Cuarenta y cinco
Finalmente sentía como si muchas cosas encajaran en él mismo.
Su cuerpo era como esas máquinas a vapor llenas de engranajes, que esperaban que uno solo de ellos funcionara para que los demás se pusieran en marcha.
Las voces del exterior eran atronadoras y molestas, pero las de su interior eran mucho peor. Miles de recuerdos se agolparon en su cerebro deseando mostrarle a Viktor lo que había sido de su vida los últimos dos meses.
Viktor se imaginó un espejo rompiéndose en pedazos al estamparse contra el suelo, para luego intentar ser reparado con un poco de pegamento.
Así se sentía él.
Lo primero que sus ojos enfocaron fue el cabello dorado y los verdes de Yuri.
¿Yuri? ¿Ese era su Yuri? ¿Cuándo se había hecho tan adulto? Y no en tamaño precisamente, sino más bien en la dureza de su mirada.
¿Cuánto tiempo había estado fuera? Información que equivaldría a una memoria a tope de 10 terabytes le hacían estallar el cerebro.
Intentó recordar como alzar una mano, ¿qué se sentía tener total control sobre tus propias extremidades otra vez?
Acarició los suaves mechones rubios de Yuri. Soltó un pequeño jadeo.
-¿Yuri? -murmuró- ¿Eres tú, hermano?
No hizo falta que lo respondiese. Viktor podía reconocer todos los gestos de su hermano: los de felicidad, enojo, tristeza, dolor... incluso sorpresa, que era lo que sentía ahora, pero estaba ocultando una inmensa alegría en las sombras de sus ojos.
-¡VIKTOR!
Lo siguiente que supo fue que alguien se le había prendido del cuello y lo había arrojado al suelo en su afán de abrazarlo.
Podía sentir las calientes lágrimas de su "atacante" mojarle el cuello de la camisa. Todo lo que su visión captaba era un sedoso cabello negro.
Y entonces lo reconoció.
Yuuri.
Era Yuuri.
Su corazón latió desbocado cuando el chico le sonrió con dulzura a pesar de que tenía el rostro surcado de lágrimas.
Su hermoso rostro era lo último que había visto antes de la tragedia. Se le había roto el alma -y literalmente- cuando descubrió que quien lo había ido a buscar no era el tierno japonés del que se había enamorado. Todo había sido una trampa. No había nada más vil y ruin que usar a las personas que querías en tu contra.
-Sí, soy Viktor -atinó a decir con una sonrisa.
-¿Mi Viktor? -preguntó con dudas.
-El tuyo -le confirmó.
-Precioso -murmuró alguien secándose las lágrimas. Era Phichit Chulanont, investigador codo a codo con Viktor y también quien le pasaba los mensajes a Yuuri en su universo.
-¡Oigan! ¡Aquí todos queremos dar la bienvenida! -exclamó otra persona conocida- ¡Es genial tenerte de regreso!
-JJ... -sonrió Viktor- te abrazaría, pero estoy cómodo aquí -con la mirada señaló al japonés aún encima de su cuerpo.
Yuri no decía nada. Estaba mirando perplejo a toda la escena. A su lado estaba alguien que vio reconoció como Otabek Altin, agente de la Interpol.
¿Qué hacía allí?
Más recuerdos le llegaron a la cabeza. De Rusia, de Venecia, de Sudamérica... necesitaba una forma de controlar todos los flashes que estaba teniendo.
Al final Yuuri fue quien tomó la iniciativa de separarse, sorbiendo por la nariz. Otros hubieran dicho que no se veía atractivo, pero para Viktor no había nada mejor que dedicarse a admirar su belleza.
Con la mano que Phichit le tendía se levantó del suelo. Se dio un corto abrazo con su compañero tailandés y luego otro con Mila y JJ. Hasta incluso el pequeño Minami, el chico que había sido su pupilo por unos meses se acercó a asegurarse de que fuese real.
Pero Viktor solo tenía los ojos puestos en Yuri.
El chico pateaba alguna cosa invisible y fingía mirar al suelo. No hacía falta que nadie le dijera nada para saber que estaba muriéndose de los nervios.
Se volvió a acercar a él. Yuri no se veía capaz ni de tomar aire, totalmente consciente de que su hermano desaparecido llegaba a él de regreso.
-Yuri -dijo, buscando su mirada. Yuri lo esquivó- ¿Yuri?
No dijo nada. Le temblaban las pestañas, ansioso por alzar la vista y mirar a Viktor otra vez. Él lo sabía. No entendía cómo pero era capaz de leer a las personas con mucha más facilidad. Quizás fuese que los restos de su alma habían reposado en casi una veintena de cuerpos diferentes, aprendiendo sobre sus vidas y la de otros.
