Cincuenta


La desolación se podía sentir en el mismo aire. Yuuri había huido en cuanto pudo de la destrozada Catedral de San Basilio hacia ningún lugar en particular.

Pesadas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos. No podía concebir vivir en medio de toda esa muerte, enfermedad y perdición. No era justo para nadie, ni siquiera para alguien tan ruin como el Príncipe.

¿Por qué los hacía ir a su mundo? ¿Por qué no eliminarlos a todos ellos, uno por uno, en sus universos de origen? Quizás hubiese fácil acabar con casi todo el grupo en el Triadverso, luego solo quedaría Yuuri pero alguien como él no era ninguna amenaza y menos si estaba sólo.

Empezaba a replantearse si de verdad era una buena idea haber ido hasta allí. Quizás sí eran unos locos atolondrados y suicidas. Habían caído como moscas en la trampa de miel del Príncipe.

-¡Yuuri! ¡Eh, Yuuri! -canturreó una voz desde uno de los callejones.

Justo tenía que ser él...

-¡Yuuri!

-¡Alto ahí! -exclamó Yuuri, mostrando los puños. Su interlocutor se detuvo sorprendido.

-Ah, la pregunta. Es verdad. Voy primero: ¿cómo se llama nuestro grupo?

Yuuri suspiró, bajando sus puños.

-Es una pregunta un poco estúpida.

-¡Responde!

-La squad -dijo con pesar. JJ aplaudió emocionado.

-Ahora te toca hacerme una a mí.

-¿Cómo se llama la chica que te gusta?

JJ enrojeció de repente, pero sus labios esbozaron una tonta sonrisa como si fuera un adolescente enamorado.

-¡Esto...! Se llama Isabella.

Yuuri entonces asintió. Una ráfaga de aire helado les despeinó los cabellos, trayendo consigo también todo el olor a muerte que había allí.

-Yuuri, ¿qué hacemos ahora?

No le respondió. Su vista se detuvo en una mujer que sollozaba en una esquina, sosteniendo un pequeño bulto inmóvil en sus brazos. Ella lo mecía y le cantaba, con los ojos ciegos pero llenos de lágrimas. Yuuri no necesitaba acercarse para ver que el bebé en sus brazos no estaba vivo.

-¿Tú también lo sientes? -inquirió JJ.

-¿El qué? -preguntó sin dejar de mirar a la mujer. JJ alzó la vista al cielo.

-¿Qué el fin está cerca?

* * * *

Se apostaron atrás de un basural que apestaba más que a solo basura. Yuuri comenzó a tener arcadas pero intentó tragárselas para no verse como un debilucho.

Todo este mundo está tan mal, mal, mal.

¿Cómo podía alguien como el Príncipe seguir viviendo allí?

-¿Cómo vamos a encontrar a los demás?

-Yo... no sé.

-Quizás podríamos buscar a los Crispino y obligarlos a que nos revelen algunas cosas.

-Trabajan para el Príncipe. No me arriesgaré -declaró Yuuri.

-Entonces alguien que los conozca demasiado bien. Dado que no sabemos la identidad del Príncipe, la única pista que tenemos por ahora son ellos.

-¿Tienes alguna idea?

-Si este mundo se parece al Triadverso como dicen entonces sí que se dé alguien -sonrió JJ.

-Y... ¿Cómo pretendes que lo encontremos? -preguntó exasperado, alzando las manos como si quisiera señalar todo a su alrededor.

-Pidiendo indicaciones -dijo como si fuese lo más obvio del mundo.

JJ comenzó a hablar con algunas de las personas en las calles. La mayoría lo miraban asustado, como si fuese un loco que estaba a punto de asesinarlos o torturarlos. Al menos tenía la decencia de preguntarles a personas que no se veían en un estado tan deplorable pero, aún así, casi todos le rehuían.

Yuuri no creyó que encontrarían a quien se suponía que buscaban. Moscú era una ciudad malditamente enorme y dudaba muchísimo que la gente supiera tan fácilmente sobre el paradero de otras personas.

Pero JJ regresó hacia Yuuri con una sonrisa plastificada en el rostro. Yuuri estaba temblando mientras esperaba solo en la oscuridad de una callejuela adoquinada.

-Tengo unas cuantas pistas -anunció-. Solo espero que no esté muerto ni haya desaparecido.

-Quizás ni siquiera tenga ganas de hablar con nosotros.

