28
Día noventa y nueve.
—¡Rachelle, aguarda! —me detiene Joel levantándose de su asiento.
—¿Si?—le miro, de verdad llevo prisa, por primera vez en todo mi historial escolar, se me hace tarde para llegar a clases.
—Llamó la directora de tú instituto y me pidió que fueras a su oficina mañana a primera hora, dijo que es de URGENCIA.
—¡Mierda!—gruño tomando las llaves del automóvil. —Iré ahora mismo—digo retomando mi camino.
—¡No!—me detiene Joel de nueva cuenta. Me giro de nuevo esperando su respuesta. —Dijo que no estaría en su oficina hasta el día de mañana.
—Vale gracias. ¿Algo más?
—Creo que es todo.
—Entonces ¿Ya puedo marcharme?
—Sí—asiente con la cabeza.
Camino de nuevo.
—¡Espera!—me detiene.
—¡¿QUÉ?!
—Yo te llevó—ruedo los ojos y lo observo correr tras de mí. Besa a Jane en los labios y luego ambos salimos a toda prisa hasta el automóvil. Entramos en este al mismo tiempo y Joel conduce hasta el instituto.
« Rápido... Rápido... »
—¡Corre Ray! ¡Corre!—grita Joel luego de estacionarse.
En cuanto salgo del automóvil, corro al interior del instituto recorriendo los pasillos a toda prisa. Me detengo en mi aula correspondiente y me adentro en ella tomando uno de los asientos del final a un lado de Erick. Beso sus labios de manera rápida y me acomodo en mi lugar dejando mis cosas de lado mientras intento recuperar el aliento.
—¿Paso algo?—me mira asustado. Supongo se refiere a mi manera tan peculiar de haber llegado.
—Todo bien—sonrío.
Su boca se abre para decir algo más pero se detiene casi de inmediato gracias a la voz de la mujer que impartira la clase. Sonrío satisfecha y saco el cuaderno de la materia correspondiente, anoto el ejercicio y algunas otras cosas que podrían servirme para su examen. Minutos más tarde me levanto de mi asiento y camino en dirección al escritorio de la profesora para entregar mi trabajo casi a medio camino me detengo al observar que he olvidado anotar la fecha, tomo prestado el bolígrafo de Johan y escribo la fecha, es ahí cuando una corriente eléctrica recorre mi cuerpo.
Hoy es el día noventa y nueve, mañana sería el día CIEN y ya todo esto habría terminado. Me congelo sólo de pensarlo, tal vez de eso quería hablar la directora del instituto, tal vez pudimos haber llegado a un acuerdo.
En mi cabeza rondan un sin fin de preguntas de las cuales no encuentro respuesta alguna. Todo empieza a darme vueltas cuando unos fuertes brazos me sostienen, ni siquiera me había percatado de que había perdido la fuerza para sostenerme en pie.
—¡Ray!—suelta un gritito sosteniéndome entre sus brazos. —¿Qué sucede Ray?—me mira con angustia mientras comienza un pequeño tumulto de gente a nuestro alrededor. —Ray, me éstas asustando—dice acercándose a mi rostro mientras corrobora que este respirando.
Intento responderle pero es tarde, mis ojos se hacen pesados y sin siquiera otorgarles mi autorización se cierran por completo causando pequeños grititos de los presentes que me observan, todos están asustados.
—¡RACHELLE! ¡RACHELLE!—grita Erick tratando de animarme. Pero poco a poco su voz se apaga y termino por perderme en aquel sueño profundo en el que me encuentro.
La almohadilla de algodón pegada a mi nariz, los brazos de Erick rodeándome mientras me lleva al automóvil y de igual manera a mi habitación, Jane arropándome con una manta y el cálido beso de Anna sobre mi frente, todo podía recordarlo, todo excepto porque estaba aquí.
Levanto mi rostro con pereza y recuesto mi cabeza en el pecho de Erick. Sus ojos se abren ligeramente y una sonrisa se forma en su rostro en cuanto me mira despertar.
—Ya era hora—me mira. —¿Te sientes mejor?—asiento con la cabeza mientras le miro fijamente a los ojos. "¿Por qué se suponía que debía sentirme mejor?". —Me asustaste demasiado—aparta unos mechones de cabello de mi rostro y reparte pequeños besitos por todo mi rostro.
—Lo lamento—me disculpo mientras hago mi mayor esfuerzo por recordar lo que sucedió. —¿Hace cuánto me quedé dormida?—pregunto aún somnolienta acomodándome en su pecho.
—Hace más de 4 horas.
—¡Dios!—levanto la vista. —¿Por qué se supone que estoy aquí?
—¿Realmente no lo recuerdas?—me mira confundido. Niego con la cabeza.
—Sucedió en clases. Te has desmayado y ni siquiera supimos la razón—aún puedo escuchar un poco de angustia en su tono de voz.
Mi esfuerzo finalmente es validado y los recuerdos de lo que ha sucedido llegan a mi mente, dándome un pincho en el corazón. Le dirijo una mirada durante un par de segundos, es precioso, todo en él es perfecto. Giro mi cuerpo para quedar más cerca de él y lo beso lentamente.
Le rodeo el cuello apegándome a su cuerpo, él rodea mi cintura con sus brazos y muerde levemente mi labio inferior. Con mis brazos en su cuello me apego más y jadeo por la mordida. Acaricia mis caderas pasando sus dedos por mi cintura mientras besa mi mandíbula y luego mi cuello.
Comienzo a jadear por sus caricias y sube un poco sus manos acariciando mi vientre mientras besa y lame mi cuello.
—¿Estás segura de que quieres hacerlo?—pregunta contra mis labios, asiento con la cabeza, estoy convencida de ello, quiero hacerle saber cuánto lo amo, quizás está sería nuestra última vez.
Me deshago de su camisa y sonrío ante la vista cuando baja su mano por el borde de mis jeans, para después desabrochar el botón y lanzarlos a alguna parte de la habitación.
Sube a mi cuerpo y se acomoda entre mis muslos separándolos.
Sonrío cuando vuelve a besarme y gimo de placer cuando logro sentirle dentro de mí. —Te amo, Ray—susurra contra mis labios moviéndose lentamente.
—Yo-yo también te amo—jadeo con la voz entrecortada.
Aferro mis manos a su espalda y me muevo al compás de su cuerpo; jadeos, palabras entrecortadas, y nuestras respiraciones entrecortadas son los únicos sonidos que se hacen escuchar en la habitación, sonidos realmente dignos de recordar.
La imagen de sus ojos cerrados mientras disfruta del momento jamás podría sacarla de mi cabeza al igual que la manera en la que gime mi nombre y me recuerda lo mucho que me ama.
El panorama en el que nos encontramos pronto ha cambiado, este lugar era mucho más romántico de lo que parecía, sabía que no sólo yo lo pensaba, sabía que él también lo hacía por la entrega que mostraba, él era mío... ¡Mío y de nadie más!
***
Hola hola.
¿Como están?
No se olviden de dar favorito y comentar yo leo todos y cada uno de sus comentarios.
Muchas gracias por todo. Los amo.
—All the love♥
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