33
—¡Anna!—llamé su atención con desesperación. Los ojos de Anna me buscaron, y cuando lo hicieron se abrieron como platos al verme caminar hasta ella, no creo que verme caminar como si nada hubiera pasado estuviera en sus planes.
—Rachelle—respondío totalmente confundida. —Rachelle, ¿Qué haces aquí?… Deberías estar reposando. ¿En dónde está el idiota de Ethan?. Se supone que el debería de estar cuidandote…—rodó los ojos. —Aguarda… ¿Qué haces con Nico en brazos?… Creí que Christopher lo estaba cuidando. ¿Dónde está ese imbécil?…
—Anna escúchame bien—susurré tan bajo como me fue posible ignorando por completo todos sus cuestionamientos. —Necesito que cuides de Nicolás. Tengo algo muy importante que hacer. Después te buscaré. Por ahora sólo encargate de Nicolás e intenta simplemente no llamar la atención—susurre de nuevo.
—¿Qué?… Rachelle no te entiendo. ¿Qué pasa?…—ahora era ella quien estaba susurrando.
—No tengo tiempo para explicaciones. Sólo cuida de él—tragué el nudo de mi garganta y sonreí lo más convincente que pude. —Confía en mí—di un apretujon en su mano con el fin de transmitirle seguridad, ella pareció notarlo y asintió con la cabeza.
—¡Rachelle es hora!—gritó Cristal a mis espaldas, por supuesto que era hora, ella tendría a Erick por ello anhelaba tanto que me fuera.
—Vete—ordené murmurando muy bajo en dirección a Anna, confundida asintío con la cabeza y caminó a toda prisa en direccion a la salida, fue hasta entonces que sentí una mano envolverse en mi muñeca tirando de mi con fuerza, no hice caso alguno y continúe avanzando sin mirar de quien se trataba la fuerza impuesta en mí. Sabía de sobra que se trataba de Harv.
—¡Rachelle!—escuché la voz grave de Erick, me giré con rapidez para mirarlo y simplemente lo que mis ojos vieron termino por quebrar mi corazón.
Cristal al verme corrió a sus brazos, envolvió sus manos detrás del cuello de Erick y lo acercó a su rostro besandolo con desesperación. Pensé que Erick la apartaría, que haría algo para detenerla más sin embargo rodeo con sus manos su cintura y devoro su boca con la misma desesperación.
Incline mi cabeza al frente y comencé a seguirle el paso a quién fuera que me estuviera sacando del lugar, sentí un dolor punzante y lo único que pude ver fue la sangre derramada de mi muñeca, aquella muñeca que momentos atrás llevaba el suero y que ahora estaba siendo cruelmente lastimada por la fuerza que imponía la mano ajena a mí.
Una camioneta negra apareció al frente de mí, era mi fin, o tal vez no, pero sabía que sería algo de lo que probablemente iba a arrepentirme en un futuro.
—Entra rápido—entoces caí en cuenta de que no era Harv quien me había arrastrado hasta aquí. Aquella voz simplemente no le pertenecía a él.
Estática permanecí en mi lugar, mis piernas no respondieron, toda yo era un mar de emociones en este mismo momento.
—¡Mierda Rachelle entra ahora!—grito una voz dentro de la camioneta, se trataba de Ethan quién me animaba a entrar parecía desesperado y no era para menos cuando probablemente Harv se estaría volviendo loco.
Mi cabeza reaccionó a sus ordenes y a toda prisa entré en la parte trasera de aquel auto viejo. Estaba demasiado asustada como para replicar el potente olor a medicina dentro de ese viejo automóvil.
La puerta se cerro luego de que entrara el chico que prácticamente me había arrastrado hasta aquí y el auto inicio en marcha.
—¡Mierda, estas sangrando!… —habló con angustia el chico de mi lado quién por cierto aún cubría su rostro.
Su voz me era tan familiar, la melodía que tenía al hablar simplemente movia mis recuerdos.
No respondí, ni siquiera aparté mi vista de él, necesitaba descubrir quien era aquella persona que cubría su rostro con un pasamontañas aún cuando en mi cabeza aparecía una idea de quién se trataba.
Llevé una de mis manos hasta su rostro cubierto y con el cuidado que se le da a una rosa para evitar que las espinas te lastimen comencé a retirarle el pasamontañas.
Poco a poco su rostro se fue revelando, mirarlo hacia que mi corazón simplemente se hinchara de la emoción y al igual que yo sus ojos no paraban de derramar lágrimas.
Sentí tanta paz al tenerlo frente a mí, toda esa angustia de momentos atrás se desvaneció en sólo un instante, todo lo que sentía ahora era felicidad.
Con las manos temblorosas lo envolví entre mis brazos, y hundí mi cabeza en el hueco de su cuello embriagandome en ese aroma que había amado durante tanto tiempo.
—Te extrañe tanto—dijo él en un susurro que sólo podíamos escuchar nosotros, estaba tan cerca de mi oído que su cálido aliento envió toques eléctricos por todo mi cuerpo.
—¿Por qué te fuiste?… ¿Por qué me dejaste?…—reproché egoístamente.
Harv ya me había explicado los motivos, Joel deseaba mi felicidad, incluso si debía alejarse de mí, y aunque él no había cumplido con su palabra, Joel estaba dispuesto a hacerlo.
—Tuve que hacerlo. Anhelaba tu felicidad, incluso si alejarme de ti era la condición para ello—susurró acariciando mi cabello aún entre sollozos.
—Perdón. Soy una egoísta—me regañe a mi misma. —Perdón. Te arranque la vida yo misma, no debiste de haberlo hecho, tú hijo creció solo, y todo por mi culpa—hablé sin pausas, todo había sido mi culpa. Era una idiota.
—¿Mi hijo?…—sólo se hecho a reír. —Jane no era más que una cómplice de Harv—mi mirada se detiene en un punto indefinido. Definitivamente esa es información que no esperaba escuchar.
—¿Qué?…
Me mira, sus manos ya están fuera de mi cuerpo, luce como un cachorro indefenso, ha sufrido tanto.
—Después de que Harv te disparará intente correr detrás de ti, intente ayudarte. Pero ni Harv ni Jane me lo permitieron. Ambos lo habían planeado todo, Harv sabía el lugar exacto en el que debía causarte daño, sólo te noqueó, el no iba a matarte—el tono de su voz disminuía palabra a palabra, parecía debilitarse a cada segundo.
Lamió sus labios y continuó —Ella me lo confeso todo, y se que será muy duro para ti pero esta es la verdad—suspiro pesadamente. —Ella siempre supo de Harv, ella lo conoció incluso antes que tú. Siempre estuvo en una relación con él, no una oficial pero sí tenían relaciones cada vez que querían. Era una relación jodidamente loca. Sexo de ocasión—mi mente comenzó a procesar de a poco la información. Todo era tan confuso, era demasiada información en tan poco tiempo. No quería saber más, no quería saber quien era Jane. No deseaba más dolor.
—Detente por favor—interrumpí. —No quiero saber más. No es el momento—expliqué. —Sólo quiero estar contigo—me abracé a su cintura. —Recuperar el tiempo perdido. Sólo eso.
Lentamente limpio sus lágrimas y me envolvió de la misma manera entre sus brazos. Estábamos juntos de nuevo y ahora nada ni nadie iba a separarnos de nuevo.
***
Hola Hola.
—All the love ♥
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top