Capítulo 3: Hermandad.
MARATÓN 1/3
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Katherine regresaba a su casa con mucha fatiga, pues eran las 11 de la noche cuando su turno terminó. En la mañana siguiente tendría una entrevista con Marlene, por lo que quería descansar muy bien. Al llegar a su casa, vió que la luz de la sala estaba encendida aún. Entró a su hogar, dejando las llaves en el pequeño adorno que había junto a la puerta y caminó a la sala. La casa no era grande, tampoco era pequeña, era justo lo que una familia de cuatro personas necesitarían.
Su caminar paró al ver a su hermano sentado en el sofá con una botella de agua en su mano. Frunció el ceño y optó por subir a su habitación, ignorando a su hermano, pero la voz de este le detuvo.
-Kath, espera.-Dijo Jared, levantándose del sofá.
-Temprano tengo que salir. Debo descansar.-Se excusó Katherine, intentando huír de la situación.
-No puedes huír siempre del tema, Katherine.-Dijo Jared, mirando a su hermana que estaba parada junto a las escaleras.
-¿Por qué no?. Tú lo hacías siempre, antes de ser lo que eres ahora. -Remarcó la castaña, con el rostro serio.
-Quiero hablar.-Dijo Jared, sin moverse de su lugar por temor a espantarla.
-¿Y qué crees que estás haciendo ahora?. -Dijo Katherine con un poco de sarcasmo en su voz.
-Por favor.-Pidió Jared, mirándola con la mirada decaída. -Sólo escucha. Nada más. Luego puedes irte.
Katherine movió su mirada para todos lados, tratando de callar su mente. Suspiró y asintió.
-Pero no me acercare a ti.-Dijo Katherine, cruzándose de brazos.
Jared asintió, comprendiendo su aclaración y procedió a hablar.
-Kath. Kathy. Kate.-Dijo Jared los sobrenombres que solía decirle cuando eran pequeños. -Lamento ese día. Lo lamento tanto.-Se disculpó, sintiendo un nudo creándose en su garganta.-Dije cosas horribles. Te dí miedo. Yo también me tuve miedo...
-Ve al punto, Jared.-Interrumpió Katherine, sin quitar la vista del chico.
El lobo suspiró con lágrimas formándose en sus ojos.
-Quiero que hablemos. Que salgamos juntos.-Dijo Jared, dando un pequeño paso, cosa que alteró a la castaña.-Quiero que conozcas a Kim. Quiero que conozcas a mi manada. Que seamos los hermanos que no pudimos ser por mi culpa.-Dijo Jared, dando otro paso.
-¿Para qué?. -Dijo Katherine, con su voz rasposa.-¿Para terminar como todos?. ¿Metida en problemas hasta el cuello, al punto de correr peligro?. O peor, ¿Quedar marcada?.
-Nada de eso pasará. Yo no lo voy a permitir. -Aseguró Jared.
-Me encantaría creerte, Jared.-Dijo Katherine, aguantando las ganas de llorar que tenía en ese momento.-Pero no puedo. Tengo miedo. Entiende, por favor. Mi miedo no es hacía ti, tu forma humana.-Murmuró con pesar.-Es hacía el lobo que casi me mordió aquel día.
-Kath.-Susurró Jared.
-Jared, no puedo.-Dijo la joven, bajando la mirada.-No ahora.
Katherine suspiró para luego subir las escaleras, dejando a un Jared devastado. Él sabía que no podría hacer algo, al menos, ahora. El metamorfo comenzó a caminar hacía la puerta con la respiración acelerada, quitándose la remera para cuando abrió la puerta, corrió al bosque donde dejó que su parte animal y su enojo efectuaran, cayendo sobre sus cuatro patas y correr como nunca antes.
Por otro lado, Katherine se tiró a su cama. Lloró y sollozó toda la noche, mirando una fotografía que había en la pequeña mesa de luz que había junto a la cama. Era una foto vieja, Jared y Kath eran pequeños, ambos sonreían y estaban manchados con helado. Recordó aquel día como si fuera ayer. Solo podía oír las risas y carcajadas de ambos mientras veían a sus padres tomarles la foto.
