El acoso escolar es la situación en la cual un estudiante o grupo de estudiantes (víctima/s) es hostigado por otro u otros (acosador/es) en forma sistemática.

Las víctimas pueden ser acosadas de diferentes maneras. Las agresiones pueden ser presenciales o pueden ocurrir a través de las nuevas tecnologías. Las formas de acoso pueden ser variadas, por ejemplo: la víctima puede ser excluida socialmente, ser insultada o pueden dañar sus objetos personales, etc.

El acoso escolar se presenta en todas las sociedades humanas. No distingue clases sociales, se da tanto en escuelas públicas como privadas y en cualquier país del mundo. Una encuesta española mostro que el 70% de los estudiantes fueron partícipes de alguna situación de acoso escolar.

Para Finlandia la educación es una prioridad del Estado y la preocupación por los casos de bullying llevó al gobierno a trabajar conjuntamente con la comunidad educativa para desarrollar un programa para luchar contra el acoso escolar. Este programa llamado KiVa cuyas siglas derivan de Kiussamista Vastaan que en finés significan "contra el acoso escolar" se probó primero de forma experimental en una escuela en 2007 y tuvo un éxito notable (se redujo en 80% el bullying). Posteriormente se aplicó a todo el país y dado su éxito se comenzó a implementar en muchos otros países.

El método KiVa puede ir más allá de la lucha contra el bullying y ser la semilla de una sociedad más justa y equilibrada. Es un método contra la violencia que convierte a los alumnos en personas empáticas y sociales.

Un acto de acoso escolar tiene víctimas, acosadores y testigos y cada uno de ellos cumple un rol específico. Sobre ellos se debe actuar con protocolos diseñados específicamente. Se puede mencionar que la piedra angular en la lucha contra el acoso escolar se basa en influir a los alumnos testigos de una situación de acoso para que ellos no participen en él de forma indirecta con sus silencios o sus risas porque esto refuerza el poder del acosador. El acosador busca que los espectadores reaccionen positivamente a su comportamiento agresivo. Si esto no ocurre, él pierde su posición de superioridad y no encuentra rentable socialmente seguir acosando.

Para la aplicación del método finlandés se dispone de varios recursos de capacitación y de concientización como charlas para profesores, manuales, videojuegos, así como también un buzón virtual para que tanto víctimas como testigos puedan denunciar de forma anónima cualquier caso de bullying.

Se instruye a los estudiantes con alrededor de 20 clases especiales en diferentes edades. Hay distintos tipos de acoso en cada etapa del desarrollo y por ello se escogen para darles clases a los estudiantes de 7, 10 y 13 años. El objetivo es que puedan tomar conciencia de los diferentes tipos de acosos y de esta forma prevenirlos y combatirlos.

Para la implementación del método, el director del establecimiento designa a tres adultos (por lo general docentes) para conformar un equipo capacitado para intervenir ante situaciones de acoso escolar que puedan detectar e investigar el tipo de acoso que se produce.

Es importante determinar si es puntual o continuado y seguir el protocolo especificado actuando sobre las víctimas, los acosadores y los testigos.

Por lo general, el equipo busca apoyar a la víctima y tranquilizarla. El accionar sobre los acosadores y testigos tiene por objeto sensibilizarlos desarrollando más su empatía.

El tratamiento sobre los alumnos debe ser individual y sin confrontaciones. Se concientiza principalmente a los testigos porque aunque no sean los protagonistas obvios, su accionar influye en el agresor que necesita un reconocimiento positivo. Este punto es el que toma el método KiVa como innovador, pues sostiene que los testigos son la clave fundamental para lograr la efectividad del programa de la lucha contra el acoso escolar.

Bibliografía:

https://psicologiaymente.com/desarrollo/metodo-kiva-bullying

https://www.bbc.com/mundo/noticias-39845405

http://www.kivaprogram.net/ssc-en/news/kiva-un-m%C3%A9todo-eficaz-contra-el-acoso-escolar

Autora: Alejandra Abraham