-¡No seas aguafiestas! Vamos, tenemos que dirigirnos a la zona de Kurskaya.

Kurskaya era un barrio que fue relativamente pobre antes del Gran Desastre, si Yuuri no se equivocaba con la historia del Triadverso. Era un complejo de monoblocks descoloridos y sobrepoblados en una zona no tan alejada del centro de Moscú.

Aún así les tomó su tiempo llegar hasta allí. El cielo rojo empezaba a atenuarse y se veía mucho más tétrico ahora que la noche empezaba a caer y era de un surrealista color violáceo, sin lunas ni estrellas que iluminasen. Tampoco había iluminación pública y tenían que mirar cuidado por donde andaban para no atropellar personas enfermas o moribundas.

A Yuuri se le cayó el alma al piso cuando llegaron al Kurskaya: había mínimo un centenar de edificios y jamás encontrarían al contacto que JJ buscaba allí.

-¿Aquí también hay que pedir indicaciones?

-Me dijeron que tendría que estar en uno de los edificios más altos, entre la tercera y sexta planta. Ese de allá -dijo señalando un aburrido edificio color beige con manchas amarronadas, que Yuuri quería pensar que no era sangre seca- se ve bastante alto.

-Bueno, entonces hay que march-...

Lo que iba a terminar de decir no fue escuchado. Unas atronadoras sirenas cortaron el aire, lanzando un aterrador sonido cada pocos segundos. La gente en las calles empezó a gemir atemorizada, pero sin moverse de sus lugares. Ninguno tiene a dónde ir, pensó.

-¿Qué es eso? -gritó a través de las alarmas- ¿Amenaza de bombardeo?

-¡No sé! -le respondió JJ en el mismo tono- Pero busquemos techo urgentemente.

Se metieron a las corridas en el edificio que habían estado señalando segundos antes. A Yuuri le empezaban a pesar las piernas pero estaba seguro que se debía más a los nervios que nada.

Sorpresivamente el portal estaba abierto, lo que le dio mucha mala espina. Tenía que haber una razón para que todas esas personas sin hogar no corrieran a refugiarse al menos bajo la seguridad de la entrada de un edificio.

Los dos jadearon para recobrar el aliento. Yuuri sentía que el aire no era suficiente, y quizás sí era así.

-¿Quiénes son ustedes? -masculló una voz al pie de las escaleras, oculto en la oscuridad.

JJ dio un salto de sorpresa, pisando a Yuuri en el camino.

-Estamos buscando a alguien.

-Eso lo sé. Me llegaron rumores de que dos locos andaban preguntando por mí cerca de la urbe, o al menos lo que fue.

Yuuri estaba seguro que había oído esa voz alguna vez, en alguna parte.

¿Dónde?

-O son demasiado estúpidos para atravesar toda la ciudad hasta aquí en mi búsqueda o... -se calló- es que no saben en lo que se están metiendo. Ustedes no son de este universo ¿verdad?

-No -respondió JJ por ambos-. No lo somos. Pero venimos de un lugar muy similar a éste, y por eso he sabido que tenía que acudir a ti, Emil. Porque te llamas Emil Nekola ¿no?

El chico salió de entra las sombras, dejando que sus rasgos fuesen más claros cerca de la entrada. Yuuri supo de inmediato dónde lo había visto: era un policía de Interpol en el universo de todo su equipo. Solo que aquí lucía... diferente. Aún tenía una tupida barba y su cabello era rubio ceniza pero estaba más desgarbado, además de que tenía la nariz totalmente torcida a causa de algún fuerte golpe.

-Lo soy. Y aún así no me explico de por qué me estaban buscando.

-Tenemos preguntas -se atrevió a decir Yuuri-. Algo muy grande está por ocurrir y necesitamos saber la verdad.

-Bueno, aquí siempre están por ocurrir cosas. Solo dense la vuelta y esperen un par de minutos para que sepan de qué hablo.

Yuuri y JJ se miraron interrogantes. A ninguno le agradaba tener que darle la espalda a ese tipo desconocido, y que además era unido a los Crispino según su compañero, pero el muchacho se puso en medio de ambos y empezó a mirar a través del pequeño ventanal que tenía la inmensa puerta de metal del edificio.

Esperaron minutos que se sintieron como años. No sabían a que se refería Emil hasta que finalmente lo vieron.

