El cielo antes de ella (parte 3)
—...Una vez más y terminamos.
Nathan guio sus dedos a través de las teclas del piano, produciendo así una melodía suave que hacía que la pequeña de 7 años a su lado quedara como embobada.
—¿Crees que pueda tocar como tú algún día? —preguntó Estrella sin dejar de ver como los dedos del hombre bailaban ágilmente entre las teclas.
Él sonrió un poco.
—La práctica hace al maestro—dijo terminando la balada y dando un toque en la punta de la nariz de la niña con su dedo—Me pregunto dónde estarán tus padres, hace rato ya que salieron.
—y yo que llegaba con todas las ansias de verlos — Interrumpió una joven que entraba a la habitación. La rubia les sonrió y camino hasta ellos sin apartar la vista de la pequeña — Estrellita, vaya que has crecido eres toda una señorita ahora.
miro al joven durante un momento sin borrar la diversión de su rostro.
—...Nathan
Él se puso de pie al tiempo que la niña lo tomaba de la mano.
—Luan—saludó con cortesía, aunque había un deje cauteloso—No sabía que vendrías de visita.
— bueno, no sabía que, para venir a mi propia casa, tenía que avisar. — contesto y miro a la pequeña — ella, aunque no lleve el apellido, no deja de ser una Imperiatore así que tengo el deber de ver que tenga todo lo que necesita.
Luan se hinco frente a la niña y sobo suavemente su mejilla — Estrellita, ¿no vas a darle un abrazo a tu hermana mayor?, te e extrañado mucho al igual que todos nuestros hermanos y hermanas en casa.
La niña la miró algo confundida, pero lentamente aceptó acercarse y rodear a la chica con sus brazos.
Nathan no quitaba la mirada de ellas.
Luan la abrazo con fuerza soltando una ligera risa — sabes, deberías ir a Italia conmigo, ahora que Fetia es viuda tiene mucho dinero y menciono querer comprarte muchos vestidos, Aloith también dijo algo sobre comprar juguetes y querer jugar contigo. Además, nuestro hermano mayor Arwen, quiere hacerte una gran fiesta cuando cumplas los catorce para presentarte ante la sociedad. ¿no te parece emocionante?!, todos te queremos en casa incluso el abuelo desea verte.
—Luan—Nathan la detuvo de seguir—Es mejor que esperes a tus padres para seguir teniendo esta plática. De hecho, no deben de tardar en llegar.
Ella le sonrió a la niña y se puso de pie para mirar a Nathan, cambiando su expresión a una más sebera — tú no eres nada de ella, como para decirme de lo que debo o no de hablar con mi hermana.
Soltó el aire y tomo la mano de la niña — vamos a ver los regalos que nuestros hermanos te han mandado ¿sí?
Estrella se dejó llevar por Luan no sin antes mirar a Nathan, quien la veía con algo de preocupación.
A los pocos minutos la puerta volvió abrirse dejando entrar a Christian y Lucero.
— lamentamos dejarte con Estrella por mucho tiempo, las cosas se complicaron un poco — se disculpó Christian.
La mujer al llegar repaso la habitación con la mirada hasta toparse con la mirada de Nathan — ¿dónde está Estrellita?
—Está con Luan en la sala—respondió para mirarlos—Vino a traerle unos regalos que sus hermanos le mandaron—continuó sin ocultar el escepticismo.
Lucy apretó los labios y negó — ahora si va a escucharme!
Dio dos pasos decidida antes de que Christian la detuviera del brazo. — son sus hermanos — excuso — también tiene derecho de verla...
— gracias padre — hablo Luan entrando con Estrella tomadas de la mano, mientras que con la otra sostenía un conejo blanco con manchas negras. había cambiado completamente a su hermana vistiéndola con un vestido color menta que a simple vista se veía que era caro. Le había recogido la mitad los caireles castaños sujetos con un moño del mismo color.— no se ve hermosa?— pregunto— resalta sus hermosos ojos azules, deberías sentirte afortunada Estrellita. De nuestros hermanos solo nosotras heredamos este encanto de nuestro padre.
— es bueno recibir una visita tuya ...— Christian intento sonreír.
—bueno, si no viniera jamás sabría algo de ustedes...
— siempre están tan ocupados que no lo vemos necesario...— respondió esta vez Lucy molesta.
Nathan apretó los labios.
Estrella lo miró y después a sus padres sin entender muy bien lo que pasaba.
— esa no es una excusa digna de tu astucia madre...— los miro — ella tiene que saber de nosotros. ¡Somos su familia también!
— ella está bien con nosotros, soy su madre y yo decidiré en donde estará.
— con ustedes jamás estará a salvo!
Christian tomo la mano de Estrella y la alzo en sus brazos depositando un beso en su mejilla.
— porque no vas con Nathan un rato más al jardín a jugar en el columpio, mientras nosotros hablamos con Luan?
Propuso pidiendo con la mirada que la sacara de ahí.
La pequeña asintió y Nathan inmediatamente la tomó de los brazos de su padre.
