Capítulo 20

27 de febrero

No me acordaba que hoy tenía examen, enserio no quería darlo me daba flojera tener que quedarme hasta la noche resolviendo un examen que ni siquiera me vendrá en la universidad. Tenía una idea, pero no sé si Yaiza aceptaría.

- Yaiza por favor podría ir a tu casa enserio no quiero ir a dar el examen, con solo pensarlo me aburro – le digo impaciente.

- Espérame un rato, le preguntare a mi mama si me deja – pasaron unos minutos y me contesto

- Ya Daren fue extraño, pero mi mama me dijo de frente que si normal podías venir – hasta para mí fue sorprendente la confianza que me tenía su mamá.

- Ahora para mí también es raro, pero no importa mientras dijera que si llegare en una hora me abres la puerta – le digo mientras voy saliendo de mi casa.

En mi conciencia estaba que debería ir al examen, pero me daba demasiada flojera de todos modos era de la academia. Llegue en 50 minutos aproximadamente tocando su puerta, pasaron unos minutos lo cual toque de nuevo pensando que no escucho. En segundos escucho un grito

- ¡Ya espérate ahora bajo! – me grita mientras escucho sus pasos, abriendo en instantes la puerta

- Al fin me abres – la miro dejando mis ojos en blanco

- Ya no seas amargado y subo – me dice mientras subo las escaleras

- Que estresante eres enserio – si me estresaba Yaiza, pero me alegraba verla.

Al entrara a su sala me encuentro con Ashly, estaba echada en el sillón con su celular viendo mangas era bastante fanática de los mangas más de los ecchi.

- Hola Daren ¿ese milagro que te veo por estas tierras? – me dice riéndose

- Pues escapándome de dar mi examen de la academia es un estrés, prefiero estar acá – le digo mientras me recuesto en el sillón del medio de la sala

- Claro prefieres estar acá por Yaiza – le dice con mirada picara

- No nada que ver solo que acá me relajo – le digo nervioso, Yaiza se recuesta a mi costado acomodándose para ver la tele

- No soy tu cama como para que te eches encima mío – le digo de forma sarcástica

-Estas en mi sillón, así que no te quejes – A veces Yaiza podía ser estresante pero también tierna me gustaba verla que intentara darme órdenes.

Nos quedamos viendo tele por un buen rato hasta que quise jugar un rato, le empiezo a agarrar su estómago haciéndola moverse, jugamos por unos minutos hasta que me recuesto a su costado.

- Fue divertido que me intentaras hacer caer – le digo mientras me acomodo en ella

- Tienes bastante fuerza no me parece – me dice de manera tierna

- No use mi fuerza para nada, es gracioso verte intentarlo – le menciono mientras me levanto y le doy un beso

Nos quedamos viendo película, mientras estábamos acostados en el sillón lo único que odiaba era que cuando estaba con ella el tiempo pasaba rápido, supongo que cuantas más amas estar en un lugar es tanta tu tranquilidad, la paz que te provoca que pierdes la noción del tiempo, en cambio cuando estas en un lugar aburrido que no te agrada te fijas el tiempo para que acabe lo más rápido posible. El tiempo era demasiado cruel, ya era de noche me tenía que ir para mi casa sino mis padres me colgaran como muñeco en la pared.

- No me quisiera ir, pero ya es tarde – le digo levantándome del sillón

- Quédate un rato más – me dice con esa cara tierna que se me es imposible decirle que no

- Ya es tarde si me quedo no me dejaran salir, te prometo que para la próxima me quedo más tiempo – le digo dándole un beso

- ¿Lo prometes? – me dice sonrojada

- Lo prometo, ahora si me tengo que ir te escribo cuando llegue a mi casa – le digo bajando las escaleras y tomando un taxi a casa.

Me lo pase bien al estar con ella, aunque no tuviéramos mucho tiempo siempre me gustaba estar con ella nuestra relación era algo espontánea y eso era lo que más me gustaba. El colegio estaba por empezar tenía que darle una sorpresa porque ya se acercaba también mi fecha con Yaiza.

7 de marzo

Ya cumplíamos un mes para ser sincero parecían años de relación, nos teníamos tanta confianza que nuestra relación no era de melosos, tiernos todo el tiempo era algo inusual no era una rutina que se repite a diario en este mes nos dimos cuenta que ambos hicimos cosas que no pensamos que lo haríamos por la vergüenza, era algo vergonzoso ver cuando estaba con ella me decían –¿Ahora te dominan?, ¿Qué paso el chico frio? El dominado por una chica bajita vergüenza – pero había algo que siempre salía a mi favor, solo los miraba con una mirada tan penetrante que se quedaban petrificados por unos segundos sabían que, si seguían en ese plan su próxima visita seria al hospital, claro Yaiza no me dejaría no le gusta que este peleando, pero no me gusta ver que se burlen de mí.

Tenía una sorpresa para Yaiza sé que le encantaba la serie "Harry Potter" decidí comprar una pulsera, brazalete, aretes y un collar con temática de Harry Potter estaba seguro que le encantaría. Toco la campana indicando que es recreo fui a su salón a recogerla.

- Yaiza otra vez perdiste no te diste cuenta que venía – le susurre mientras mis manos pasaban por su cintura, sintiendo como se apegaba a mí.

- Cállate estaba distraída, más bien Feliz primer mes amor – era la primera vez que escucho a Yaiza decirme amor era un poco raro porque llevábamos casi un año de amistad y escucharla decir eso no era tan común para mí, pero me encantaba

- Ahora me dices amor que bonita sorpresa, yo también te tengo una sorpresa – le menciono sacando un paquete.

- ¿Qué es? – me pregunta emocionada

- Ábrelo y averígualo – le digo pasando mis manos por su estómago, lo abre al instante

- ¡Que hermoso!, Gracias Daren enserio – me dice emocionada dándome un beso en el momento

Se preguntarán ¿Pero la gente no los veía raro en el colegio estando de esa forma?, la verdad solo algunos sabían de lo nuestro no queríamos hacerlo público, pero sabían bien que si opinaban algo malo los mandaría al hospital, no debería resolver las cosas de esa manera, pero es divertido ver a las personas diciendo si escogían la opción uno o la opción dos. La opción uno era pedir perdón de rodillas mientras que la opción dos era mandarlo al hospital, lo que odiaba es que nunca escogían la opción uno, eran muy aburridos nadie me retaba.

Me fui a almorzar con Yaiza, conversamos sobre el colegio, nuestros amigos, los chismes del colegio y sobre todo la rara forma en como nos conocimos. Era divertido pasar tiempo con ella, pero todo tenía su fin tocando la campana y llevándola a su salón. En la salida la dejo en su paradero para que tome el autobús. En solo minutos llego, al instante me despido de ella

- Nos vemos mañana amor – me dice subiendo al autobús

- Ve con cuidado, nos vemos mañana – lo se debería decir amor, pero no me acostumbro a tanta cursilería.

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