De una de las calles caminaban un grupo de personas que se veían más fornidos que los sin hogar. Hombres y mujeres, adultos y niños, todos se veían en perfecta forma excepto por sus pieles curtidas, quemaduras y cicatrices. Yuuri empezó a jadear cuando vio las antorchas, las hachas, fusiles y una jauría de perros enfurecidos.

-Ya casi.

Yuuri no podía dejar de observar a aquella turba violenta. Muchos llevaban los brazos y las cabezas rapadas con un montón de tatuajes, símbolos que no podía reconocer.

La gente de la calle se agazapaba entre ellos. Una parejita fue lo suficientemente valiente -¿o estúpida?- para salir corriendo.

Y en menos de diez segundos, uno de los fortachones sacó un fusil de asalto y cargó contra ellos, mandando cientos de balas por segundo hacia sus cuerpos, que comenzaron a destrozarse con el impacto.

Cayeron contra el asfalto bajo un inmenso charco de sangre. Eso hizo gritar a los demás. Una mujer bastante bajita -pero que se veía realmente letal- sacó un hacha y la estampó en el cuerpo de una señora enferma. Luego soltó la correa de su robusto dogo, que se abalanzó a mordisquear el cuerpo de la pobre mujer.

Un niño, que no se veía mayor de diez años, prendió fuego vivo a un hombre sin piernas. Un hombre le palmeaba la espalda mientras reían a viva voz.

Yuuri tuvo que ahogar un grito de verdadero horror, trastabillando hacia atrás, alejando la mirada de la ventana.

Era una verdadera cacería. Escuchaba los disparos de las armas y los lamentos de las personas cuando los filos cortaban tras su piel. Lo que había sido una oscura noche ahora se veía encendida por las antorchas de aquellos monstruos.

-Son los Cuervos de Sangre -dijo Emil con expresión totalmente neutra-. Son la pandilla que le ganó hace unas semanas a los Ojos Vacíos la jurisdicción del Kurskaya y los barrios aledaños.

Emil giró a mirar a Yuuri y a JJ, que estaba en el suelo agarrándose la cabeza.

-En este mundo poco importa la ley y los gobiernos. Se han empezado a formar clanes y pandillas asesinas que salen en la noche solamente a crear caos. La única regla es que no puedes tocar a las personas que están bajo techo. Y al menos los Cuervos de Sangre son piadosos; ellos simplemente te matan y ya. Hay algunos, como los Portadores del Dolor, que se divierten torturando, violando, montando espectáculos dignos de una película de terror. Pero claro, este mundo se ha convertido hace bastante en una verdadera película de terror.

-Colega, esto es mucho más aterrador que esa peli "La Purga" -dijo JJ- ¿Y no hay nadie que haga algo por ayudar? ¿Por qué no ayudan a esas pobres personas en las calles?

-Porque todos tenemos problemas. Cada uno está a su suerte y se gana la protección como puede. No hay espacios para héroes aquí; solo para villanos.

Se dirigió a la escalera. Yuuri se estaba secando las lágrimas que le caían abundantes de los ojos.

-¿Piensan subir? -masculló Emil desde el cuarto escalón.

JJ y Yuuri no lo dudaron ni un segundo, dejando la masacre y el horror detrás.

* * * *

Acertadamente como les habían dicho, Emil vivía en el quinto piso del edificio. Por suerte era un apartamento más bien interno, sin ventanas por dónde tendría que mirar el desastre que los Cuervos de Sangre habían dejado.

El apartamento se veía sucio y viejo pero era bastante espacioso a pesar de los trastos. Emil tenía un buen armamento de fusiles y cuchillos apostados por toda la casa, varias cajas de comida no perecedera y también bidones de agua.

-¿Desean algo? -preguntó con más amabilidad- Puedo darme el lujo de ofrecerles agua y comida.

-No, gracias -se adelantó Yuuri-. No quiero que desperdicies tus provisiones en nosotros.

-Tonterías -masculló-. Prepararé algo.

Yuuri no estaba seguro de probar un mínimo bocado de algo. Estaba seguro que acabaría devolviendo todo, pero también pensaba que el cuerpo de aquel Yuuri quizás no estuviese bien alimentado y al menos una buena comida no le haría mal.

JJ estaba dando grandes bocanadas de aire y sudaba como animal. Lo encontró mirando a los fusiles y cuchillos más de una vez. Y no lo culpaba ya que él mismo también quería armarse hasta los dientes antes de volver a la calle.

