Día 87
No echo de menos al guerrero oxidado, al buque de guerra, a la sombra destructora o a la tormenta infinita.
Echo de menos al príncipe azul, al timonel que me guía, a la estrella fugaz, a la llama de la vela que alumbra el cielo para que en él pueda ver la constelación de la esperanza, a la sirena...
Y al cangrejo.
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