Esa noche, ambos pensaron en el otro. En su hermandad, y cuanto dolería sin ella.
A la mañana siguiente, Katherine se levantó con grandes ojeras y los parpados un poco hinchados. Aunque no quería, debía levantarse para ir a su entrevista con Marlene en Wolves.
-Creí que estarías más contenta por ver a tu familia después de mucho tiempo, Kathy.-Dijo Fiorella, quien había ido en la madrugada para ver a su amiga.
-Lo estoy.-Murmuró Katherine, mientras se colocaba una chaqueta.
-Pues, irradias alegría, Kathy.-Dijo Fiorella, con una mueca mientras husmeaba en el cuarto de la castaña.
La Cameron bufó y se sentó en su pequeño sofá, apoyando sus codos en sus rodillas y su rostro fue tapado por sus manos. La latina suspiró y se acercó lentamente a la castaña.
-Sé que es difícil, Kath.-Murmuró Fiorella.-Pero debes entender que...
-¡¿Qué es lo que tengo que entender?!. -Dijo la castaña, comenzando a enojarse.
Fiorella abrió la boca para responder, pero le llamó la atención de que la castaña comenzó a dar respiraciones agitadas.
-Kath.-Murmuró Fiorella.
Algunos objetos cayeron de las repisas, haciéndole notar el ligero temblor que había en el cuarto a la cazadora. Vió como los cuadros se movían de un lado a otro, mientras que la castaña aún tenía su respiración acelerada.
-¡Katherine!.-Dijo Fiorella, corriendo a su amiga, tomando el rostro de esta, abriendo los ojos con sorpresa al verla.-Oh, por dios.
Katherine pareció calmarse al ver el rostro asustado de su amiga, quien cuando parpadeó, se alejó de ella para caminar de un lado a otro por toda la habitación.
-¿Qué?. -Preguntó Katherine, levantándose del sofá.
La cazadora paró su caminar, mirando a su amiga con algo de inquietud. Abrió la boca varias veces, para cerrarla al segundo. Como si quisiera decir algo pero temía mencionarlo.
-No. Nada.-Dijo finalmente, Fiorella.-Se te hará tarde, debes irte. Marlene no es de tener mucha paciencia y debes dar una buena imagen.
-¿No quieres ir conmigo?. -Le preguntó Katherine, confundida.
-Me encantaría, pero le prometí a Kim ir a la Push.-Mintió la latina, con una sonrisa pequeña e incómoda. -Pero si nos aburrimos, te iremos a ver.
-No.-Dijo Kath, algo efusiva.-Nos vemos otro día. Ya debo irme. Cierra en cuanto te vayas.
-De acuerdo.-Dijo Fiorella, viendo como la castaña asentía lentamente y se encaminaba a la puerta.
La latina esperó a escuchar la puerta de entrada cerrarse para tomar su teléfono y marcar el número de Sam, quien atendió muy rápido.
-Fiorella. ¿Tienes novedades?.
-Reúne a la manada.- Se limitó a decir.-Creo que se ha sumado otro problema a nuestra infinita lista.
-¿Está todo bien?. -Preguntó Sam, algo ansioso.
-Lo estaría aún más si la bruja Elemental está presente en esta reunión. Ella debe tener respuestas para esta gran duda.-Respondió Fiorella.-Marlene y Bautista deben estar en la librería. Solo los lobos y Camila deben oír esto por ahora, en especial su lobo. Que Collin esté allí. En 20 minutos en tu casa.
Colgó la llamada, dejándole a Sam una inmensa curiosidad. Fiorella se preguntó: ¿Cuándo será el momento en que la reserva tenga paz?. La respuesta fue que nunca.
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Ay por el amor a dios.
Otra impronta en problemas.
¿Opiniones?. ¿Teorías?. Comenten.
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