Al cabo de unos minutos apareció Emil con dos cuencos llenos de una sopa de fideos que olía maravillosamente. Sacó dos vasos altos y les ofreció una gran cantidad de agua fresca. Al final, Yuuri terminó devorando todo su plato.

-Supongo que están dándole caza al Príncipe -soltó de repente-. Es el único que se da el lujo de tener enemigos interdimensionales en estos tiempos. Todos los Pájaros de Fuego que tuvo La Tríada aquí han sido robados ya, y sus portadores abandonaron estas tierras apenas tuvieron la oportunidad. No me explico por qué él sigue aquí, aún. Aunque tengo mis teorías.

-Tú conoces a Sara y Michele -dijo Yuuri limpiándose los labios-. Nos han estado dando caza hace semanas, mintiéndonos que estaban contra el Príncipe. Hace apenas unos días descubrimos que trabajan para él.

La mirada de Emil se puso demasiado sombría para su gusto y se levantó de su lugar de un salto. Empezó a dar vueltas por el espacio que tenía.

-Es imposible lo que dices. Sara y Micky llevan dos años muertos.

-¡¿QUÉ?! -mascullaron JJ y Yuuri al unísono. Emil los obligó a callarse.

-Sí. Es el mismo Príncipe quién los ha matado. Él... él creyó que eran culpables de algo. Han sido mis amigos de toda la vida. Yo sé que no fueron ellos por muy ambiciosos que parecieran.

-¿De... qué los culpaba el Príncipe? -preguntó con un nudo en la garganta.

-De fragmentar a Viktor Nikiforov. Alguien lo asesinó en otro mundo y él quiso saltar mientras se desangraba a muerte... su alma quedó regada en cientos de distintos universos. Una de ellas fue incluso el Triadverso de ustedes.

-Ah, yo no soy del Triadverso -aclaró Yuuri-. Allí llaman a mi hogar el mundo futurista.

-Vaya, tiene sentido -dijo llevándose una mano al mentón-. Imagino que los sistemas de seguridad y paz mundial son muy diferentes allí.

Yuuri asintió avergonzado. No es como si algo de esto fuera tu culpa.

-Como decía... Sara y Micky perdieron contra el Príncipe anterior, que vendrías a ser...

-Sí, lo sé. Yo. Yo era el Príncipe de Hielo anterior -dijo lunático. Cada vez que lo recordaba se ponía un poco demente. Emil asintió.

-Por supuesto no lo tomaron bien. Ellos creían que al menos uno de los dos iba a ganar y así podrían compartir el puesto, pero... no ocurrió. Si me preguntas, no entiendo por qué tanta histeria por ser un Príncipe. Entiendo que te da acceso a mucha información y mundos, pero saberlo todo nunca es algo placentero.

-Es el poder -agregó JJ-. Puedo entender que la gente se vuelva loca por ese tipo de poder. Imagina, ser un tipo bastante temido por los gobiernos y ser capaz de destruir cientos de vidas con un solo click.

-Supongo. La cosa es que fueron enemigos del Katsuki de aquí, aunque claro, ellos no supieron hasta años después su verdadera identidad. No importa lo que pase, nadie debe revelar el rostro del Príncipe.

-Así que no sabes quién es el Príncipe actual.

-No, lo siento de verdad. Si Sara y Micky lo sabían, jamás lo dijeron. La cuestión es que, la fragmentación de este Viktor coincidió también con la renuncia de Katsuki como el Príncipe. Nunca se supo que un Príncipe renunciara; por lo general los sacaba otro Príncipe o la misma muerte. Katsuki abandonó su lugar cuando estalló la Guerra Intercontinental, que más tarde terminó siendo el Gran Desastre. Hay lugares que no existen ya: Japón, Francia, el Medio Oriente, Brasil, un montón de otras naciones pequeñas... todas borradas. Estados Unidos se dividió en tres grandes estados que luchan constantemente por el poder de sus vecinos. Canadá se convirtió en el patio de juegos de uno de esos tres estados y ciudades enteras ya no existen debido a las armas biológicas que fueron usadas.

JJ soltó un gemido de dolor. Yuuri le puso la mano en el hombro, pero no dejaba de mirar a Emil a los ojos.

-La paranoia por la fusión fue inmensa. No había dudas que algún día los dos Triadversos acabarían siendo uno solo. En dos años la Tierra dejó de ser un hogar para los humanos. Hay algunas islas que se cree permanecen pacíficas, en Malasia o la Polinesia, pero... no hay nada seguro. De todas formas los vuelos comerciales ya no existen. Cualquier avión intruso que surque los cielos sería derribado en pocos minutos.