Lo abrazó. A Viktor no le tomó desprevenido que Yuri enredara los brazos en su espalda y se sujetara a su chaqueta como si tuviera miedo de que se fuera otra vez. Empezó a llorar sobre su pecho.
-No te vuelvas a ir -le gruñó-. Nunca más.
-Lo bueno es que estoy de regreso -respondió con diversión y cariño-. Gracias a ti y a tu valentía.
-No, claro, los demás solo movimos las porras para animarlo -dijo JJ a los demás. Viktor sintió que alguien lo buscaba.
-Si estoy aquí es porque tú has decidido que valía la pena que yo regresara -le dijo a su hermanito mirándole a los ojos-. Me buscaste a través de los mundos tú mismo.
-Solo porque el nuestro no se sentía como un hogar si no estabas ahí -respondió firme.
-Pero quiero agradecer personalmente a todos y cada uno de ustedes -habló a todos los demás-. Quizás suene extraño decirlo... pero por alguna razón he sentido, visto y vivido lo mismo que mis hospedantes. He logrado ver todas las hazañas y sacrificios que todos ustedes hicieron por mí. Quizás hubiese más motivos de fondo, pero eso no importa porque ninguno tenía la obligación de llevarme de regreso. Todos ustedes son el grupo de locos más valientes que he visto.
Lentamente se soltó de Yuri, a quien le besó la frente. Ya no recordaba la última vez que lo había dejado ser tan cariñoso con él, pero esto no era porque hubiese ocurrido hace mucho.
Era porque de tantas memorias que tenía ahora en su cabeza le costaba recordar cosas simples de su vida en el Triadverso.
Otabek Altin se acercó a él y le extendió una mano, sonriendo un poco.
-Es un gusto tenerlo de regreso. Mi nombre es Otabek -se presentó-. Empecé este viaje con otros objetivos pero me alegra estar en el bando correcto ahora.
-El gusto es mío, Otabek -respondió estrechando su mano.
La puerta del camarín se abrió de golpe. Todos se pusieron en guardia, tomando cualquier cosa que les sirviera de arma y formando una barrera que protegía a Viktor de los dos intrusos.
Eran Sara y Michele Crispino. Por la hostilidad con la que todos los miraban deducía que no eran los simpáticos hermanos del Triadverso. El chico llevaba un brillante traje que seguro había estado usando un rato antes para patinar.
-Ni un paso más -ordenó Seung-Gil-. Puedo estar enyesado pero eso no me detendrá de darles una patada que los hará saltar a sus universos sin necesidad del Pájaro.
-Venimos en son de paz -declaró Sara, agarrada del brazo de Michele.
-¡Justo cuando reunimos a Viktor! Pero que casualidad.
-No somos enemigos aquí -fue lo que dijo Michele. Mila bufó.
-Dile eso a mi novia muerta.
-Sin nuestra ayuda, su Viktor se volverá loco a causa de su fragmentación. Díganme ¿cuánto creen que durará su alma antes de que empiece a enloquecer?
Ninguno les dio tregua. Mila se arrojó sobre la Sara intrusa y comenzó a golpearla. Michele quiso separarlas pero se vio acorralado por Seung-Gil y un curioso filo que parecían ser unas cuchillas arrancadas de un par de patines.
-Te dije que estar enyesado no me detendría -espetó con arrogancia. Michele no podía moverse o tendría el filo clavado en el estómago.
-Están cometiendo un error.
-El error fue confiar en ustedes en primer lugar.
-No será la última vez que nos veamos -masculló Sara acomodándose el cabello. Levantó a su hermano del piso y los miró amenazante-. Estaré ansiosa por verlos suplicar.
Los dos huyeron como unas ratas cobardes. Aún así, los ánimos del grupo no parecían calmarse: todos aún se veían rabiosos por lo que acababa de ocurrir.
-Hay mucho que hablar -le dijo Yuuri con una sonrisa que no llegaba a sus ojos-. Este mundo no es seguro. Estuvimos demasiado tiempo ya aquí.
-¿Y a dónde vamos a irnos? -lloriqueó Minami.
-Tengo una idea, pero... es un lugar al que no estoy seguro si Viktor podrá ir -dijo con duda.
-¿Te refieres a...?
-Sí. Hablo de mi hogar -declaró Yuuri.
-¡Wow! ¿Iremos al mundo futurista?
-Solo si Viktor puede ir. Y él jamás había conseguido viajar hasta allí, lo que me da a pensar que está muerto o no ha nacido.
-Yuuri, tengo que confesarte algo -dijo Viktor de repente.
-Más locuras por venir...
