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6:12 am.
ERICK.
Salgo de la cama, extrañamente siento que algo no anda bien, camino a través del pasillo para llegar a la habitación de Rachelle y llamo a la puerta varias veces pero nunca me responde, entro a la habitación pero no la veo por ninguna parte. Recorro la casa entera pero parece que no está por ninguna parte.
Regreso a la habitación cuando noto el móvil de Rachelle sobre la cómoda, me acerco hasta este y deslizo mi dedo a través de la pantalla marcando el patrón que tiempo atrás ella me había enseñado.
Reviso las llamadas o algo que pudiese llevarme a ella pero un llamado a la puerta llama mi atención, mis manos comienzan a sudar y una desesperación inmensa comienza a invadirme. Siento la necesidad de salir corriendo y buscarla, sé que algo anda mal.
Una de las puertas se cierra, supongo se trata de los padres de Rachelle, le sigo, no es normal que alguien llame a tu puerta a éstas horas de la madrugada.
—¡TÍO!—grita Anna abrazándose al cuerpo de su tío, la cara de su tía demuestra lo confundida que se encuentra, lágrimas resbalan por sus mejillas y sus padres vienen detrás de ella, abrazándose el uno al otro entre sollozos, a un lado de ellos permanecen dos policías, ambos con semblantes serios.
Noto como las luces de la casa de enfrente están completamente encendidas, y sollozos altos se escuchan por toda la calle, aprieto una de las esquinas de mi camisa y me acerco hasta donde se encuentran parados sin decir una sola palabra.
Respiro profundo y les dirijo una mirada para armarme de valor y finalmente hablar. —¿Estás bien?... ¿Ha pasado algo?...—pregunto dirigiéndome a Anna. Ella levanta su rostro del hombro de su tío, limpia su rostro con el dorso de su mano, y sorbe su nariz caminando hasta donde yo me encuentro.
—Erick...—solloza, su madre se acerca hasta nosotros y la toma por los hombros.
—Anna...—llama la madre de Rachelle detrás de nosotros. —¿Anna que sucede?... Me éstas asustando—suplica con un nudo en la garganta.
Todos sabíamos que algo andaba mal.
—Se... Se trata de Rachelle....—habla.
—¿Rachelle?—interrumpe Julio. —Rachelle está dormida en su habitación ¿Quieres que le llame?...
El semblante de Anna palidece, suelta más lágrimas con más fuerza y toma de la mano de sus tíos dando ánimo y consuelo.
Algo andaba mal y se trataba de mi Rachelle...
—No. No es así—suelta de repente aún sin soltar de su mano. —Rachelle, no está aquí.
Julio frunce el ceño confundido y lleva las manos a su cabeza dando vueltas de aquí para allá.
—¿Qu-qué dices?...—pregunta con desesperación. Su rostro podría decir cuánto miedo siente, sus manos tiemblan y su boca está seca.
—Ellos vienen a hablar con usted—baja la mirada y sus ojos se humedecen.
—U-Ustedes saben ¿en - en dónde está Rachelle?—pregunto tan asustado como sus padres. Necesito respuestas rápidas y concretas, debo salir a buscarla.
Uno de ellos asiente con la cabeza y la mano de Anna se envuelve con la de su tío.
Respiro profundo.
—Buen día—saludan. —Venimos de la PGR, sabemos que usted es el padre de Rachelle Rodriguez ¿No es cierto?
—Así es—contesta con los ojos humedecidos en lágrimas.
—Bien lamentamos darle una noticia como está pero venimos a informarle que su hija fue hallada en un edificio de la ciudad de México le diremos la localidad en cuanto pueda acompañarnos, su estado es grave—suelta sin sentimiento alguno, en su rostro no lleva expresión alguna, mientras que en el mío podía notarse la preocupación que sentía por ella.
Los ojos de Julio y Beatriz se cristalizan y si no fuera porque Anna aún los sostiene a ambos de sus manos, probablemente hubiera caído de espaldas.
Cuando llegamos al hospital lo primero que veo es a una mujer llorando y gritando.
—¡Joel! ¡Joel Pimentel!—grita una mujer a nuestras espaldas en tono desesperado. Su cuerpo tiembla y las lágrimas recorren sus mejillas sin descanso alguno. Un hombre la acompaña y la envuelve entre sus brazos deteniéndola por los hombros. Supongo que se trata de sus padres.
—Señora tiene que tranquilizarse ¿está bien?...
Su rostro palidece.
—¿Có-cómo está mi hijo?—pregunta ella entre balbuceos.
—Tiene que ser muy fuerte ante lo que voy a decirle ¿de acuerdo?...
—¡SÓLO DIGAME COMO ESTA MI HIJO!—grita ella desesperadamente.
—El...
***
Hola hola.
Bonito día ♥
-All the love♥
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