🎪Circo 36🎪
La conversación con las hermanas Jung sirvió para que la determinación en Hoseok aumentara. Conocer el pasado real que se escondía tras la maldición del circo fue sumamente doloroso, pero el alfa sabía que aquel era el único camino a seguir para que la pesada venda por fin cayera de sus ojos.
—Me da mucha tristeza el destino de ambos amantes —confesó Taehyung mientras sorbía la nariz.
Ambos habían quedado solos en la biblioteca. HeoJin le dijo que podía hacer uso de cada libro existente en ese lugar para que todas sus dudas se aclararan, y Yoona había pedido permiso para recoger a las gemelas y que todos cenaran en la mansión para que la investigación no se viese entorpecida por la falta de tiempo.
Para Hoseok todavía es extraño ver aquella faceta en sus tías; sin embargo, parte de él puede comprender toda la presión que un juramento antiguo arrastra. Ahora todo aquello lo ve como su misión de vida, él quiere contribuir para que ese lugar quede liberado y, de ser posible, que él mismo anfitrión obtenga el descanso que desde hace mucho tiempo le ha sido negado.
—¿Encontraste algo? —pregunta luego de varios minutos, ambos han estado concentrados en descifrar el pequeño grabado que contiene la caja musical pero hasta el momento no han tenido suerte.
—Espera un momento —Taehyung luce concentrado, el alfa decide obedecer y permanece en silencio. Al cabo de un par de minutos más una pequeña sonrisa adorna las facciones del castaño—. Creo que lo tengo.
—¿Qué dice el grabado? —cuestiona el pelirrojo.
Taehyung deja de lado la lupa, da una última ojeada al libro que tiene frente a él y asiente para si mismo. A su lado tiene una hoja con muchos garabatos escritos que son testigo de los innumerables intentos para descifrar el grabado. Ahora, tras casi una hora de tiempo invertido parece haberlo comprendido.
—"Tierra encantada" —anuncia con seguridad, Hoseok le mira con atención y Taehyung aclara—. El grabado de la caja musical, significa tierra encantada.
—¿Tienes alguna idea de lo que sea? —lo pregunta porque el nombre se le hace conocido, pero no recuerda exactamente de dónde.
Taehyung niega. —Anotemos todo lo que descubramos y tengamos la esperanza de que el resto del equipo sabrá algo que nosotros no. Sobretodo Jimin y Yoongi, ellos están íntimamente ligados en todo esto.
—Hagamos eso —asintió el alfa estando de acuerdo.
Ambos continuaron sumergidos en miles de páginas que mostraban cosas que ya sabían y otras que no. Las horas pasaron al igual que su investigación, se sentían bien porque el viaje no fue en vano; es más, están seguros que fue mejor de lo que pudieron imaginar porque con ellos tenían el arma que sería capaz de eliminar al demonio maldito.
Cuando la noche estaba por llegar, Taehyung pudo terminar de descifrar el pequeño grabado que contenía la imagen tomada del collar encontrado en las instalaciones del circo.
—"Dulce niño" —comentó en voz alta, y luego procedió a anotarlo en la libreta que tenía al lado.
Hoseok hizo un sonido pensativo. —Tierra encantada y dulce niño.
—La verdad esperaba un mensaje más oscuro —reconoce el omega, ya han terminado con la pequeña investigación y ahora está guardando todos los libros en su respectivo lugar.
El mayor guarda silencio por algunos segundos y luego comenta. —No tendría por qué, recuerda que estos obsequios fueron dados cuando ellos eran felices.
—Ese detalle lo había olvidado —reconoce el menor con una mueca de sorpresa. En el fondo del pasillo puede escuchar pisadas rápidas y algunas risas infantiles, es por eso que sonríe ampliamente—. Las niñas ya están aquí.
La mirada del alfa adquiere un brillo precioso que encanta al omega. Hoseok se encarga de guardar todo lo que estuvo revisando y Taehyung hace lo mismo; la libreta en la que llevan toda la información está guardada en el bolso que el omega cuelga en su hombro izquierdo, lo mismo pasa con la caja musical y la daga de plata. Cuando están seguros que no han olvidado nada salen de la biblioteca para encontrarse con sus hijas.