-Por todos los santos -masculló Yuuri.

-El mundo se cae a pedazos ¿Y el Príncipe se dedicaba a filtrar archivos u otras estupideces que afectaran a gente de otros universos? Suena bastante patético, si me preguntas -dijo JJ cruzándose de brazos.

-Le gusta sembrar el caos. En este mundo ya no queda más caos por sembrar y nadie le teme a un fulano como el Príncipe cuando la verdadera amenaza está a la vuelta de la esquina. Tiene unos grandes problemas de ego.

-¿Por qué Viktor? -preguntó el japonés, con la duda inundando su rostro- ¿Por qué es Viktor tan importante en esta historia?

-Viktor siempre fue una mente brillante, igual a la de su Triadverso. Y no solo eso: es, o era, el heredero directo de La Tríada. Es hijo de Ivan Nikiforov, hijastro de Alina Plisetskaya y fue el pupilo de Nikolai Plisetsky. Imagina el poder del Príncipe si controlaba un organismo tan importante como es La Tríada. Aunque no lo creas, ahora son un centro de investigación que busca la manera de viajar a través de las líneas de espacio-tiempo no solo verticalmente sino también horizontalmente.

-¿A qué te refieres?

Emil suspiró. Fue a buscar un papel y una lapicera antes de regresar a paso rápido hasta sus dos invitados.

Dibujó una línea horizontal a través de la hoja y luego una vertical que la atravesase. En la intersección hizo un denso punto. Luego, imitó la acción y dibujó puntos a través de toda la línea vertical.

-Aquí -señaló el punto de la intersección-. Estamos nosotros. El segundo Triadverso. Este de aquí -señaló el punto más cercano- está el Triadverso original. Y supón que este punto es el mundo futurista. Los viajeros pueden moverse a través de todos estos puntos e infinitos más. Podemos viajar a cualquier otro universo y estaremos en el mismo punto de nuestras vidas que tenemos en nuestro hogar.

Empezó entonces a dibujar puntos a través de la línea horizontal. Yuuri abrió los ojos como platos cuando empezó a comprender que se refería.

-La Tríada de aquí quiere buscar una forma de viajar de esta forma. En otras palabras, quieren conquistar los viajes en el tiempo.

-¡No jodas! -chilló JJ asombrado- ¡Eso sería fantástico!

-Claro que no -respondió Emil molesto-. Imagina el caos que se haría si alguien fuese capaz de cambiar el pasado. Podría eliminar personas o situaciones, enteros. Eso sería la destrucción total. Pero dado que nosotros ya estamos en plena destrucción... la única cosa que podría detener esto es regresar en el tiempo.

-Y no me digas: Viktor descubrió la forma de hacerlo -gruñó JJ-. Ese Viktor hace todo.

-No precisamente. Pero Nikolai es viejo. Alina e Ivan también envejecerán. Eso sin contar que la esperanza de vida aquí no es muy alta. El futuro de La Tríada es nadie más y nadie menos que Viktor. Por eso muchos querían hacerlo desaparecer. Algunos le temen más a que los cambios en la historia los borren de la existencia que a esta guerra sin fin.

-Y el otro Viktor, el del Triadverso original... ¿lo sabe?

-No sé -se encogió de hombros-. Y si lo sabía supongo que no le interesaba demasiado. Él sólo quería que lo patrocinasen para probar sus locas teorías interdimensionales, ya que en su hogar, La Tríada original lo tenía entre ceja y ceja. Supongo que ustedes no fueron demasiados ambiciosos y lo único que querían era conquistar su propia línea dimensional.

Yuuri se dejó caer en el destrozado sofá. Era demasiada información que procesar. Entendía totalmente la razón de que hicieran desaparecer a Viktor de ese universo si eso significaba una amenaza incluso mayor que la guerra. Era un caso dónde no tenías demasiadas opciones pero cada una era peor que la anterior.

-Yo les dije que tenía mis teorías sobre lo que verdaderamente pasó con ese Viktor.

Yuuri y JJ lo miraron interrogante. Emil se tomó su tiempo, tomando lentamente un vaso de agua que tenía al frente suyo.

-Creo que fue el Príncipe anterior quien lo fragmentó.

