El ultimátum

(Narrado desde la perspectiva de Jimin)

Estuvimos todo el fin de semana juntos. Fueron días realmente de ensueño sobre todo porque aclaramos lo que ambos sentíamos y queríamos para nuestra relación. Él sugirió que renunciara a mi servicio militar, pese a que eso podía tener consecuencias negativas. Sin embargo fue muy enfático en aclarar que la decisión estaba en mi.

Decidí aplazar todo tipo de decisiones para la otra semana, de momento solo quería no hablar del tema en lo que me quedaba de días aquí para disfrutarlo aún más.

~ Lunes ~

Ya era día Lunes y había llegado la tan temida hora — ¿Prometes escribirme? — preguntó con preocupación mientras tomaba mi mano para jugar con mis dedos.

— Haré algo muchísimo mejor que eso, lo prometo — respondí con seguridad. Me acerque y lo abracé —Realmente extrañaré tu aroma. — Deslicé mi mano por su polera negra y ancha para sentir su piel — Por supuesto que también extrañaré tu cuerpo — solté un suspiro de tristeza porque de verdad no quería irme de su lado. Aprovechó el impulso y me atrajo hacia él provocando que me mordiera ligeramente el labio inferior al sentir, de cierta forma, su posesividad. 

El transporte llegó y bajó uno de mis compañeros para ayudarme con la maleta.

— Park, espero que estés preparado para lo que se te viene — miré a quien decía aquello y no esperaba menos. Era Dae. Tomé fuerte la mano de Jungkook y creo que eso le dio una señal de  lo que podría vivir en mi regreso a la base. — vaya, vaya campanita, con que este es tu novio. No pensé que te gustaran los niñatos con verga pequeña — me sonrojé por lo que dijo y fue un momento extremadamente incómodo.

JK miraba con serenidad y con mucha tranquilidad pero no fue por mucho. — ¿te crees inteligente? ¿poderoso? bueno, no imagino lo grande que te debes sentir por ser hijo de un general. — me soltó la mano con mucho cuidado y caminó hacia la ventana donde Dae estaba asomando su cabeza.

— ¿Qué me harás? ¿me vas a morder? — dijo Dae soltando una risa burlesca que con tan solo oírlo me detonaron los recuerdos de las cosas que viví. — Eres un gallina igual que tu novieci...— Dae no alcanzó a decir nada más porque Jeon le había dado un puñetazo que le hizo sangrar de inmediato. JK se veía muy serio y calmado, pero la energía que proyectaba era realmente temible.

— Me llego a enterar de que le has tocado un pelo a Jimin, no dudaré en asesinarte. Hablo muy en serio. Si me llego a enterar de que has violado a otro chico más en la base, te castraré y te dejaré con vida solo para seguir torturándote ¿comprendes? —

Jamás había visto de esta forma a Jungkook, nunca en todos los años que lo conozco se había comportado así. Se acercó a mí y di un pequeño salto — si este pedazo de mierda le hace daño a alguien más, llámame. Prometo que haré lo necesario para que pague por todo lo que ha hecho — tomó mis mejillas y me besó. Fue un beso ligero y muy tierno — ya no quiero seguir escondiéndome de nadie — murmuró en mis labios y se apartó con cuidado.

El copiloto ofreció cambiar de asiento conmigo para que no tuviera problemas con los demás, oferta que por supuesto aceptaría. Me despedí con la mano igual que el primer día y me fui pensando en todo el camino lo que había ocurrido. Sentía los ojos de Dae clavándose en mi asiento, pero trataba de actuar con normalidad.

Al llegar tuvimos que ir a dejar nuestras cosas y noté la reasignación de Tae en mi tropa. Estaba feliz, muy feliz; de cierta forma ya no me sentiría poco apoyado y medianamente solo.

~

Los días pasaron tranquilos pero hoy jueves ocurrió algo extraño, estábamos comiendo en la cafetería y entró un soldado de mayor rango — ¡Soldado Park Jimin! — me puse de pie en seguida. Comentó que el mismísimo General, el padre de Dae, me estaba esperando en el despacho del sargento. Miré a Taemin asustado porque probablemente se veía venir mi baja por ser homosexual.

— Pareces un papel. Tranquilo, todo estará bien — Taemin me daba mucho ánimo pero admito que las manos me sudaban y ya veía venir aquellos gritos de deshonor. Mientras caminaba para ir con el soldado, este mismo comenzó a llamar a otras siete personas y entre ellas a Taemin.

Nadie entendía nada, estábamos temerosos y confundidos, incluso Taemin. Tomé su mano por un momento porque tenía miedo, miedo de lo que nos podría ocurrir. Y para mi sorpresa, su mano temblaba, el también estaba asustado. Tenía una extraña sensación de salir corriendo, de esconderme en algún lugar y esperar a que esto que siente mi cuerpo se pase.

¿Qué se supone que teníamos en común todos nosotros? ¿serán por las cartas?

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Nota de autor
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Primero, les quiero pedir mis sinceras disculpas por dejar esta historia a medio terminar. La he pasado muy mal mentalmente y creo que mi hiatus lo hizo notar. He tenido un par de recaídas en mis estados de ánimo y se ha sentido como la mierda.

Ayer me quedé pensando muchas cosas por la noche, me quedé pensando en lo que el amor significa en mi vida y si se los cuento... temo que los pierda a ustedes, a quienes me leen.

La última parte me refleja mucho, estoy temerosa, confundida y tomo la mano de mi familia y mis amigos para poder sobrellevar lo que siento, pero estoy tan aterrada con todo que me cuesta no ver alternativas fáciles para calmarme.

De todas formas quiero que sepan que les quiero y mucho y que no me iré antes sin entregarles los últimos capítulos de esta historia.

Un abrazo,
Sara Inés Winter.

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