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-Tus libros?-
-Los tengo-
-Lonchera?-
-Tambien-
-Y los...-
-Ya tranquila Mamá -Se acerco el Akabane menor a su madre y la abrazo con dulzura- Me ira bien.
-Ay mi bebe-La mujer hizo un gesto de que iba a llorar en broma haciendo que su hijo ria.
-Te sabes el camino, no? -Pregunto el padre de Karma con seriedad, aunque en realidad estaba contento de que su hijo estuviera tomando bien todo el cambio.
-Por supuesto -Sonrió mientras agarraba un abrigo por las dudas si hacia frio y se despedía de sus padres con un abrazo.
Su camino era largo y lleno de naturaleza por todos los alrededores con un aire puro y fresco haciendo que Karma sonría inevitablemente. Podría acostumbrarse a todo esto.
Al llegar tuvo que presentarse a su salón y como la primera vez que lo hizo en su anterior colegio, el salón empezó a murmurar un montón cosas peros siempre buenas. Karma se sentó atrás de todo, al lado de una ventana y agradeció que fue así porque amaba el aire que había por ahí. Ademas de que si quería podía aprovechar y dormirse algunos minutos y así fue.
-Akabane! -Cuando Karma casi se dormía el profesor me golpeó ligeramente con su libro en la cabeza.
-Estaba a punto de dormir...-Dijo refregándose los ojos mientras escuchaba unas pequeñas risas que no lo molestaron en absoluto.
-Akabane, hagamos un trato-Dijo molesto el mayor del salón mientras se cruzaba de brazos conservando la poca paciencia que tenia.
-Se puso interesante...-Karma sonrió de lado y coloco sus codos en su banco y apoyo su cara en sus manos- Escucho.
-Te voy a escribir una ecuación -El profesor sonrió de lado ya que ni el mismo logro calcularla- Y si fallas, réprobas la materia.
-Y si gano? -Alzo una ceja el pelirrojo con cierta diversión.
-Te dejo que duermas todas mis clase-Y el profesor fue a escribir la ecuación y Karma se levanto tranquilamente esperando a que termine lo que hacia- Toma- Le extendió una tiza blanca.
-Te comento señor profesor -Karma tiro la tiza para arriba así dando vueltas por el aire y luego aterrice a sus dedos- Que hiciste el trato con un prodigio en esta materia.
Y Karma no tardo mas de 3 minutos en terminar aquella ecuación que ante cualquier persona seria imposible resolverla, pero el de orbes cobres lo hizo con facilidad dejando a todo el salón con la boca abierta.
-Waa~ -Estiro los brazos arriba el pelirrojo con cansancio- Esta siesta me vendrá bien~, por cierto, toma -Le lanzo la tiza que con dificultad el profesor la agarro- Nunca subestimes a Akabane Karma -Sonrió y se fue a su banco que automáticamente se tiro sobre el para dormir tranquilamente mientras escuchaba esos murmullos sobre. Pero como habíamos dicho antes, a Karma no le molestaba en absoluto.
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