Eso sí que lo sorprendió. Yuuri usó su dedo índice para señalarse a sí mismo, con la pregunta en los ojos. Emil asintió.

-Por algo luego desapareció. Ni siquiera sabemos que todavía este por esta dimensión. Tú puedes usar este cuerpo porque no ha muerto en su hogar. Su paradero es totalmente desconocido.

-Esto es locura tras otro. Quiero irme a buscar a Mila y Otabek -berreó JJ.

-No podrán salir hasta que el cielo vuelva a ponerse rojo en varias horas. A menos que quieran ser juguete de las pandillas.

-No hay tiempo. Tenemos que irnos.

-No los retendré -declaró Emil-. Pero creo que son lo suficientemente inteligentes para saber que lo que ocurre afuera es verdaderamente peligroso. Lo han visto con sus ojos. Les doy unos minutos a solas para decidir.

Dicho eso abandonó la sala y se dirigió a la cocina. Yuuri y JJ juntaron las cabezas, uno al lado del otro, en el sofá.

-Aún no sabemos que busca el Príncipe. No creo que busque recuperar a su Viktor solo para crear caos -farfulló JJ-. Aquí hay algo más.

Yuuri se mordió la uña del único dedo meñique que tenía. No fue hasta que sintió el sabor metálico de la sangre que notó que la tenía totalmente destrozada.

-¡Emil! -lo llamó Yuuri, con una idea burbujeándole en la cabeza. El muchacho asomó su rubia cabeza.

-¿Sí?

-¿Tú de verdad crees que el Príncipe quiere a Viktor solo porque es el heredero de La Tríada y porque podría descubrir la fórmula de los viajes en el tiempo?

Emil cambió de posición sosteniéndose a si mismo sobre un pie, mientras que el otro golpeteaba el suelo ansiosamente. Yuuri pudo notar que la pregunta lo tomó por sorpresa.

-No. Yo creo que hay algo más que une a esos dos. Nadie asesinaría a otro con tanta cizaña -como lo hizo con Micky y Sara- solo porque fragmentaron a la persona que le es útil.

-¿Es posible qué...? -se atragantó con lo que iba a decir- ¿Qué el Príncipe amara a Viktor?

-Es muy posible, así como también pienso que alguien que el Príncipe ama, ama también a Viktor. Pero también creo que Katsuki lo amó y por eso lo fragmentó en primer lugar. Era la última protección que podía darle.


* * * *


¡Cada vez más cerca del final y la verdad! ¿Qué está oculto aquí? Se que es quizás un capítulo transitorio y de historia pero la acción está más cerca de lo que piensan.

¿Algunas últimas teorías acerca del plan del Príncipe? ¿O del trato de Viktor y el Príncipe? ¡Vamos! Yo sé que si leen entre líneas pueden acercarse demasiado :D

¡Me encantaron todas sus elecciones de universos! Tengo que admitir que coincidimos en varios de ellos... así que aquí les dejo mi top:

5. Venecia del siglo XVIII.

4. El mundo de sombras

3. El universo del espacio

2. El mundo futurista.

1. Y, como seguramente habrán estado deduciendo... ¡La Rusia Imperial! Veo que todas estamos teniendo problemas para superar todo lo ocurrido allí </3

Y para pasar un poco el aburrimiento (?) les dejo una nueva idea para responder: ¿Cuáles han sido sus relaciones favoritas? Aquí no solo entra el romance, sino también la amistad, los lazos de familia ¡E incluso la enemistad! :D

¡Detalle! Como soy una que anda un poco desocupada u_u y como también temía que la explicación de Emil no fuese lo más clara posible (quedó super super simplificada de todas formas) hice el plano al que me refiero en el capítulo :D

No cuestionen mis dotes de diseñadora (?) pero creo que aquí queda mucho más claro... La línea vertical se refiere a los universos y la horizontal al tiempo (pasado, presente y futuro). Por cuestiones de espacio no lo puse, pero creo que es más que obvio que TODOS los puntos de la línea horizontal tienen también una línea vertical que los atraviesa. Imaginen el lío si esto fuera de verdad real. Las flechas indican, por supuesto, que la línea sigue y sigue infinitamente.

Muchísimas gracias por seguir leyendo y acompañarme hasta el final. Ya no queda casi nada </3

¡Un beso grande y nos vemos mañana!

P/d: Hoy viene un poquiiito más temprano, no a una hora tan inhumana (?)

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