🎪Circo 6🎪

Caminaba con paso cauteloso a la sombra de su tío, sus ojos curiosos observaban con emoción como poco a poco se iban acercando al circo, mientras veía a la lejanía la rubia cabellera de su amado padre omega dirigir su propio equipo.

Decir que Jungkook no estaba emocionado sería mentir. El joven alfa solo le faltaba dar pequeños brinquitos para dar a conocer todo el remolino de emociones que sentía al ver aquel abandonado lugar. Un lugar del que sacaría provecho al máximo, de modo de enriquecer su mente con las interesantes y enigmáticas historias que lo rodeaban.

Fijó su vista al frente, justo donde su padre alfa estaba colocando algunas cámaras con visión infrarroja y escáner al lado de ellas. Frunció el ceño en confusión ya que estaban a diez pies exactos de la entrada.

—¿Nos quedaremos aquí? —preguntó, tratando de disimular su descontento. Pero supo que había fallado cuando su padre le dio aquella sonrisa ladeada que siempre le mostraba cada vez que lo atrapaba en algo.

—Tranquilo cachorro —respondió Yoongi con tranquilidad—. Debemos colocar el primer equipo en esta área y quedarnos para ver si registra algo —explicó—. Tenemos tiempo para ir avanzando.

El menor hizo un puchero. —Pero papá ya entró al circo.

—Están en el área de juegos —comentó Namjoon, observando con la ayuda de sus binoculares al otro grupo. Quizá verificando que su esposo esté bien.

—Aun así —se quejó el pequeño Min—. Ya cruzaron el arco de entrada y tienen más probabilidades de encontrar algo interesante.

Yoongi permaneció en silencio, observando atentamente el terreno. El equipo ya estaba instalado y ahora no quedaba más que esperar. No se tomaron el tiempo de colocar tiendas de campaña ya que no eran necesarias, solo pasarían la primera noche y al día siguiente se reunirían con el grupo que Jimin lideraba. Además, la investigación por obvias razones se llevaba en la noche, es por eso que colocarlas estaría de más y solo supondría una pérdida de tiempo.

—Ánimo mocoso —la voz de Chanyeol lo distrajo, observando como su cuñado le revolvía los cabellos a un berrinchudo pelinegro—. No pierdas el ánimo que esto aún no comienza.

—No me mientas tío —puchereó—. Aquí no encontraremos nada interesante.

—No subestimes nunca un lugar que no conoces Jungkook —la voz de su padre hizo que dejara todo berrinche—. No sabes en los problemas que puedes meterte si lo haces —advirtió Yoongi con semblante serio—. Recuerda que esto no es un juego de diversión y debemos ir con cuidado.

Jungkook bajó la mirada avergonzado. Él sabía que todo aquello no era un juego, pero eso no quitaba el hecho de que se emocionara por todos los secretos que siempre estaban presentes en lugares como aquel. Después de todo, su vida y su espíritu mismo eran adictos a la magia que lo envolvía desde que tiene memoria.

—¿Cuánto tienes de dedicarte a esto? —Jimin observó de reojo al omega de cabellos celestes.

Estuvo unos momentos en silencio mientras pensaba en alguna respuesta. La verdad, es que no sabía con exactitud cuánto tiempo tenía de trabajar en aquel ámbito. Toda su vida, sería la respuesta más lógica y sincera, pero Jimin sabía que el contrario lo tomaría como una exageración o que quizá él quería alardear de su experiencia en aquel campo.

Suspiró con una pequeña sonrisa. —Varios años —decidió responder—. Desde que era joven supe que tenía una especie de don para esto, así que decidí utilizarlo para ayudar a las demás personas.

SeokJin hizo una mueca. —¿No te asusta?

El rubio detuvo su andar y lo observó profundamente. —¿A ti sí?

—A veces —admitió el mayor, a la vez que jugaba con los múltiples anillos de sus manos.

