•03•
Habían pasado un par de días en los que ambos chicos comenzaron a interactuar, a veces se daban privacidad o a veces se molestaban, incluso empezaron a jugar estúpidos juegos con tal de no estar aburridos ya que las salidas de la casa estaban prohibidas lo que los llevaba a la situación actual.
Bakugō debía ser un completo estúpido al sugerir aquella idea pero Todoroki debía serlo aún más al aceptar ser parte de ella.
Aprovecharían la gran y vieja casa para hacer un divertido juego de escondidas.
Obviamente Bakugō se eligió a el mismo para esconderse y que Shōto contara, cuando lo sugirió Todoroki se molestó al grado de mostrar un tic nervioso pero la idea de ser algo que nunca había experimentado de verdad le atrajo y Bakugō no estaría cuidándolo por mucho tiempo.
"¡Y tú eres muy aburrido!" Recordó lo que le había gritado el rubio la última vez que interactuaron cosa que lo hizo recapacitar.
Al ser Bakugō de las pocas personas con las que interactuaba decidió no rechazarlo ya que el rubio se había molestado en tomar la iniciativa y sugerir que podía hacer ruido y aplaudir para que sea más rápido el encontrarlo.
–¿Entonces aceptas? – Preguntó Bakugō y Shōto recordó haber escuchado algo así cuando un tipo fue a buscar a su hermana y le propuso salir. –¡Mitad-Mitad!
El heterocromatico reacciono y asintió preguntándose que cara debía de tener sintiéndose estúpido y avergonzado.
– Un límite para los aplausos, ya está. – Recordó el mayor y Bakugō rodó los ojos.
– Solo serán diez aplausos y me podré mover libremente por la casa excepto el jardín. –Repitió por segunda vez irritado pues odiaba decir las cosas más de dos veces. – Me voy.
Todoroki pudo escuchar los pasos del rubio alejarse, tomó aire nervioso y lo soltó tratando de relajarse pues era la primera vez que hacía algo como aquello.
Comenzó a caminar lentamente asegurándose de no chocar con los muebles.
–¡Aplauso! – Dijo y de inmediato escucho en una habitación no muy lejana como el rubio aplaudía para después dirigirse a él.
Por unos minutos siempre que se acercaba a Bakugō este se aseguraba de salir de la habitación en silencio cosa que irritaba a Todoroki, no necesitaba de la lastima de los demás pero de verdad que era irritante aquel juego en su situación y ya le quedaban solo dos aplausos.
Exigió otro aplauso el cual logro encontrar, cerró la puerta de la habitación tras de si para que el rubio no pudiera escapar, Bakugō quien estaba sentado en la orilla de una cama pues no había necesidad de esconderse arrugo la nariz por la puerta cerrada.
Vió al heterocromatico caminar lentamente por toda la habitación mientras él se mantenía arriba de la cama ya con las piernas cruzadas esperando que el chico lo atrapase pues comenzaba a aburrirse.
–Aplauso. – Dijo Todoroki y el rubio sonrió pues él mayor estaba delante de la cama.
Bakugō se acercó gateando hasta la orilla de la cama y se levantó para encarar al heterocromatico quien sintió la presencia del contrario muy cerca de él.
– Me encontraste, bastardo. – Se sobresaltó al sentir la respiración de Bakugō tan cerca, retrocedió nervioso y tosió para recuperar su compostura, Katsuki solo se burló de eso.
– ¿Y qué gano a cambio? –Preguntó él mitad albino agotado.
– Lo que sea. – Dijo sin ganas el rubio mientras bostezaba y se lanzaba de regreso a la cama para acostarse y mirar el techo.
– ¿Lo qué sea? – Repitió Todoroki sorprendido.
– ¡Lo que sea! –Gruñó el oji-rubí irritado.
Antes de que Shōto pudiera contestar una chica interrumpió la conversación exaltada.
