Capítulo 22

10 de abril

Llego el día, me levanté temprano me metí una ducha, me arreglé, fui a preparar mi desayuno y salí rápidamente para tomar un taxi con dirección a la casa de Yaiza, Ashly ya me aviso que saco a Yaiza de su casa, le dije a su hermana que llegaría en 5 minutos. Llego, toco la puerta su hermana me abre toda emocionada por todas las cosas. Algunos de su familia me ven los saludo obviamente, lo primero fue poner la torta en la refrigeradora, luego arreglar el cuarto de Yaiza que está hecho un asco, acomodé todo para luego colocar los foquitos pequeños, después colgué las fotos nuestras. Deje los regalos en su cama, para finalmente llenarlo de globos, su hermana me ayudo a inflarlos nos demoramos bastante, terminamos al fin agarre mi celular para escribirle a Ashly que puede traer a Yaiza a la casa. Llegaron en quince minutos me escondí en el cuarto de su hermana. Yaiza abre su cuarto y observa el regalo que le hice, era de esperarse se pone a llorar.

- Feliz cumpleaños mi amor – le susurro a la oreja mientras sujeto sus caderas

- ¡Gracias amor, enserio gracias te amo! – me responde mientras me da un fuerte abrazo para luego darme un beso

- Ahora si entra a tu cuarto, aún faltan más regalos están encima de la cama – le digo mientras toma mi mano

- ¡Esta hermoso! – grita de emoción al ver los regalos

-Te mereces esto y mucho más, te prometí que te haría feliz y lo cumpliré – Yaiza empieza a llorar y me abraza

- Tranquila no seas tan chillona, vamos a disfrutar del resto del día al último comemos tu torta – le digo mientras ella va corriendo a la cocina

- ¿Dónde está la torta?, me encanta la torta – Sabia que le encantaba la torta tres leches

- En el refrigerador es torta tres leches lo que te gusta – me abraza y me da un beso

Lo pasamos de lo mejor, vimos películas, jugamos luchas, aunque no utilice nada de fuerza porque no quería lastimarla me daba gracia ver como utilizaba toda su fuerza y no me hacía nada. Ya era de noche sacamos la torta y le cantamos, Yaiza no dejaba de llorar sé que le emocionaba bastante, pero verla chillar a cada rato era estresante. Comimos nos echamos juntos en su sofá hasta que llegó la hora de irme.

- Bueno amor ahora si me tengo que ir – le digo mientras me levanto

- No quédate a dormir acá – me dije poniendo su cara tierna

- Me gustaría enserio, pero no me dejaran si pido permiso para la próxima seguro que sí, aparte ya me quedé bastante tiempo más de lo que me dieron permiso – me quede porque le prometí que me quedaría más tiempo la próxima vez que viniera

- Lo se amor, pero quiero que te quedes – me dice haciendo su tierno berrinche

- Pediré permiso y para la próxima me quedo, pero deja de hacer berrinche sabes que me estresa – le digo me acerco a ella dándole un beso

- Te escribo cuando llegue a mi casa, te amo – le menciono mientras bajo las escalares para tomar un taxi

Este día fue algo agotador por traer todos los regalos, pero me encanto ver su felicidad sé que fue el mejor cumpleaños de Yaiza y no será la última tampoco hare que sus días siempre sean, bueno sé que no todos los días, pero tratare que cada vez que nos veamos sean así.

25 de abril

En este tiempo nos veíamos en ocasión por el tema de pandemia, era algo complicado todo un estrés hasta la pandemia me estresa, comenzaron a dictar las nuevas medidas la cuarentena sin salir para nada, pero claro yo siendo el ex líder de los cabecillas haciendo caso ni ellos mismos se lo creerían. Por lo que estuve apoyando a Yaiza constante en problemas que había con sus padres, siempre discutían y eso la afectaba a ella. No juzgaba a su madre, pero se lleva enterando 3 veces que la engañan siguiendo aun con el padre, no me interesaba si le eran infiel 8 o 9 veces lo que me daba coraje era que metiera a Yaiza en esos asuntos para luego ella salir culpada por metida -Dios porque mi suegra tiene que ser tan estúpida, lo menciono porque pensaban que estaba mal por mi culpa – claro obviamente no era así pero echarme la culpa eso es limpiarse las manos, yo hable con su madre sobre Yaiza le prometí que jamás le haría sentir mal y lo estaba cumpliendo, cuando su padre se enteraba le gritaba de la peor forma Yaiza contando que su hermana también le echaba la culpa diciéndole metiche, Yaiza paso por muchísimas cosas horribles por proteger a su hermana a pesar que su hermana sea así con ella, siempre trato de protegerla. Por eso decía que Yaiza y yo nos parecíamos ambos sufrimos con tal de proteger a los nuestros ella a su hermana mientras que yo a mi primo. Yaiza me llamo llorando porque su padre intento pegarle.

