- La encontré....

Se incorporó rápido cuando lo escucho decir eso, su fastidió pronto se convirtió en alegría, con la mirada decía "¿Dónde está? Dímelo". Chris desde luego apunto al camerino de la persona que tanto buscaba Eddie.

- Suerte amigo, ve por ella.

Una vez dijo eso se marcho a buscar a su amada bestia, siendo guiado por los sonoros rugidos de este.

Eddie sonrió y arreglo un poco más su traje, estaba verdaderamente emocionado por ver a su amada en persona, sin embargo sus nervios también jugaban en contra, todo tenía que ser perfecto y evitaría a toda costa que se arruinara.
Tomando respiraciones profundas, lentamente comenzó a acercarse hacia la puerta del camerino, estaba abierto.

Lentamente comenzó a abrir esta y su mirada se quedó clavada en la única persona que estaba allí.
Trago saliva con dureza, había ingresado allí en un momento inoportuno.

Una joven de cabello rubio estaba quitándose su vestido blanco, dejando a la vista su delgada y hermosa figura, las curvas de su cuerpo eran sutiles y bellas, no era de grandes pechos ni caderas muy anchas, aunque Eddie tampoco debía negar que se veía jodidamente bien.

La razón de Eddie fue directamente al traste cuando lo miro con más detalle. Está llevaba un lindo conjunto de encaje color blanco haciendo resaltar mucho más su esbelta figura. Sin pensarlo más tiempo, entro completamente en el camerino, poco a poco comenzó a acercarse a la joven, pero una madera salida del suelo jugó en su contra haciendo que sonará un gran chirrido.
Tan pronto como se escucha el sonido, el contrario volteo rápidamente hacia su dirección.

-¿Quién eres y qué haces aquí?

Eddie no supo que decir en ese momento, pero luego corrigio su postura y tomo la mano de este.

- Soy Eddie Gluskin...un hombre que se ha enamorado de ti y tu gran admirador.

Planto un beso en sus nudillos y los ojos de ambos se conectaron. Había algo en la mirada del contrario, estaba tratando de decirle algo, pero solo saco una frase bastante curiosa.

"Eres tú"

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Antes que nada, regresé.
No podría abandonar está historia de ninguna manera, es un delito imperdonable.

Pero nada, aquí dejo el capítulo, espero les haya gustado mucho.

Hasta la próxima~
Sayonnara~

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