El cielo antes de ella (parte 2)
el sol apenas salía dando sus primeros rayos cuando el olor a comida emanaba de la cocina. Lucero cortaba algunas verduras y las echaba en una olla picando una, otra, otra, tras otra.
— tu hermana me va a enloquecer! — se quejó, hablando a la pequeña beba que dormía sobre una cesta que su madre había puesto a un lado de las verduras. Lucy remango las mangas de su vestido y siguió cortando — y luego apelar que ella puede cuidarte. ja!, no pueden cuidarse a ellas mismas y su abuelo de seguro querrá dejarte con una nana como lo hizo conmigo y Adam. — guardo silencio procesando la información — me pregunto en donde estará tu tío...
—Me ganaste la cocina—Nathan iba entrando en el lugar. Las mangas de su camisa estaban arriba y no traía pañuelo en su cuello. Solo el chaleco de su traje hacía el simple conjunto. Se notaba que iba decidido a ensuciarse las manos—Espero que hayan dormido bien anoche, la tormenta no cesó hasta la madrugada.
— eh tenido noches mejores, pero puedo prometerte que no tuvo nada que ver con la tormenta o la estadía — soltó el aire y dejo el cuchillo a un lado — quisiera disculparme por mi comportamiento de ayer, mi cabeza a estado dando vueltas y no puedo estar tranquila. en verdad, perdóname. no quise ser "tan" grosera.
Él negó.
—Comprendo que no la estén pasando bien... después de todo el desfarfullo ninguno de los tres la hemos tenido fácil—se acercó un poco a la mesa y miró fugazmente a la bebé para luego apartar la mirada—¿Necesitas ayuda con algo aquí? Tengo más legumbres en alguna parte.
Miro a Nathan curiosa y después poso su vista en la beba —¿te gustaría sostenerla?
Él despegó la vista de las alacenas de su cocina para mirar a Lucero un poco sorprendido, pero asintió.
—Me encantaría.
— bien!
sonrió y tomo a la pequeña en sus brazos que soltó un quejido al ser despertada por su madre. La arrullo en sus brazos y rodeo la mesa hasta llegar a Nathan y acomodarla en sus brazos con mucho cuidado — así está bien — susurro —sostenla bien, si se te llega a caer Christian te asesinara por lastimas a su niña — amenazo divertida — ¿no es hermosa?
Una pequeña sonrisa surgió en las comisuras de la boca de él. Era la criatura más pequeña y frágil que había tenido en sus brazos. Su piel era tan suave y sus gestos ajenos a todo a su alrededor le causaba una curiosidad enorme.
—Lo es—respondió en un murmuró suave sin dejar de ver a la bebé—... Estrella Mayarí, eres una señorita muy bella.
— Por supuesto, se parece a su madre — alardeo alzando sus hombros. alzo la vista. —sabes, sé que dado molestias preguntando esto, pero, ¿cuándo piensas casarte?! Mi Estrellita necesitara amigos para jugar.
Una corta risa salió de los labios de Nathan antes de que sus ojos abandonaran el rostro de la pequeña para centrarse en su interlocutora.
—Aun no encuentro lo que busco—respondió de forma simple—Ya sabes de que hablo.
— y nunca lo encontraras si sigues viviendo aquí en la nada, necesitas salir — cruzo sus brazos recargándose en la mesa —, viaja a otros países, conocer a nuevas personas. solo así encontraras lo que buscas. Tu futura esposa no va a entrar simplemente por esa puerta para que la conozcas.
—Tal vez tengas razón—dijo mientras arrullaba a la pequeña y sopesaba las palabras de ella—¿Y a dónde ir? Ya no es como si las demás familias me miraran con estima—dijo seguido de un pequeño suspiro—Estoy algo perdido, Lucy—confesó.
Frunció sus labios en descontento — cierto...— murmuro — desde nuestro percance ya nada es igual para nosotros, pero... ¿Ahora qué más da?, tampoco es como si nos importara que es lo que piensen, eres libre de ir a donde quieras y si la encuentras y su familia lo impide solo llévatela. Si en verdad es tu lazo te seguirá.
—solo piénsalo bien, que después ya no podrás devolverla — Bromeo Christian entrando a la cocina, Lucy solo le dio un ligero golpe para hacerle callar — ya deja de atormentar y meter locas ideas a la cabeza del pobre hombre.
Nathan soltó una ligera risa más relajada.
—Aún tengo tiempo para eso—asintiendo—Primero necesito poner orden en mis ideas. Quiero vender esta casa, comenzar de nuevo en alguna otra parte lejos de la indiferencia de mi familia... algo nuevo.
— agh, tu familia los odio.
—Lucero...
—que?! —miro a su esposo — odio a su familia. En especial a su madre todo el mundo lo sabe, yo lo sé, tú lo sabe, él lo sabe, incluso ellos lo saben — excuso.
Christian alzo una ceja y Lucero rodo los ojos
— bien, es hora de que esta hermosa niña coma — Lucero se acercó a Nathan para tomar a su hija y salir de la cocina.
Nathan negó, pero un ligero atisbo de diversión brillo en su semblante.
—Me agrada ver que su personalidad no ha cambiado—dijo a Christian de modo pasajero mientras terminaba de cortar los vegetales de la mesa.
El hombre negó — no, no ha estado bien. Hace poco Fetia se ha casado sin avisar y eso le ha afectado, esa mujer no parecía mi hija. No es esa niña que solía llevar a casa los pájaros que caían de los arboles después de las tormentas para cuidarlos y después liberarlos. — entre cerro los ojos — era tan fría, seca e indiferente... Saber que Estrella venia en camino nos tomó por sorpresa, Lucero pensaba que era mejor dejarla con su padre para mantearla a salvo, pero después de lo que vio se niega a dejarla a pesar de saber lo peligroso que es.
Nathan dejó lo que hacía para ver de lleno al hombre.
—No sabía que llegaba a ese extremo. Con razón están tan tensos...—apretó los labios y miró al piso como buscando—¿Qué hay de tus demás hijos?
— no les veo remedio — confeso con pesar — la única es Luan, pero siempre fue muy apegada a sus hermanos así que se negó a la sugerencia de seguirnos. Solo estuvo al lado de su madre el tiempo que estuvo en cinta, pero una vez que Estrella nació se fue y a los pocos días el padre de Lucero apareció para llevarse a Estrella. Fue todo un caos.
—Lo imagino—murmuró Nathan mientras pasaba una mano por su cuello—Se que no es mucho, pero ya saben que cuentan con mi apoyo. Ya sea cualquier cosa, estoy dispuesto a ayudar.
— ya que lo dices, si existe algo que puedas hacer.
Nathan asintió.
—Claro, solo dilo.
Asintió y su rostro se volvió más serio— dado los hechos de que ese hombre está convirtiendo a mis hijos en monstros. Si algo llega a pasarme quiero que cuides de Estrella.
Él lo miró sintiendo el peso de su petición.
¿Él? ¿Cuidar de esa pequeña?
Muy apenas estaba logrando aprender a cuidar de sí mismo.
Tragó saliva y miró Christian a los ojos. Veía el pedido en ellos.
—Dalo por hecho.
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