Jimin le sonrió con calidez. —Es normal sentir miedo, el miedo nos da la certeza de que seguimos siendo humanos.

SeokJin lo entendía, cuando te aventurabas en aquellas profundas y desconocidas sombras corrías el riesgo de perder una parte de ti, ese era el precio más grande que se pagaba ante el mínimo error.

—Tengo miedo —susurró bajito, aun así, Jimin pudo escucharlo—. Tengo miedo de perderme a mí mismo y no tener la fuerza suficiente para soportarlo —sus ojos afirmaban lo que decían—. Dime, ¿Te has perdido a ti mismo?

Muchas veces.

—No.

La risa de SeokJin le dio curiosidad, al igual que al resto del equipo los cuales estaban a un par de metros de ellos.

—¿Qué es tan gracioso? —preguntó Jimin sonriendo.

—El hecho de que no me puedas mentir —y con esa respuesta toda sonrisa se esfumó del rostro del rubio.

El omega Min no pudo explicar el como aquel nudo que se había formado tan rápidamente en su garganta había logrado ahogar cada palabra que tenía por decir. Los ojos del mayor lo analizaban de una manera tan profunda que se sintió frágil y desnudo, sentía que no había sentimiento alguno que pudiese ocultar de aquella mirada, ni secreto tan profundo que pudiera enterrarse en el fondo de su pecho.

Toda su vida había vivido atormentado de una u otra manera. A veces compartía su angustia, pero había ocasiones en las que Jimin prefería guardarlas para sí mismo, ya que el dolor que se arraigaba en su pecho era tan fuerte y lastimero que el omega temía que pudiese traspasar su cuerpo y lastimar a todos aquellos que amaba.

Su coraza era impenetrable y su corazón un misterio. Sin embargo, el omega estaba seguro que ninguna de sus defensas le serviría con aquel hombre que le veía como si supiera el secreto de la creación de su propia vida.

Entonces tuvo miedo. Estaba acostumbrado a luchar sus batallas solo, sin importar las consecuencias que cada una de ellas le dejaban. Así lo había decidido desde que supo que su vida estaba maldita.

Era un prisionero y el miedo más grande que su corazón sentía era que alguien quisiera liberarlo.

Porque no tenía salida.

—Los secretos que guardo son muchos —habló por fin—. Cada uno más doloroso que el otro, me cobran un precio que estoy obligado a pagar —suspiró, SeokJin le escuchaba atentamente—. Mas no me arrepiento, porque sé que los que amo están seguros y no sufren ningún daño que no se pueda remediar.

Y SeokJin entendía tan bien aquel sentimiento. Porque él también amaba, y el amor cuando es así de fuerte no mide consecuencias, siempre dispuesto a luchar y sufrir con tal de que la otra parte amada estuviese bien. Lo demás, realmente no importaba.

Sonrió tenue, recibiendo la misma sonrisa de parte del rubio.

—¿Jimin, cierto? —el menor asintió—. Estamos juntos en esto.

—Me alegra saberlo Hyung —la sonrisa aumentó—. ¿Eso quiere decir que cuento con su apoyo y discreción?

El mayor acarició sus cabellos con cierto deje de ternura. —Siempre pequeño ángel.

Y Jimin sintió una vez más a su corazón estrujarse, sin poder explicarse a sí mismo el por qué haber sido llamado de aquella manera le había causado tanta tristeza.

La noche había caído y ahora el grupo que investigaba la entrada del circo estaban alrededor de una fogata improvisada que NamJoon había hecho con el fin de resguardarse de la ventisca nocturna.

Hoseok contemplaba con gran concentración aquellos dijes que pertenecían a su aun esposo y a él. Varias de sus jaquecas habían venido producto de la incógnita que había surgido apenas los hizo encajar, queriendo obtener una respuesta a cada una de las preguntas que le atormentaban desde que recibió la maldita herencia.

Rió sin gracia al caer en cuenta de que había muchas probabilidades de que su herencia sí estuviese maldita. Como si quisiera más problemas con todos los que tenía.

