Dieciséis

Estambul, más bien Constantinopla, era un caos. Pero no un caos controlado como lo era su Japón natal sino que era un desastre de proporciones colosales.

Por supuesto no podía quejarse luego de que había escogido al Gran Bazar como punto de encuentro, uno de los puntos más bulliciosos de la ciudad. Aquel universo debía estar estancado unas décadas antes de que la vieja Constantinopla pasase a llamarse Estambul, luego de la caída del Imperio Otomano. Pero no por ser un caos era menos hermoso, al contrario; a Yuuri le fascinaban los aromas a especias, las carnes asadas que hacían rugir su estómago y el ambiente alegre del mercado.

Cuando llegó al Café que le mencionó a Phichit no pudo ver a nadie del grupo. Y es que por supuesto todos ellos destacarían con sus rasgos extranjeros a pesar de que Estambul siempre fue un crisol de razas en las entrañas de su ciudad.

Esperaba que todo saliese bien. Yuuri sabía que él y Phichit en aquel universo vivían muy cerca de aquella ciudad pero no sabía del resto. Sin embargo lo había elegido estratégicamente ya que, a pesar de que aún fuese Constantinopla, los aviones ya surcaban los cielos del mundo. Era un increíble choque entre los ecos del pasado y la tecnología del futuro: un universo único y sin igual.

Phichit apareció al rato con la mitad del rostro cubierto. A su lado venían dos figuras, una más bien femenina y otra masculina. Yuuri, sin embargo, prefirió no llevarse por las aparentes señales y esperar a ver quien aparecía junto a su amigo.

- Hola, Yuuri -saludó Phichit agitando ambas manos-. Me encontré con dos rostros amistosos en el camino.

- Yo diría que sólo uno -bromeó la chica, señalando a su otro compañero-. Me llamo Mila Babicheva, soy agente interdimensional.

- ¡Es un gusto verlos! Me da mucha alegría que al menos dos hayan podido llegar -exclamó Yuuri estrechando la mano de los dos chicos.

- Este es Seung-Gil -dijo Phichit, pasando sus brazos sobre el hombro del otro chico asiático-. Me lo encontré en Pyeongchang.

- ¡Vaya casualidad!

- No tanto -intervino Mila-. Estaban viviendo juntos.

- ¿Eran roommates?

- No exactamente, Yuuri -respondió su amigo. El otro chico enrojeció instantáneamente.

- Oh ¡Oh! Venga, ya entendí. Eran pareja entonces, supongo.

- No hace falta que lo digas en voz alta -bramó Seung-Gil-. Venimos para otra cosa hasta aquí.

- Yo estaba siendo bailarina en Bagdad -habló Mila ignorando a su compañero- ¡No sé que podría haber estado haciendo allí! Por suerte tenía un poco de dinero para comprar un ticket de avión de ida y vuelta.

- ¿Y los demás? -inquirió Yuuri- ¿Saben algo?

- Nada aún -suspiró Phichit-. Y sobre eso... ha habido un cambio de planes.

- ¡Ahí están! ¡Eh! ¡Ya llegué!

Yuuri intentó detectar de dónde provenía aquella chillona voz, hasta que descubrió a un joven de gran estatura y de cabello oscuro. Se veía como un modelo, con sus ojos azules y su bronceado, vestido con ropas que se veían demasiado caras para la Constantinopla de la época. No lo reconoció como ninguno de los cinco originales.

- Eh...

- ¡Soy Jean-Jacques Leroy! Listo para la acción -dijo, tomando la mano de Yuuri y agitándola fuertemente-. Debes ser Katsuki. Puedes llamarme JJ.

- Es Yuuri, en realidad.

- Lo que sea, ¡Esto es muy emocionante!

- No puedo creer que lo trajeras -exclamó Seung-Gil a Phichit-. No puedo creer que cambiaras a Leo por este tipo.

- Te estoy escuchando y siento que estás insultándome.

- No me importa ofenderte.

- ¡Leo al menos era un agente! -secundó Mila- JJ es...

- ¿Un tonto?

- Iba a decir un abogado con cero experiencias sobre viajes.

Recordó a Leo y su amigable rostro entre las fotos que Phichit le mostró. A pesar de su corta edad había alcanzado un alto rango como agente. A Yuuri le parecía insólito que no lo trajeran luego de que había confesado su desagrado hacia La Tríada.

