CAPÍTULO 10


Massimo sabía que la aparición de Razel en su casa no eran buenas noticias, después de todo hace décadas que no lo veía.

–¡Contesta! —ordenó Massimo.

–Su padre está a punto de encontrarlo, mi señor —responde sumiso Razel.

Massimo se llenó de ira y de inmediato caminó hacia él, lo tomó del cuello, empujándolo contra el muro y alzándolo del suelo.

–¡Eres un imbécil! ¡Sí sabe que estás aquí me encontrará más fácil, idiota! —grito encolerizado mientras apretaba el cuello de Razel.

–Él sabe que la encontró —informó con la voz entrecortada y casi sin aliento.

Massimo soltó a Razel dejándolo caer bruscamente y se apartó, si él no mataba a Isabella era seguro que su padre llegaría para hacerlo he impedir que Massimo volviera para cobrar su venganza, después de todo no sería la primera vez que su padre le impide el regreso.

–¿Cómo lo supo? —preguntó Massimo.

–Su padre es muy astuto, señor, hará lo que sea para impedir que usted cumpla su objetivo —respondió Razel mientras se sujetaba el cuello y se ponía de pie— Debe matarla cuanto antes si quiere volver, mi señor.

–No puedo, ella usa la protección de nuevo.

–Tiene que hacer que se la quite, señor.

–¡Eso ya lo sé! —grito furioso— No es tan fácil, a cualquier otra mujer podría llevármela a la cama en un segundo y tenerla a mi disposición, si fuera un hombre bastaría con embriagarlo, llenarlo de placeres y lo tendría a mi merced, pero ella es diferente.

–Es por qué ella es un Nefilim, uno muy poderoso, no es como los otros seres que se ha encontrado en el pasado, mi señor; no es un ente cualquiera, aunque no sepa usar su poder, ella lo tiene y eso impide que usted pueda usar las habilidades que le quedan contra ella.

–No, no es eso, hay algo más —dijo pensativo mientras se sentaba en el sofá.

–Quizá si me lo dice podría ayudarle.

–¿Qué sabes de la leyenda de Yidis y el ciclo sin fin?

–Mi señor, no estará pensando…

–Responde —lo interrumpió Massimo sin mirarlo.

–La leyenda dice que dos seres de poderes diferentes, pero inimaginables, están unidos desde su nacimiento, llevarán en su sangre los nombres de Cygni y Cygnus, no podrán estar lejos el uno del otro, pues sus alas tienen una conexión eterna, al encontrarse hacen una simbiosis, lo que hace que…

–Si uno muere, el otro también —añadió Massimo.

–Sí. Pero mi señor, eso es imposible, usted es hijo de…

–Poco creíble, sí —volvió a interrumpir Massimo— Pero no es imposible Razel, ahora vete, necesito que desvíes el camino de mi padre y así me des más tiempo.

–Sí, mi señor.

Y en un parpadeo, Razel desapareció, dejando a Massimo hundido en sus pensamientos sobre el sofá.

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