El corazón del alfa late furioso; ha perdido la cuenta de los días que lleva sin poder ver a sus hijas y el anhelo ha ido creciendo con cada luna y sol vivido. Ahora ellas están ahí, puede escucharlas hablar animadamente y también escucha sus tiernas risas que son una fina caricia para su corazón. No sabe en qué momento sus pasos se han aligerado, pero ahora camina a mayor velocidad, mientras en su interior sigue sintiendo la inquietud de su lobo por volver a sentirlas cerca.
Baja las escaleras y se interna en el pasillo que lo guían al salón de descanso, Taehyung a su lado camina con rapidez y silencio. Ambos siendo guiados por el bullicio que las gemelas son capaces de crear en cada rincón donde se encuentran.
Ingresan al salón y las niñas inmediatamente se fijan en su presencia. Hoseok se queda estático, no puede dar un paso más porque teme de la reacción que sus hijas pueden mostrar, sus ojos se han nublado de lágrimas de felicidad porque puede verlas, y está feliz de saber que ellas están creciendo bien.
—S-Sally... Nally —llama dubitativo, abriendo los brazos en una muda y esperanzadora invitación.
—¡Papá! —exclaman ambas mientras sus cortos pies inician a correr hacia un inquieto alfa que espera el momento para tenerlas entre sus brazos y jamás soltarlas.
Hoseok se agacha y las abraza con fuerza. Las emociones cálidas llegan para abrazarlo y cierra los ojos para desear que ese momento se haga eterno y así nunca más se vuelva a alejar de sus pequeñas niñas que ama tanto.
—Te extrañamos mucho, papá —habla Nally, y su hermana asiente entre pucheros tiernos.
—Papá también las ha extrañado mucho, mis pequeñas —responde el alfa, llenando de besos las mejillas de ambas.
—¿Cuando volverás a casa? —pregunta Sally, sus ojos llenos de esperanza puestos en su padre.
Taehyung carraspea para anunciar su presencia, las pequeñas corren a abrazarlo y llenarle de besos, pero casi en el mismo momento regresan a los brazos de su padre alfa.
—La cena está lista —comunicó el omega—. De postre tendrán pastel de calabaza.
Con esa información las niñas se olvidan del punto delicado que sus preguntas estaban presionando. Salen corriendo hacia la cocina y Taehyung se mira envuelto en un incómodo silencio que no ayuda a soportar la mirada que Hoseok tiene sobre él.
—Después de la cena... —las palabras del alfa se escuchan dudosas, pero rápidamente añade con más seguridad—. Después de la cena, me gustaría que habláramos.
El omega traga en seco sin saber por qué. —¿De qué vamos a hablar?
—De todo —responde el mayor—. Necesitamos una conversación y creo que ha llegado el momento.
Taehyung lo sabía, pero no tenía la fuerza suficiente para admitirlo en voz alta.
La cena había transcurrido de forma tranquila y hasta cierto punto reconfortante. Hoseok había olvidado aquella sensación familiar, la soledad que últimamente estuvo a su lado esa noche permaneció ausente, y esa fue la principal razón para que una sonrisa estuviera presente en su rostro la mayor parte de la noche.
Ya era tarde y Taehyung le había pedido que fuese él el que arropara a las pequeñas para que pudieran dormir. El alfa estuvo con ellas durante ese tiempo y también decidió contarles una historia hermosa que les acompañara en el mundo de sus sueños.
Sólo cuando estuvo seguro que estaban durmiendo tranquilamente, Hoseok salió con cuidado de la habitación y se dirigió hacia la del omega, con la esperanza de tener una charla pacífica que le diera las explicaciones que merecía desde un principio.
Al ingresar descubrió que Taehyung le esperaba sentado al lado del balcón de la habitación, ya estaba vestido con un pijama gris y en sus manos acariciaba un retrato que desde su lugar Hoseok no podía ver, pero lo hacía con tanto sentimiento que el mayor inevitablemente se miró afectado.
Ingresó con pasos aparentemente seguros, obligó a su mente a olvidar el hecho de que estaba en la habitación que muchas veces compartió con aquel hombre que le esperaba. Sin embargo, las sensaciones fuertes que sacudieron su cuerpo al reconocer el retrato que descansaba en las manos de su aún esposo, no pudieron ser ignoradas.
Aquella era la foto que tomaron el día de su compromiso.
—Lee SoJeon —la voz de Taehyung rompió el silencio—. ¿Recuerdas ese nombre?
—Sí —es la respuesta del alfa, quien al ver que ha sido corta agrega—. Era mi jefe.