- ¿Qué tu padre intento qué? – le dije molesto, golpeando bastante fuerte la pared

--Mi papa me intento pegar, pero no me deje ya no soy esa niña de diez años que la podía pegar – Yaiza se escuchaba tan decidida y fuerte

- Yaiza, si tu padre te intenta poner o te pone una mano encima créeme que me olvidare que es mi suegro – le dije bastante molesto, pero siendo sincero nos daba igual a Yaiza y a mi si su padre me daba la aprobación o no.

- Daren no, no quiero más problemas y lo sabes – me responde, Yaiza sabía perfectamente lo terco y necio que soy

- Creo que no tengo que recordarte lo terco y necio que soy, aparte no lo haría cuando tu papa este en tu casa sino cuando salga créeme Harold me ayudara seguramente será fácil atraparlo y torturarlo un poco – Lo sé a veces soy algo frio y violento, pero no podía permitir que le ponga una mano encima. Ese señor ni siquiera se debería de llamar padre porque nunca estuvo en sus cumpleaños mucho menos cuando sus hijas nacido prefirió ir a jugar partido que estar en el nacimiento de sus hijas.

- Ay Daren, sabes que te diré que no, pero en el fondo quiero que lo hagas – me dice algo nostálgica

- Oye, ¿tranquila sí?, te prometo que todo esto terminara recuerda cuando cumplas dieciocho te iras de tu casa nos iremos a vivir un tiempo a la molina. Hasta que puedas el intercambio en el 4to ciclo y nos iremos a otro país – nosotros ya teníamos pensado irnos de nuestras, en mi casa no era todo color de rosas esas fue una de las razones por lo cual me uní a los cabecillas.

- Si amor lo sé, solo que no se cuanto más aguantare acá – me dice nostálgica

- Podrás soportarlo, no estás sola esta vez tienes mi apoyo sabes que nunca te dejare sola – le digo con voz tierna, odiaba hacer eso, pero era la forma de calmar a Yaiza.

- Gracias Daren, de verdad no sé qué haría si no estuvieras apoyándome, te supiste ganar mi confianza tanto así que sabes más cosas que mi mejor amigo.

- Que puedo decir, si quería ayudarte tengo que ganar tu confianza – le digo aumentando mi ego

- Por eso no me gusta decirte nada, se te sube el ego – me dice riéndose

- Pues lamentablemente así me quieres, encima te hago reír que más puedes pedir – le digo mientras me rio

- No lo digo mucho, pero te amo Daren y gracias enserio – me dice con voz tierna

- Te prometí que siempre te ayudaría te protegería y te cuidaría, nunca rompo mis promesas – algo que puedo rescatar de mí nunca rompo mis promesas hasta ahora las sigo manteniendo.

- De verdad no sé qué haría sin ti – me dice llorando

- No sea chillona, te amo Yaiza y siempre cumpliré mis promesas – Yaiza se calma un poco, ya teníamos planeado vernos tenía que distraer a Yaiza para que pueda seguir soportando todo eso, por mi parte la hago vivir en mi casa, pero tenemos que hacer todo al margen legal.

Pronto nos veríamos, solo necesitábamos esperar a que las medidas de restricciones bajen para poder vernos, por el motivo de la cuarentena no la dejaban salir a ella. Si no la dejaban salir yo iría a su casa obviamente era rebelde por algo fue parte de los cabecillas, lo se siempre subiendo mi ego – lo menciono mientras me sonrió un poco. 

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