Phichit suspiró nervioso pero comenzando a alterarse.

- No cambié a Leo -aclaró-. Necesitamos alguien que cubra los rastros de nuestros viajes y no podías pretender que deje a JJ siendo el cerebro de la operación. Además, Leo no quería dejar a su novio, Guang.

- Maldito Leo -dijo Seung-Gil, chasqueando la lengua-. Si todo se va al garete será culpa de Leo por dejar que alguien como JJ nos acompañe.

- ¡Deja de insultarme! -chilló JJ, dispuesto a arrojar una cuchara de café al coreano.

- Vaya, vaya. Debo decir que siente genial llegar hasta aquí y verlos ya peleando.

El cuarto miembro del grupo había llegado: Christophe Giacometti, reconoció Yuuri. Era más guapo que en fotografías. Ya sabía acerca de él gracias a Viktor, debido a que eran amigos muy cercanos. Christophe se movía en el departamento de policías interdimensionales y estaba entre los mejores, justo debajo de Otabek Altin y Sara Crispino por lo que le dijo Phichit.

Pero Yuuri había oído hablar de Chris en su mundo, también. Si bien el chico había tenido cientos de seudónimos en el Japón Futurista, sólo ahora cuando Phichit le había mostrado las fotos pudo hacer la relación entre este Chris y el de su mundo.

- Yuuri, es un placer finalmente conocerte -dijo con una sonrisa-. Viktor me ha hablado varias veces sobre ti.

Aquel comentario lo hizo sonreír y enrojecer como adolescente enamorado. Su corazón palpitó con más fuerza.

- Lo mismo digo, Chris.

- ¡Eh, Heidi! ¿En dónde estabas tú? -inquirió Mila- Los demás nos hemos encontrado en situaciones muy divertidas antes de llegar aquí.

- ¡Pero yo no les he dicho dónde estaba!

- ¿Será porque a nadie le importa? -murmuró Seung-Gil.

- ¡Eh! -le regañó Phichit.

- Yo estaba en París -dijo Chris finalmente-. Al parecer, soy un estudiante de la Sorbona. No muy lejos de casa.

- ¡Yo también estaba en París! -intervino el joven abogado- ¡Y era estudiante de derecho en la Sorbona!

- Wow ¿no les explota la cabeza cuando ocurren estas cosas?

Todos quedaron callados por el comentario de Phichit. No podía ser al azar que JJ y Christophe fueran a la misma universidad, o que Phichit y Seung-Gil fuesen pareja en aquel mundo.

¿Estaban destinados a encontrarse en todos los mundos, acaso? Todos ellos parecían ser piezas de un rompecabezas que Yuuri no sabía que forma tendría al final.

Le hubiera gustado saber si él y Viktor eran felices en algún otro universo. Si habían tenido la chance de poder conocerse más a fondo, de tener la oportunidad que se merecían.

- ¿A qué hora llegará el enano? -se quejó la única chica presente- No vamos a esperarlo toda la vida.

- Vamos a darle un rato -respondió Phichit-. Si no aparece, deduciremos que no está en este mundo o se ve incapaz de llegar.

- Sin él aquí no podemos sincronizar los Pájaros de Fuego -intervino Seung-Gil, que se había recostado contra la silla con brazos y piernas cruzadas-. Tendremos que buscar otro lugar base.

- Debe haber uno dónde estemos todos y que incluso estemos cerca.

- ¡Y allí está! -chilló JJ.

El grupo giró para observar mejor al recién llegado, que discutía con unos tipos de gran tamaño en la entrada que no querían dejarlo pasar por "ser pequeño".

Cuando pudo escabullirse, el muchacho prácticamente corrió hasta la mesa. También iba con la cabeza cubierta pero Yuuri pudo ver un mechón de cabello rojo fuego escapándose.

- ¡No puedo creerlo! -dijo, con voz aguda y nerviosa- ¡Yuuri Katsuki! ¡Eres mi héroe!

- ¿Eh? -balbuceó el mencionado- ¿Disculpa?

- Lo siento, Yuuri -rió Phichit con nervios-. Debería haberte mencionado...

