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Erick
Desperté temprano, el reloj marcaba 8:32 am y el sol apenas comenzaba a asomarse detrás de las colinas que quedaban a mi vista, bostecé poco antes de estirarme y así salir de la cama acomodando mis pies dentro de mis sandalias.
Recorrí la habitación y salí en busca de algo para beber, cercas de la cocina encontré una botella de vino tinto y sin pensarlo dos veces vertí un poco dentro de la copa que aguardaba a su lado. Sabía lo temprano que era para beber pero no me importó hacerlo cuando recordé que ya no tenía nada por lo que desearía vivir.
Rachelle ya no estaba a mi lado así que no importaba en lo absoluto nada de lo que estuviera pasando ahora mismo en mi vida.
Regresé a mi habitación y recorrí las cortinas para tener una mejor vista, encendí mi móvil y me recargué en el enorme ventanal que estaba al frente, necesitaba mantenerme ocupado en algo mientras intentaba matar mi soledad.
El timbre de la puerta principal resonó varias veces llamando mi atención, deje la copa de vino sobre la cómoda y caminé rápidamente hacía la puerta, miré el monitor de recepción y presione el botón que me ayudaría a saber de quién se trataba.
-Diga-hablé en tono serio esperando saber de quién se trataba lo más pronto posible y así volver a dónde me encontraba para hundirme en mi miseria.
-¿Erick?... Ammm.... Soy yo Christopher.... Y ahhhh....
-Está abierto-interrumpí su argumento presionando el botón que le permitiría el paso a mí ahora nueva casa.
Cansado me moví hasta la sala, miré mi atuendo y luego reí un poco. De verdad no me importaba como me mirará.
-¡¿Erick?!-llamó desde la puerta de entrada Christopher mientras esperaba a que lo atendiera.
-Estoy en la sala-hablé nuevamente.
-¡Aquí éstas!-habló él dejando unas bolsas sobre la pequeña mesa del recibidor. -Es bueno verte. Hace tanto que no lo hacía-habló entusiasmado preparándose para darme un abrazo.
-No-le detuve. -Ni siquiera lo intentes-hablé fríamente deteniendo su andada.
Me miró un instante y luego desvío su mirada. -¿Tienes hambre?... Te traje algo-me mostró sus bolsas. -Comida china-aclaró. -¡Tú favorita!-dijo entusiasmado, sacando dos pequeñas cajas con el contenido.
-No tengo hambre-hablé de nuevo produciendo una gran mueca en la cara de mi amigo. Llevaba tantos años conociéndote que podía notar cómo poco a poco estaba agotando toda su paciencia, pero aún con ello aún continuaba manteniéndose al margen.
-¿Qué? ¿Cómo que no tienes hambre?... Es decir llevas días sin probar bocado-contestó convencido de sus palabras manteniendo aún la poca calma que llevaba encima.
-He dicho que no tengo hambre. Eso es todo-hablé impaciente elevando un poco mi tono de voz.
-E... Erick tienes que hacerlo ¿Vale?
Negué con la cabeza y lancé en el aire ambas cajas de comida china.
-¡NO! ¡NO NO NO! ¡ERICK YA BASTA!-dio un golpe seco sobre la mesa de centro de la sala. -¡HAZ ELIMINADO LA POCA PACIENCIA Y COMPASIÓN QUE TENÍA POR TI! ¡ERES UN GRAN HIJO DE PUTA!-gritó con rabia jalándose de los cabellos. Estaba cabreado y tenía sus razones. -¿EXTRAÑAS A RACHELLE? YO TAMBIÉN. Y SABES...-se contuvo unos segundos. -ERES UN PUTO EGOÍSTA QUE NO HACE NADA MÁS QUE SÓLO PENSAR EN TI... ¡NO SABES CÓMO LA ESTAMOS PASANDO LOS DEMÁS! NO TIENES NI UNA PUTA IDEA...-negó con la cabeza limpiando sus lágrimas. -NO SABES CUÁNTAS NOCHES ANNA Y YO HEMOS LLORADO POR ELLA... NO SABES CUÁNTAS VECES HEMOS DESEADO RENDIRNOS... NO SABES CUÁNTAS VECES SU PADRE HA ROGADO PORQUE VUELVA!... NO SÓLO TÚ ESTÁS SUFRIENDO SU PARTIDA ERICK ¡ABRE LOS OJOS!.... ¡NO SÓLO TÚ LA HAS PÉRDIDO! TODOS LO HICIMOS... Y SÍ TE ENTIENDO TÚ LA AMABAS PERO QUE ME DICES DE SU PADRE AH?... O DE SU HERMANO?... O ANNA QUÉ ME DICES DE ELLA?... SABES LO QUE ESTÁN SINTIENDO? SABES CUÁNTO LES DUELE SABER QUE NO VOLVERÁN A VERLA?... QUÉ NO PODRÁN CONTARLE SUS SECRETOS COMO ANTES LO HACÍAN?... QUÉ EN NAVIDAD O EN SU CUMPLEAÑOS YA NO PODRÁN DARLE UN REGALO PARA VERLA SONREÍR AUNQUE NI SIQUIERA LE GUSTARÁ EL REGALO Y SÓLO LO HACÍA POR SER AMABLE?... ¡NO ERICK!... NO LO SABES...-se detuvo de nuevo. -¿Y SABES?... NO PODEMOS HACERLA REGRESAR-respiró profundamente y limpió sus lágrimas de nueva cuenta. -No existe una forma de devolverla a nuestras vidas, así como con Joel, con Margott y tú bebé. No la hay Erick. ¡NO!-recalcó de nuevo mirándome durante algunos segundos. -Y lamento haberlo dicho así... pero de verdad tenías que abrir los ojos y darte cuenta de todo lo que sucede a tu alrededor. Ella no está más y no por ello significa que tú tampoco deberías de estarlo. Sólo eso...-se alejó. -Es todo lo que tenía que decirte... con permiso-y sin más salió en silencio de aquel lugar dejándome solo una vez más.
♠♠♠
Hola hola.
Éste capítulo me dolió. Espero lo disfruten.
Nos leemos luego.
-All the love♣
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