—¿Podemos ir al jardín? —preguntó Estrella a él joven.
Él dio una pequeña sonrisa y asintió.
—Como usted quiera, señorita—respondió mientras la llevaba fuera.
—era de esperarse — bufo la chica cruzando sus brazos.
—disculpa? — pregunto Lucy alzando una ceja.
—Nathan, siempre esta con él, ¿que acaso no encontraron a una niñera mejor?
— Nathan conoce a Estrella desde que era una beba, ha pasado un tiempo junto a nosotros, juega con Estrella y la cuida muy bien.
Aclaro Lucero.
— el arruino sus vidas!
— es un amigo nuestro de hace ya más de un centenario, es de nuestra confianza.
—si algo llegara a pasarles a ustedes!?, mi hermana nos necesita!, necesita conocernos para que no se sienta fuera de lugar en casa. no voy a dejarla. sola dime a donde iría?!
Ninguno de los dos respondió. Pero su silencio decía más de lo que se esperaría.
—no — Luan comenzó a reír irónica, pasando una mano por su cuello — deben de estar bromeando.
—no lo es...— respondió Christian mirando a su hija. — si algo llega a pasarnos a mí y a tu madre, Nathan será dueño de la custodia de estrella ya está en nuestro testamento
—él no es nada de ella! — siseo molesta.
— será su tutor. Y por eso tiene derecho de verla.
— y nosotros somos su familia!, ¡quiero una hermana!, ¡quiero verla, quiero jugar con ella y enseñarle cosas como Fetia no lo hizo conmigo!
—Luan...— murmuro Lucy, sus facciones se suavizaron para mirarla. Ella también era su niña y la echaba mucho de menos. — tú puedes venir a verla las veces que quieras y puedes quedarte aquí si lo deseas. Esta es tu casa siempre, las puertas siempre estarán abiertas para ti. Mi niña.
—por qué se aferran a tenerla aquí, algo malo podrá pasarle!
— está decidido, Estrella se quedará en esta casa. ¡No se discute más! — exclamo el hombre dispuesto a salir de la habitación.
Luan tenso su mandíbula y apretó los puños arrugando su vestido conteniendo las ganas de explotar hasta no poder más. Ella se giró a ver a sus padres que ya tenían las manos en la perilla de la puerta.
—¿Es que no lo entiendo! — vocifero — por que a ella la quieren más que a mí?!, porque por ella sin sacaron sus garres y por mí no?!
— Luan... — Lucy se giró en su lugar sorprendida. intento acercarse, pero ella se alejó.
—no!, ¡es que no es justo!, yo les dije que no me quería quedar con ellos y me dejaron ahí llorando. ¡No es justo! ¡¿Que tiene ella de especial que yo tenga?!
—nada — hablo esta vez Christian. — a ella y a ti las queremos exactamente igual, pero al ver lo que han hecho con tus hermanos...
— y solo decidieron abandonarle así porque sí?!, acaso saben cuántos años cumpliré este año?!
Ambos se miraron entre si —17...— murmurando con pesar.
— y adivinen que?!, el abuelo aprovechara mi belleza irresistible ante los humanos para venderme al mejor postor como lo hizo con Fetia hace siglos!, ¿¡acaso les importa eso?!
— Luan...— Christian se acercó, pero ella alejo sus manos de un manotazo.
—están tan ocupados cuidando de Estrella que ni siquiera se fijan en mí!, solo los puedo ver de vez en cuando, cuando yo era una niña y las cartas no son lo mismo! — miro a su padre — cuantas veces le cuenta un cuento antes de dormir padre?, o cuantas veces le canta o le cocina un pastel madre?— negó y sus lágrimas comenzaron a rodar de sus ojos de la rabia — apuesto que todo el tiempo...
Ambos no dijeron nada y el amargo sabor de su boca los hacía sentir un peor.
— no dejare que tu abuelo te siga torturando más— aseguro su padre. Pero Luan solo rio negando.
—quisiera ver eso— hablo antes de salir de la habitación dando un fuerte azote a la puerta.
Nathan suspiró mientras veía como Estrella recogía algunas flores del jardín con una sonrisa.
Él había podido escuchar toda la discusión de Luan con sus padres, y de cierta forma comprendía a la chica.
—Nathan, ¿tú conoces a mis hermanos?
El lobo salió de sus pensamientos y fijó la vista en la pequeña que lo miraba con el rostro ladeado.
—Podría decirse que los he visto un par de veces—respondió en tono suave—¿Sientes curiosidad por ellos?
Los grandes ojos azules de la pequeña no abandonaron el rostro de él mientras pensaba en su respuesta.
—Mi hermana Luan es muy buena—dijo—Si mis otros hermanos son como ella entonces quiero conocerlos.
Nathan juntó ligeramente las cejas sin saber que decir.
Luan tal vez era buena, pero estaba seguro que los demás hijos de Lucero no serían iguales.
Él se hincó frente a la niña y sonrió ligeramente.
—Esperemos que sean como Luan, entonces—resolvió haciendo que Estrella sonriera alegremente y asintiera.
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