Yuuri lo miró con sus enormes e inocentes ojos. Se veía mucho más feroz y adulto que la última vez que se vieron. Mucho más fuerte, también, pero había mucha pena en su mirar.
-Yo sí he estado en tu casa más de una vez. Solo que mi nombre allí no es Viktor. Me nombraron Ivan Nikiforov, justo como mi padre.
-¿Qué? ¿Cómo que has...? ¿Y todo este tiempo he estado sufriendo pensando que nunca podrías verme en mi propio cuerpo?
Los demás se empezaron a remover incómodos. No se veía como una pelea de la que quisieran formar parte.
-No era mi intención. Yo tenía demasiado miedo de ilusionarte y que pensaras que...
Que lo nuestro tenía una oportunidad.
Yuuri desvió la mirada, dolido y con el ceño fruncido. Se odió a sí mismo por causarle tanta tristeza.
-Pues nos vamos allí -declaró Yuri-. Tenemos que idear un plan antes de saltar al mundo del Príncipe. Quiero fantasear un poco con su muerte antes de que ocurra realmente.
-Secundo esa idea -dijo la única chica.
-El Príncipe...
Claro, ¿cómo podría olvidarlo?
Los recuerdos hormiguearon en su mente. Un montón de ideas macabras que le susurraban al oído deseos de caos y destrucción.
Ya no estaba seguro de cuál era el límite de todo.
-Creo que debería decirles cuáles son los verdaderos planes del Príncipe -soltó, sujetándose el pecho. Eso captó la atención de absolutamente todos.
-¿Y cómo es que sabes los planes? -preguntó Seung-Gil con sospecha.
-¿Qué su plan no era reunir tus pedazos?
-¡Tengo miedo!
-¡Silencio! -ordenó Phichit- Viktor, habla por favor.
-Al principio estuve confundido. Una noche llegó un intruso con el cuerpo de Yuuri y programó su Pájaro de Fuego para que fragmentara mi alma. En ese momento sentí que el espacio-tiempo me arrastraba a miles de lugares diferentes de los cuales me veía incapaz de escapar. Fue horrible. Una pesadilla.
Miró a cada uno de sus compañeros a los ojos. Prosiguió:
-Podía sentir todo lo que el hospedante pensaba. Me habían fragmentado y mis pedazos tenían que compartir con los otros Viktor. Por supuesto era un pedazo mínimo, nadie se percataba de que había un intruso allí. Yo no podía hablar ni hacer nada por mi cuenta: era un prisionero.
»Pero había algo más allí. Algo que nunca escuché que podía ocurrir en realidad. Como mi única tarea allí era escuchar pensamientos o vivir -y al mismo tiempo no hacerlo- situaciones, mi alma fue capaz de sentir otra cosa allí. Una segunda presencia que ya estaba habitando los cuerpos de los hospedantes.
»No tardé demasiado en descubrir que era. Pero era demasiado horrible y retorcido como para ser cierto.
-¿Qué ha sido? -inquirió su hermano, acercándose- Viktor, dime porque si no voy a estallar.
Viktor carraspeó. Cerró los ojos con fuerza, como si así su mente también se cerrara a todos los horribles recuerdos.
-Los fragmentos de mi alma fueron puestos en cuerpos que ya estaban hospedando a otro Viktor fragmentado; el Viktor que el Príncipe verdaderamente estaba buscando, a quien mi alma está ligada ahora. Le hemos hecho un favor al traerme de regreso.
»Lo más probable es que él tenga la última pieza. En cuanto me tenga frente a él podrá robar su alma y completar su cometido.
* * * *
¡Y miren quien se ha sumado al grupo de narradores! :D Era un poco de esperarse luego de lo de ayer. Tenemos aquí un pequeño atisbo de lo que será Viktor como narrador. Su cabeza está llena de recuerdos que tiene que empezar a hilar poco a poco, y también de los que podrá soltar mucha información vital... como la bomba que soltó al final.
¡Ahora se van al mundo futurista! Y estoy muy ansiosa de que conozcan el hogar de Yuuri :D tendremos un vistazo a un par de países debido a que todos llegarán a lugares separados así que... ¿que países futuristas (además de Japón) les interesa ver más?
NOTICIA: Como saben que nunca puedo parar las invito a leer mi tercera parte de los Coffee Shop AU, ahora protagonizado por Leo y Guang Hong, que se llama: "La cuenta, por favor" :D
Muchísimas gracias por todo el apoyo <3 es increíble lo mucho que está ascendiendo este fic y nunca podré parar de agradecerles :') ¡Pasé de 10 a 11K leídas en tres días! :D
¡Nos vemos mañana! O esta noche, si es que consigo terminar un capítulo extra para subir el doble :D
¡Besitos!
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