- ¡Soy Kenjirou Minami! ¡Ah, no puedo creer! Te admiro tanto. Es tan valeroso lo que quieres hacer. Una vez me tocó trabajar con Viktor Nikiforov y me contó sobre ti y como lo salvaste de esos piratas en la Australia colonial ¡También de cómo saltaste frente a una niña indígena para protegerla de los colonizadores! Y ahora vas a salvar a Viktor... ¡Quiero ser tan heroico como tú!

- Ridículo -dijo Seung-Gil.

- Es un gusto -respondió Yuuri abrumado-. Quizás Viktor haya exagerado un poco. No eran piratas, sólo unos simples ladrones en bote.

- ¡No importa! ¡Eres genial!

- Ya, ya Minami -intervino el joven tailandés-. Mejor nos pongamos a decidir que hacer.

Entonces se desató el caos. JJ soltaba alguna idea tonta y sin sentido, para ser insultado por Seung-Gil y Mila. Minami no dejaba de decir que Yuuri tenía que decidir ya que era el más experimentado y Chris, oh Chris... le había tocado las nalgas a un joven turco, muy guapo por cierto. Lamentablemente habían sido echados del Café luego del escándalo que se armó. Unas ancianas incluso le gritaron a Mila que era una prostituta por andar en medio de tantos hombres, haciendo que JJ saltara a defenderla con un feroz instinto protector.

- Me puedo defender sola -dijo Mila, acomodándose el hijab (1) que estaba obligada a llevar en la ciudad-. Pero gracias, JJ.

- Esas viejas gruñonas no deberían llamar prostituta a una princesa como tú -le respondió él con una sonrisa.

- Ya la estás arruinando.

- La arruinó Giacometti y su perversión -musitó Seung-Gil.

- Oh, vamos. Apenas lo rocé. Quizás no me crean pero ese tipo fue mi amante en otro universo.

- Ugh.

- Bueno, supongo que tendremos que encontrar un nuevo lugar base.

- Podemos ir a orillas del Bósforo (2) -propuso Minami-. Estaremos en la frontera de dos continentes, es más fácil pasar desapercibidos allí. Seguro encontraremos un Café o algún lugar abandonado.

El equipo aceptó la idea unánimemente para sorpresa de Yuuri. Pararon dos carrozas que actuaban como taxi y se separaron para ir por caminos diferentes en caso de que La Tríada ya estuviera siguiéndolos. Mila, Seung-Gil y JJ por un lado; Yuuri, Phichit, Chris y Minami por otro.

Yuuri casi podía escuchar en su mente los alaridos que seguramente estarían profesando los otros tres en su carroza.

* * * *

Encontraron una antigua joyería abandonada. Por supuesto todos los objetos de valor habían sido saqueados y solo quedaban las vitrinas resquebrajadas y los cuellos de maniquíes donde se posaban los hermosos collares. No había mucho polvo y apenas estaban empezando a formarse telas de arañas, lo que indicaba que el abandono no se habría producido hace mucho más que algunos meses.

- ¿Se imaginan todas las joyas preciosas de esta época que debe haber habido en esta tienda? ¡Ojalá hubiese llegado a desvalijar yo también! -bromeó Mila.

- Típico de mujeres. Son una plaga que no deberían ser aceptadas en misiones -dijo Seung-Gil, a lo que Mila y Phichit soltaron un grito ahogado.

- ¡Seung-Gil! -exclamó el tailandés- ¡Discúlpate ahora!

- Estoy seguro que la hermosa Mila Babicheva podría dejarte en el suelo con un brazo torcido antes de que puedas soltar otro insulto -dijo Chris tras guiñar un ojo a Mila, que sonrió.

Seung-Gil los ignoró a todos. Yuuri estaba empezando a cansarse de la actitud nefasta del chico, pero debía ser por algo que Phichit había accedido a traerlo al grupo.

- ¿Podemos no pelear? -pidió Yuuri- Ya dudo mucho que tengamos éxito, imagínense si a lo único que nos dedicamos es a sacarnos los ojos entre nosotros.

- Yuuri tiene razón -empezó Phichit-. Somos un equipo y los equipos trabajan unidos. Se alientan entre ellos para salir adelante, no se atacan por la espalda. Se protegen. Llámenme idealista, pero me gustaría pensar que podríamos ser eso.

