Día 48

Tienes que escucharme.

Somos ambos muy extraños.

Yo no tengo empatía contigo. Tú no la tienes conmigo. Yo soy la sirena con caparazón de cangrejo, y tú eres el crustáceo con voz de sirena.

Tú me lanzaste al mar. Yo también lo he hecho.

Eras una estrella fugaz, y yo una constelación.

Te odio, y me odias.

¿Ves? Nos complementamos.


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