—¿Qué tienes ahí?

Pegó un pequeño brinquito cuando escuchó la ronca voz de su amigo tan cerca. Yoongi lo observó interrogante mientras se sentaba a su lado, observando aquel extraño dije que su menor sostenía tan celosamente.

—Hyung, me asustaste —murmuró, sobando su pecho. El pelinegro lo observó burlón—. ¿Qué?

—Si te asustas por eso, no creo que haya sido buena idea el venir aquí Hope —comentó el mayor—. En especial si tus sospechas son ciertas y este lugar está maldito.

Y Hoseok no supo por qué se sintió indignado.

—¡Es diferente! —replicó, causando las risas de los demás.

—¿Y si mejor me muestras lo que tienes ahí? —sonrió Yoongi, a sabiendas de que su amigo no era el más valiente.

El pelirrojo le mostró ambos dijes a su amigo, quien los veía de manera analítica, observando cada detalle en ellos con sumo cuidado y concentración.

—Ange Rouge... —leyó el pelinegro, observando el pequeño grabado.

—El otro dije también tiene un grabado —comunicó Hoseok.

Y efectivamente Yoongi pudo ver claramente el Ange Blanc grabado en el dije restante.

Pero. ¿Qué significaba? Yoongi se había hecho la misma pregunta que Hoseok, y, al igual que él no tenía respuesta.

Chanyeol por otro lado estaba fastidiado. Sabía que no debían dormir al menos hasta entrado el amanecer, pero en esas horas quería ver si podía aprovechar un poco y aunque sea descansar tranquilo.

Lástima que un pequeño y molesto ratón no le dejara por estar husmeando en su mochila en busca de comida.

Resopló una vez más para levantarse y encarar al cachorro que le estaba dejando sin alimentos y que ahora le observaba tan inocentemente.

—¿Qué crees que haces, Jungkook? —preguntó con sus manos a cada lado de su cintura y ceño profundamente fruncido.

El cachorro poco a poco fue retirando las manos de la mochila, como si hacerlo de manera lenta lograra que su tío no lo viera.

Tragó gustoso las papas que tenía en su boca emitiendo soniditos de satisfacción para irritación del mayor.

—Nada —respondió inocente y sin vergüenza.

—Pequeño mentiroso —gruñó el mayor—. ¿Sabes cuánto me costó encontrar esas papas?

—Es increíble que seas tan mezquino con tu propio sobrino —la voz molesta de Baekhyun crispó a Chanyeol.

El alfa carraspeó incómodo. —Jungkook, deja mis papas.

—¡Ja! Ahora me ignoras —bufó el omega—. Aunque no me sorprende.

Jungkook sabía que una discusión inminente se acercaba. Es por eso, que decidió salir de ahí y caminar por los alrededores, con el propósito de encontrar algo en las cámaras.

El frío viento de la noche lo recibió apenas se alejó de la fogata, arrugó la nariz y se abrazó a si mismo mientras sus pasos lo guiaban a la primera cámara, y conforme se iba acercando aquella adrenalina y emoción burbujeaban en su interior con la leve esperanza de poder encontrar algo.

El viento de la noche daba de lleno en su rostro moviendo sus cabellos y estremeciendo su cuerpo. Sus pasos aumentaron cuando sus ojos vieron el punto exacto donde el equipo estaba instalado.

De repente suaves murmullos acompañaban el danzar del aire. El joven alfa detuvo sus pasos al escuchar en la lejanía suaves susurros inentendibles, pero que claramente escuchaba, como si estos salieran de la tierra.

Acompasó su respiración y se prohibió a si mismo moverse. Sus oídos alerta en busca de aquel extraño sonido que había captado de inmediato como si aquel susurro fuera destinado para él.

Ven pequeño...

Abrió sus ojos como platos cuando esa frase fue claramente susurrada en su oído. Volteó bruscamente pero nuevamente la nada lo recibía.