- Lo lamento, Mila -soltó el coreano de repente, frunciendo los labios como si le costara decir aquello.

- Disculpas aceptadas. Yo lamento haber hecho equipo con JJ para molestarte de camino a aquí.

- Y yo me disculpo por el incidente del café -empezó Chris-. De ahora en más pensaremos en el bien de los otros antes de cometer una estupidez.

- Así me gusta. Ahora, para sellar nuestro pacto de amistad eterna sincronizaremos los Pájaros de Fuego -dijo Phichit sonriendo.

Todos dejaron sus dispositivos en el mostrador de la vieja tienda. Yuuri vio lo distintos que eran a pesar de cumplir básicamente las mismas funciones.

A simple vista parecían ser solo un poco de joyería hecho con piedras preciosas de tonalidades naranjas. El Pájaro de Fuego de Yuuri era la mitad de pequeño que el resto y su cadena estaba hecha a base de oro puro a diferencia del de los agentes del Triadverso, que era de platino.

El de Phichit se veía con la superficie mucho más gastada. El de Mila no era solo una piedra naranja como el resto sino un agrupamiento de varias. Y el de Seung-Gil se veía tan perfecto como si recién lo hubiesen sacado del laboratorio.

Aquellos pequeños detalles le mostraban lo heterogéneo que su grupo era. Y estaba seguro que empezaría a apreciar a todos y cada uno de aquellos jóvenes atolondrados.

- ¿A dónde iremos? -inquirió Minami- Si nos dividimos ¿puedo ir con Yuuri?

- No nos dividiremos -respondió Phichit-. No por ahora. De acuerdo al rastreo que pudo hacer Leo antes de que partamos, Yuri y Otabek se han separado. El Pájaro de Otabek dejó de lanzar coordenadas luego de que hiciéramos el último sondeo.

- ¿Y eso? -preguntó JJ, más confundido que el resto.

- No sé que significa exactamente. Solo sé que uno de ellos saltó y el otro se quedó. Quizás Yuri se deshizo de Otabek, o no sé. Lo averiguaremos.

- ¿Iremos al universo dónde está Yuri, entonces? -quiso saber Mila esperanzada.

- No. Iremos al próximo universo que programó el Pájaro de Yuri. Lo he visitado antes de venir hasta aquí. La mayoría de nosotros se encuentra en Europa, por lo que reunirnos será fácil. Pero...

Todos se quedaron callados, expectantes. Phichit carraspeó.

- Es un poco hostil. Es un universo bastante moderno a comparación de este, casi parecido al Triadverso. Ya les contaré más cuando lleguemos. Los Pájaros también tienen unas coordenadas para la calle del apartamento y la ciudad en que nos reuniremos.

- Bien -dijo Seung-Gil bruscamente-. Saltemos de una vez.

A la cuenta de cinco, todos abandonaron la vieja y hermosa Constantinopla.

Cuando Yuuri abrió los ojos, tenía la puerta de Brandeburgo, iluminada e inmensa frente a sus ojos.

Genial, pensó con algo de ironía. Siempre quise conocer Berlín.

* * * *

Glosario:

1- Hijab: es un que velo cubre la cabeza y el pecho que suelen usar las mujeres desde la edad de la pubertad, en presencia de varones adultos que no sean de su familia inmediata, como forma de atuendo modesto. En la antigüedad y en algunas zonas de los países considerados islámicos, es obligatorio llevarlo para todas las mujeres, extranjeras o no.

2- Bósforo: Río que separa la parte europea de la parte asiática en Estambul, Turquía.

* * * *

¡Y ya tenemos a los cinco! En general hicieron buenas suposiciones, pero nadie mencionó a Chris :D de todas formas, a todos los que querían ver a Sara y Michele les digo que ¡Los veremos muy pronto! Les recuerdo que hay una Sara y un Michele de un universo distinto al Triadverso dando vueltas por allí. Por algo el Príncipe se había enojado con Yuri, ¿no? Hay muchísimas chances de que Michele siga vivo.

Muchas gracias también por todas sus opiniones :) estoy empezando a escribir el AU de la Bella y la Bestia y quizás luego le siga la de "Lo que pasó en Bangkok". El de mitología griega quiero pulirlo muy bien antes de subirlo.

Les mando un beso grande y nos vemos mañana <3

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