25

Erick

Estacioné el automóvil al frente de el hogar de Cristal y llamé su atención haciendo sonar el claxon para que ella saliera, sabía cuanto detestaba que hiciera esto y aún con ello lo hacía sólo para molestar.

Segundos bastaron para que Cristal corriera a toda prisa fuera de su casa y caminara hasta mi dirección. Su semblante era serio hasta que entro en el automóvil y sonrió.

-Hola-saludo ella besando mis labios de manera fugaz. Odiaba tanto sentir sus labios, aún Rachelle rondaba en mi cabeza.

-Hola-saludé de la misma manera comenzando a conducir, el silencio se hizo presente durante varios segundos, era incómodo pero ya era algo que sucedía hacia poco más de una semana, primer día en Nueva York pero de igual forma iba a continuar.

Cristal, abrió la boca para comenzar a hablar pero de inmediato me obligue a callarla debido a mi móvil el cual sonaba desde mi bolsillo del pantalón. -Erick Colón, diga-su respiración acelerada llamo mi atención.

-¿Erick?-cuestiono de nuevo aún cuando ya le había respondido. -Erick necesito hablar contigo ahora mismo.

-¿Zabdiel?-cuestioné confundido, jamás lo había escuchado tan mal como ahora.

-Si. Soy yo. Te veo en el café de siempre en 15 minutos, adiós-y con ello finalizo la llamada dejándome simplemente aún más confundido de lo que me encontraba.

Guarde el móvil en su lugar y me giré sin despegar la mirada del frente. -Uhm... Cristal-llamé su atención deteniendo el automóvil.

Giro su rostro prestándome atención, arqueó una ceja y me miró.

-Tengo que ver a Zabdiel ahora mismo-hablo firmemente.

-¿Ahora mismo?-me mira, sabe la respuesta y aún con ello lo pregunta.

Asiento con la cabeza y rueda los ojos.

-¿Y crees que debería ir sola?-cuestiona totalmente asustada. Se que esta fingiendo pero no puedo resistirme a su inteligencia.

-Puedo llamar a un taxi si tu quieres-propongo aunque se que se negara.

-No. Gracias. Puedo sola-dice molesta y baja del automóvil azotando la puerta al final.

La miro perderse en el camino y rió con malicia.

«Tan dulce que lucia en un principio y resulto todo una maldita niña inmadura...»

Niego con la cabeza frustrado y continuo mi camino pero ahora con más rapidez, Zabdiel me ha dicho 15 minutos y llevo 12 lidiando con Cristal.

Rápidamente continuo conduciendo hasta que llego finalmente a mi destino, estacionó el automóvil y corro literalmente dentro del pequeño local.

Con la mirada lo busco hasta que finalmente aparece en mi campo de visión. Levanta una mano para llamar mi atención y le sigo rápidamente.

-¿Sucedió algo?... -cuestiono sentándome al frente de él. Luce abrumado puedo notarlo.

Su mirada se intensifica pero sólo un momento pues sus ojos se llenan de lágrimas de un momento a otro, empuña sus manos y suelta las lágrimas sin hacer ruido alguno.

Tarda unos segundos pero esboza un -Sí-mirando la taza de té humeante que permanece sobre la mesa.

-¿Qué fue lo que paso para que estes así?-cuestione intrigado. Algo grabe debió de haber sucedido, de no ser así Zab no estaría tan mal.

Suspira con pesadez y levanta la mirada encarandome nervioso, relame sus labios y finalmente habla -V -vi a Rachelle.

Mi cabeza da vueltas en un intento por procesar sus palabras. A hablado de Rachelle y ese nombre es lo único que ronda en mi cabeza.

-¿Q -qué?-titubeo intentando procesar sus palabras una vez más. -¿R - Rachelle?-esbozo en un susurro y le miro molesto en un intento por contenerme, pero no lo logro y explotó con firmeza. -¡NO JUEGUES CON ELLO!-grito golpeando la mesa con una de mis manos.

Siendo audaz lo tomo de su camisa y lo elevo un poco, no he podido contenerme.

-¡RACHELLE ESTA MUERTA!-grito de nuevo. -¡¿POR QUÉ JUEGAS CON ELLO CUANDO SABES CUANTO DUELE?!-sollozo perdiendo mi fuerza.

-¡NO ESTOY JUGANDO CON NADA!-brama Zabdiel molesto en un intento por zafarse de mi agarre sobre su cuello. Lo logra y limpia sus lágrimas con el dorso de su mano.

-¡¿Entonces?! ¿A donde carajos quieres llegar con esto?-reniego molesto limpiando mis lágrimas.

-Siento interrumpir pero tendrán que abandonar el lugar-interrumpe un hombre ajeno a nosotros mirando con miedo la escena que hemos montado. La gente de nuestro alrededor nos mira y todos lucen asustados.

Molesto, Zabdiel se adelanta y sale de el lugar en completo silencio, las lágrimas aun no cesan pero esta ahora más molesto que nada.

-¡Zabdiel espera!-grito detrás de el pero de igual manera me ignora. -¡Zabdiel!-grito de nuevo recobrando la cordura. -¡Zabdiel por favor!

-¡Olvidalo!-grita de vuelta sin detener su andada.

-¡Zabdiel entiéndeme!-ruego cuando recapacito finalmente con lo que he hecho.

-¿Entenderte?-se gira a mirarme. -¿Cómo Erick?-lanza sus brazos al aire y me mira. -Intento decirte algo que probablemente quieras saber y haces todo un show-limpia sus lágrimas. -No Erick-bufa y me mira amenazante. -No lo haré. No te dire algo que simplemente no vas a creer-y sin más se marcha negando con la cabeza. -¡Investiga si quieres saber algo sobre ella!-grita de nuevo marchándose sin siquiera mirarme. -Olvida que al menos tuvimos una amistad.












♣♣♣
Hola hola.
Buen inicio a clases.

-All the love♠

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