16

Erick

—Erick ya basta haz bebido demasiado, por favor para de hacerlo—habló Louis alejando al mesero que traía mi bebida por décima ocasión en la noche.

—¿Por qué Louis?... ¿Por qué fui tan idiota?...—lloriqueé ignorando por completo a Louis.

—No eres un idiota. Por favor deja de insultarte—habló preocupado.

—Erick—se acercó Cristal hasta donde me encontraba. —Creó que deberíamos irnos—habló preocupada.

—¿Sabes conducir?—cuestionó Louis. 

—Por supuesto—aseguro.

—Toma. Son las llaves de mi auto, mañana puedo pasar por el a tu hotel. Ve con cuidado—habló Harry con su peculiar voz rasposa, estaba preocupado podía notarlo en su mirada, se bien que yo tampoco le agradaba, pero esta vez se notaba diferente.

—¿Qué? No... ¿Y tú como te irás?—pregunto Cristal a Harry. Se veía avergonzada.

—Yo me quedare aquí con Louis. No te preocupes por mi cariño, sólo ve con cuidado—estiro su mano y le entrego las llaves.

—Gracias—contestó ella dándole un fuerte abrazo.

—Ve con cuidado—sonrío separándose de ella.

Su mirada se dirigió hasta a mi, supongo no tenía idea alguna de como sacarme de aquí.

—Te ayudo—dijo Harry alentando a Louis para que ambos pudieran ayudarme a caminar.

—Perdóname Harry—hablé muy cercas de su oído.

—Sabes bien que conmigo no es con quién tienes que disculparte—habló en tono serio.

—Lo sé. Pero quiero que sepas que me siento muy arrepentido por lo que hice—hablé de nuevo.

—Ya no importa Erick, ya no puedes cambiar las cosas.

Y era verdad, ya no podía hacer regresar a Rachelle. Ella ya no volvería ni con todas las disculpas del mundo.

Cristal abrió la puerta del acompañante y con simpleza me metieron allí dentro. Realmente no estaba tan borracho a como parecía pero simplemente mi cuerpo ya no respondía. Estaba mal pero no era a causa del alcohol.

—¡Cuídalo mucho!—gritó Louis.

—¡Ve con cuidado!—volvió a repetir Harry mientras Louis lo tomaba por la cintura.

Cristal puso en marcha el grandioso Mercedes Benz rojo de Harry, se notaba asustada pues cada vez que podía se giraba a mirarme, pero no decía una sola palabra, estaba seria y tal vez un poco molesta.

Recargue mi cabeza en la ventana cuando vi acercarse aquella carretera.

—Cristal—hablé momentáneamente.

—¿Si?....

—¿Podrías detenerte por favor?...

—Pero...

—Por favor—interrumpí suplicando.

Suspiro pesadamente y se orillo, presiono el botón correspondiente a los seguros de las puertas y rodeo el automóvil para ayudarme a bajar.

Negué con mi cabeza y le indique que podía solo, ella acepto pero aun con ello estaba cercas para cuidarme.

Me acerque a la orilla y comencé a llorar, aún permanecía el hueco en el cual se había ido el automóvil de Rachelle, lloré al imaginar su desesperación al intentar salir y saber que no podía.

Recordé la pelea poco antes del accidente. Recordé mi mano impactando su rostro. Todos esos recuerdos invadían mi mente y me hacian querer volverme loco.

—Perdóname—susurré al viento. —¡PERDÓNAME RACHELLE!—grité a todo pulmón. —¡PERDÓNAME!...—
grité de nuevo ignorando por completo la presencia de Cristal. —Por favor perdóname—sollocé de nuevo dejándome caer sobre mis rodillas. —Perdóname, perdóname, perdóname...—sollocé susurrando.

—Erick... Erick—habló Cristal caminando con miedo a acercarse a mí. —Erick por favor, es hora de irnos—rogó desesperada.

El viento golpeo mi rostro como si de una señal se tratara, ella me había perdonado. Lo sabía.

—Por favor. Vámonos—suplicó Cristal.

Asentí con la cabeza y me levanté del piso. Me acerqué hasta el auto y me adentre en el sentándome en el lugar que me correspondía.

Recargué mi cabeza en la puerta y sentí como poco a poco la opresión de mi pecho se desvanecía. Estaba soltando a Ray. La estaba dejando ir.

Fue rápido. Llegamos al hotel sólo unos minutos después. No necesite ayuda de nadie para caminar, supongo el efecto del alcohol fue muy poco.

—Gracias—dije a Cristal deteniendome frente a mi puerta.

—No fue nada—dijo ella. —Descansa—habló animada.

Asentí con la cabeza. Metí mis manos en mis bolsillos pero la llave no aparecía.

«Mierda...»

—Uhmm... Cristal—llamé a sus espaldas.

—¿Si?...

—Crees que quepa la posibilidad de que me permitas quedarme contigo—de verdad lo había dicho. Joder había sonado tan enfermo. —Oops! Lo siento. Mi intención no fue decir eso.

Entrecerró los ojos y me miró confundida.

—Olvidé la llave de mi habitación en mí automóvil—expliqué.

—No creó que haya problema con que te quedes conmigo—hablo ella confiada a sus palabras.

—Gracias—volví a decir en media sonrisa.

—Está bien—comenzó a caminar conmigo a su lado. —Aquí es—se detuvo sacando la llave de su bolso de mano. Insertó la llave y me permitió la entrada. Ambos sonreímos nerviosamente y nos miramos durante algunos segundos. Sus mejillas se tornaron color rojo.

Jamás había notado lo hermosa que era. Tenía unos pequeños ojos y unos labios muy rosados naturalmente. Su cabello era color rojo, era muy bonita.

No pude evitarlo, sólo camine hasta ella, me acerque lo más que pude y ella envolvió mi cuello con ambas manos, nuestras respiraciones se mezclaron y sin pensarlo junte mis labios con los suyos.

Ninguno de los dos pensaba en nada simplemente estábamos pasando un buen momento.








♣♣♣
Hola hola.
Tengan un excelente día.

—All the fucking love

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top