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Erick.

Los días han pasado, su ausencia me ha dolido tanto como nunca imaginé que dolería, tampoco es como si en algún momento hubiese deseado que sucediera, ni siquiera lo pensé. Siempre me idealice a su lado, creí que estariamos juntos hasta la muerte y se que si no fue así fue porque yo así lo quise, después de todo yo tuve la culpa de que ella sufriera aquel accidente, yo fui quién cometió el error yo iba a repararlo. Sé muy bien que aquel cuerpo hecho cenizas no era el de ella, y aunque nadie me creería sabia muy bien que no se trataba de ella. No era ella y nadie podría decirme lo contrario, esa chica no era MI CHICA.

Levanté mi cuerpo de la silla de cuero con pereza y acomode la fotografía en mi escritorio, contuve la respiración durante varios segundos e incorporé mi postura limpiando las lágrimas de mis mejillas.

-Señor Colón ¿Se encuentra bien?-llamó detrás la voz de aquella chica molesta.

-¿Cuántas veces tengo que decirte que debes llamar a la puerta antes de entrar?...-respondí con molestia, estaba cansado de ella.

Bajo su cabeza. -Lo siento-se disculpó avergonzada.

-¿Qué querías decirme?-cuestioné con prepotencia.

Asintió con la cabeza y abrió su block de notas que llevaba sobre sus manos. -El Señor De Jesús acaba de llamar... Su recado fue que lo espera en 20 minutos en su casa para ver los asuntos acerca de la sesión fotográfica para Louis Tomlinson-
habló con entusiasmo mientras sonreía al pronunciar tan importante nombre.

-¿Louis Tomlinson?-arqueé una ceja. -¿Acaso no habíamos dado por terminado aquel tema?-entrecerre los ojos confundido. Si bien hacia más de dos semanas que aquella sesión fotográfica se había dado por terminada.

-Eh... Eh... Bueno... Yo...

Rodé los ojos. -¿De verdad sabes hacer tú trabajo?-escupí con furia.
Estaba tan cansado de ella.

-Lo... Lo siento...

-Sólo vete de mi oficina. ¿Quieres?-mostré una sonrisa fingida.

Bajo la mirada de nueva cuenta y cerró con rapidez su block para girarse sobre sus propios pies e intentar caminar lejos. Caminó torpemente cuando sus pies se enredaron y termino por caerse estrepitosamente al piso regando todos sus papeles sobre el piso.

Rodé los ojos de nueva cuenta e imagine que jalaba mi cabello lleno de rabia por la estúpida chica que tengo como asistente. Si bien, Maggie la chica que tenía como asistente en un principio había decidido marcharse debido a la presión y el mal humor que los dos últimos meses había mostrado. Si en cambio, Cristal mi asistente de ahora era extremadamente torpe e inutil, Rachelle había decidido contratarla debido a que se trataba de una chica Canadiense que se encargaba de toda una familia en aquel lugar. Ray era muy considerada al ayudarle con su trabajo pero yo, yo simplemente no podía con ella, deseaba despedirla sin embargo sabía lo difícil que sería encontrar a alguien que pudiera hacer su trabajo. Así que hasta ahora ella era la mejor opción.
Caminé hasta ella y me agache a su altura, tome los papeles del piso y la ayude a acomodarlos. -¿Está usted bien?-cuestioné al cabo de unos minutos.

-Ssssi. Lo siento-se disculpo de nueva cuenta levantando su cuerpo dolido del piso. Su rostro cambio de inmediato cuando finalmente sus dos pies tocaron el suelo, su rodilla derecha sangraba y su rodilla izquierda mostraba un gran moretón color verde.

Incorporó su cuerpo y sonrió levemente mientras intentaba convencerse a si misma de que no sentía dolor alguno.

Contuve mis ganas de gritarle y me acerqué a su cuerpo.

-Dejame ayudarte-tomé de su cintura y la ayude a sentarse sobre una silla del frente de mi escritorio. Trague saliva -Te llevaré a tú casa.

-¿QUÉ?... ¡NO! ¡NO!-replicó rápidamente en un intento por reincorporarse.

-Dejame llevarte. Estas lastimada. Es mi deber-hable con amabilidad.

¿De verdad debía de hacerlo?...

Me miró con timidez y asintió con su cabeza. Rodé mis ojos sin que ella me viera y me acerque hasta ella tomando de su cintura para llevarla hasta mi automóvil.

Con ella en brazos camine hasta el estacionamiento, una vez frente a mi auto saque mi llave y le abri la puerta, la meti en el auto y me metí yo. Encendí el motor e inicie en marcha.

Observe su rostro con detenimiento en un intento por encontrar una razón por la cual se debiera su torpeza. No encontré ninguna.

Su rostro perfilado y su mirada llena de inocencia me hacia recordar a Rachelle en aquella época en la cual apenas nos conocíamos.

Guiado por ella llegué hasta su hogar. Por supuesto de nueva cuenta tuve que ayudarle.

Con su llave abrió la puerta de su hogar y con algo de ayuda logramos entrar.

-Muchas gracias-habló rompiendo el hielo mientras la ayudaba a acostarse sobre su sofá.

-No fue nada-respondí.

Segundos más tarde ambos nos despedimos y así fue como mi segundo mes pasaba sin ella a mi lado.








♣♣♣
Hola hola.

Una disculpa.

Los amo♥ Muchas gracias por su apoyo

Besos XOX.

-All The Love♥

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