Observó hacia la fogata y se cercioró de que todos estaban ahí. Negó para sí mismo y retomó su andar, quizá su misma imaginación en compañía del viento le habían jugado una mala pasada.

Sí... eso debía ser.

Niño... pequeño y dulce niño.

Okay. Ahora sí estaba seguro que no había sido el viento. La voz había sonado mucho más clara, aunque Jungkook no era capaz de identificarla, ya que, así como llegaba en compañía del viento, así también se desvanecía.

—Quédate más —susurró, rogando de que aquello funcionara.

Pero nada. El silencio se había prolongado más de la cuenta provocando que el menor resoplara rendido.

—¡Jungkook! —el llamado de su padre le hizo voltear—. ¡No te alejes tanto cachorro!

Esperó unos segundos más en silencio con la esperanza de poder escuchar aquel extraño susurro nuevamente, pero nada sucedió. Bufó rendido y se disponía a marcharse, pero nuevamente el viento danzó y con él venía aquella extraña voz.

Acércate, acércate más... estás muy muy lejos... No puedo alcanzarte...

¿Vienes por mi canto? Todos aman mi canto, ven, ven niño mío.

Jungkook sentía una hermosa paz invadirle, cerró los ojos dejándose llevar por aquella hermosa voz.

Acércate...

Los pasos del joven alfa lo iban guiando a las instalaciones del circo. Sus ojos permanecían cerrados, mientras sus oídos eran deleitados por la dulzura de aquella voz que le iba adormeciendo hasta el punto de perder el control en su propio cuerpo.

Ven amado niño, ven que te guiaré por un camino mágico...

Había traspasado el límite y ahora pocos pasos lo separaban del gran circo.

Un poco más dulce niño, un poco más y me pertenecerás.

Los pasos del alfa seguían firmes, una sonrisa en su rostro mientras era encantado por la maravilla que aquella hermosa voz desprendía. Sentía que debía obedecerle, quería pertenecerle y así deleitarse con su dulce vibrar por siempre.

Ya casi lo logras bonito mío, sígueme y pertenecerás a mí por siempre.

—Pertenecer a ti —murmuraba el joven alfa con una sonrisa boba en sus labios, mientras que sus pasos lo guiaban más y más al interior del circo.

Un movimiento brusco y todo encanto había acabado. Jungkook abrió los ojos de golpe, su respiración era acelerada e instantáneamente múltiples gotas de sudor bañaban su rostro.

Se extrañó al verse en aquel lugar. ¿Cómo había llegado hasta ahí? Estaba a punto de entrar al circo cuando su padre le había dicho claramente que debía esperar.

Un sollozo a su costado le sobresaltó, observó con cautela y corrió hacia su padre omega que yacía tirado en el suelo mientras gruesas lágrimas cubrían su rostro, con sus preciosos ojos denotando dolor.

—Papá, ¿Estás bien? —preguntó con cuidado, ayudando al omega a levantarse.

Jimin acarició el rostro de su pequeño y pudo respirar tranquilo cuando supo que lo tenía de vuelta. Lo abrazó fuertemente mientras se permitía llorar oculto en el amplio pecho de su cachorro.

—N-no te alejes Kookie —pidió tembloroso—. P-por favor promételo.

Y aunque Jungkook no entendía se lo prometió a su padre. Jimin sabía que su cachorro le obedecería y quizá fue eso lo que le tranquilizó un poco.

Mientras, entre las sombras el ser maldito sonreía ya que la historia una vez más se repetiría.













Me siento algo insegura con el capítulo pero espero que les guste. ❤️
Perdón por tardar tanto en actualizar pero estoy preparando nuevas historias y requiere tiempo.
Recuerden que los amo mucho, y muchas gracias por el 1k de seguidores. Realmente no pensé llegar a tanto. ❤️

Hasta la próxima familia Yoon~



YOONGLH🎪

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