—Un hombre intachable con una familia perfecta —musitó el castaño, en ningún momento su mirada abandonó el cuadro que acariciaba—. Ese mismo que me presentaste en la fiesta de aniversario de la empresa Jung —soltó una risa floja—. La verdad es que nunca imaginé que de ahí nacería mi tormento.
—¿De qué estás hablando? —el alfa se sentó en la pequeña mesa ubicada frente al omega para poder verle mejor.
—Tu situación económica iba en picada, el trabajo era inestable y la única opción viable era seguir con el legado de tu familia, mismo que negaste a hacer —recordó el omega—. Mi primer error fue desobedecerte y tratar de ayudarte... —hizo una fina línea con sus manos y soportó las lágrimas—. El segundo fue creerte cuando me dijiste que tu jefe era un hombre de moral intachable que sería capaz de ayudar en los momentos más desesperados.
Una punzada desagradable se formó en el pecho del alfa cuando su mente comenzó a comprender las palabras del omega.
—¿Qué pasó? —silencio, Hoseok miró las lágrimas en el omega y suplicó saber—. Dímelo, por favor.
Taehyung ahogó un sollozo y finalmente habló. —La noche en la que me contaste de tu posible pérdida en el trabajo me animé a visitar a tu jefe para suplicarle una oportunidad más, estaba vulnerable porque tu sufrimiento era el mío, lo único que quería era verte bien y que te sintieras realizado con la vida que habías elegido —dejó la fotografía en la mesita y finalmente encaró al mayor—. Me acosté con él —soltó con amargura—. Mi desesperación fue el incentivo que ese cerdo necesitó para darme sus condiciones. Al principio creí que solamente sería una vez y que podría olvidarlo con el tiempo —rió con acidez—. Pero luego él volvía y me amenazaba con destrozar tu imagen si no volvía a tenerme —la mirada del omega se tornó distante—. Perdí la cuenta y con el tiempo él se fue aburriendo, nunca te lo dije porque no quería que supieras la basura que tenías de omega; pero no pasó mucho tiempo para que tú mismo lo supieras, y tan asqueado estaba con mi vida que nunca quise dar una explicación o tratar de justificarme porque a final de cuentas, traición es traición.
Las lágrimas y sollozos de Hoseok eran incontenibles; el llanto amargo dio inicio y sin poder evitarlo el omega también se miró afectado, porque Taehyung siempre odió ver a su esposo tan destruido, y saber que él es el causante principal a todo aquello, no es más que una daga profunda y cargada de veneno.
—N-no supe protegerte —el llanto de Hoseok aumentaba a medida que sus palabras abandonaban sus labios—. ¿Por qué hacerlo? ¡Yo no valgo la pena! Siempre fui un fracasado, lo único de valor que tenía eras tú y sin saberlo también te incluí en mi mierda.
—No, Hoseok —las manos del omega acunaron el rostro del alfa—. Tú no tienes la culpa de nada; esos son mis errores, unos que hasta el momento sigo lamentando porque me hicieron perder lo que yo más amaba en la vida.
—No tenías que hacerlo...
—Pero lo hice... —con sus manos limpió las lágrimas del alfa—. Y de ser necesario lo volvería a hacer si con ello aseguro tu bienestar.
—¡¿Por qué?! —gritó en medio de su llanto desgarrador—. ¡Dime por qué, Taehyung!
—¡Porque te amo! —gritó el omega, y luego susurró en medio de sus sollozos—. Te amo tanto o más que antes, alfa...
Ambos juntaron sus frentes y cerraron los ojos por un breve momento. El aroma del omega calentó cada porción fría que había dejado en el alfa su abandono; los corazones de ambos latían en la misma sincronía y fue en ese preciso momento que Hoseok descubrió que no quería y no podía perderlo.
No otra vez...
—También te amo —confesó en medio del silencio—. Te amo tanto, omega que nunca podría demostrar todo mi amor.
Las lágrimas habían adquirido un toque dulce que bañó sus rostros en el mismo momento que sus labios se encontraron para crear aquel beso que terminaría de cicatrizar sus heridas. El cuerpo del omega se desarmó entre los brazos del alfa, reconociendo con fuerza sus sentimientos, aquellos que nunca murieron y jamás lo harían.
Y esa noche antes de regresar al circo, Jung Hoseok volvió a reclamarlo, jurando que su amor sería fuerte; tal y como el lazo que llegó para borrar la cicatriz dolorosa del abandono.
Capítulo HopeV precioso como una cura para el alma. 🥺
YOONGLH🎪
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