– ¡Todoroki-kun, aquí estabas! – El heterocromatico no tardo en reconocer esa voz en cambio Bakugō miro curioso a la chica pelinegra que acababa de entrar.
– ¿Qué no tenía seguro la jodida puerta? – Pregunto molesto al ver como la chica abrazaba a Shōto.
– Yaoyorozu-san, estoy bien...– Soltó Todoroki apenas audible por el abrazo de la chica.
– Como nadie me abrió la puerta decidí usar las llaves que me dio tu hermana, lo siento. – Pasó un mechón de su pelo por su oreja sonrojada, Bakugō se rió internamente pues Shōto no veía nada de lo que la chica hacía, sus intentos de coqueteo.
– Descuida... Eh, Yaoyorozu-san este es Bakugō Katsuki él está haciéndome compañía por arresto domiciliario. –Soltó lo último con una sonrisa.
– ¡Hey! – Gritó molesto el rubio tras aquella presentación de mierda que le hizo el ciego.
La chica miro preocupada al heterocromatico después de escuchar "Arresto domiciliario" pero trato de no darle mucha importancia a aquello.
– ¿¡Y tus lentes!? – Chillo la chica al notar que Todoroki no usaba sus gafas de sol para proteger sus ojos. – ¡Sabes que puedes dañarte tus ojos!
– ¿Y quedarme más ciego? – Pregunto serio el mayor y la chica se quedó callada. – Descuida... solo los uso cuando salgo, aparte tengo a Bakugō para que me ayude a usar las gotas de los ojos.
El rubio quien se encontraba en la cama tratando de aguantar carcajadas por como Shōto había callado a la chica por fin decidió levantarse de nuevo.
Sin decir nada se arrastró hasta la salida de la habitación para dejar a ambos chicos hablar, se notaba muy a lo lejos cuan enamorada estaba aquella chica del heterocromatico y prefería no hacer de mal tercio en aquella extraña situación a pesar de darle risa como Todoroki ni se inmutaba con su amiga.
Después de un rato decidió ir a preparar algo de comer y en la cocina se encontró con la pelinegra quien intentaba preparar algo que a Katsuki le dio nauseas.
– Normalmente cocinan para mí. –Dijo la chica apenada y Bakugō chasqueo la lengua irritado, no era más que otra niña rica. – ¿Cuándo termina tu arresto?
El rubio vaciló un poco pues era algo que ni a Shōto le había dicho, los horarios no eran algo que le importara mucho ya que no pensaba tener otro arresto domiciliario como aquel.
– En dos semanas. – Se dirigió a la nevera y saco una lata de refresco.
– ¿Shōto lo sabe? – Bakugō negó mientras abría su refresco. – Él me dijo que eras muy ruidoso y molesto...
– ¿Esperaba un payaso? – Trató de ocultar su enojo con algo de humor aunque no se le diera muy bien, incluso frunció el ceño sin poder evitarlo al escuchar aquello.
– Pero a pesar de tu actitud y tu arresto él dijo que era entretenido estar contigo y que hace tiempo esperaba escuchar ruidos en la casa en lugar de estar solo. – Prosiguió la pelinegra y Bakugō casí se ahogó al escuchar aquello, una especie de asco, vergüenza, culpa y nervios surgieron dentro de él.
– No espero ser su jodido amigo, llegara el día en que me largue de aquí y no pensaré si quiera en volver. –Contesto de inmediato pues ese era su plan desde un principio aunque ahora que lo escuchaba con su propia voz y al aire le sonaba raro ya que el mismo estaba creando lazos con él heterocromatico.
– Lo supuse. – Dijo la chica bajando la mirada. Ambos se quedaron en un incómodo silencio, Yaoyorozu quería tener la atención del heterocromatico como la tenía el rubio pero Bakugō ahora solo quería que la tierra se lo tragase.
Mientras Todoroki se encontraba en la entrada de la cocina escuchando todo también en silencio, apretó los puños y camino a su habitación para poder dormir y no despertar hasta la noche cuando Bakugō ya se había ido a su casa.
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