Capítulo XV
Cálides
La brisa fresca de verano se colabá a través de la ventana abierta de mi pequeña habitación podía sentirla como acariciaba mi piel, secando los restos de sudor sobre la misma.
Suspiré, estaba realmente agotada mi cuerpo descansaba en posición fetal sobre mi cama desordenada y los restos de sangre seca.
«El mismo escenario de cada día.»
Y todo comenzo desde mi última estancia en la casa de aquel demonio idiota al cual desearía arrancarle esa sonrisa repugnante del rostro.
Y es que desde aquel día que la extraña mágia de Ignis se manifestó de esa forma tan peculiar, las cosas se tornaron más complicadas para mi especialmente.
Comencé a atraer a más demonios de alto rango que buscaban arrebatarme la maldita joya. No obstante, Destiny a mandato de Fontaine estaba encargada de mantenerme con vida. Aunque no necesariamente sana y salva, ya que, la rubia a veces intervenía cuando realmente estaba a punto de morir.
Como hoy que una especie de bestia alada, del tamaño de un hombre y de cuerpo robusto se hizo presente mientras ibamos a "Noctis" un bar de mala muerte donde estaba un demonio que nos daría el pago de un "trabajo".
Para nuestra sorpresa. No hubo pago ni tragos, solamente unos ojos rasgados de color rubí y una apestosa hilera de puntiagudos dientes. No podría decir cuantas veces esa cosa me arrojó como un costal, lo cierto es que apenas y podía moverme. Ignis me sanaba pero tomabá su tiempo ante la gravedad de mis heridas.
»Realmente eres debíl«
Eso había dicho Destiny luego de sonreir con gesto aniñado al verme en el piso intentando recuperar el aliento.
Sabía muy bien lo molesta que seguía la rubia desde el incidente en el departamento de Fontaine y de echo este último había pasado de tratarme con repulsión a inquietarme con aquellos ojos profundos.
— ¡Mierda!
Una punzada de dolor llegó a mi costilla y mi respiración se tornaba cada vez más agitada. Al parecer sería una larga noche. Mordí mi labio inferior y cerré los párpados, me sentía sola y débil. Seguía siendo tan fragíl como cuando estaba en manos de Jack y eso me cabreaba enormemente... Si tan sólo fuera capaz de moverme sin sentir como si me desgarrara por dentro.
De la nada un haz de luz artíficial iluminó el espacio.
— Eso no se vé nada bien señorita Rouge.
Aquella voz llegó a mis oídos como un eco distante. Resoplé hastíada de todo, odiaba que alguien como él me viera en aquella situación, definitivamente las cosas siempre pueden empeorar.
— Largate.
Alcancé a musitar, pero me ignoró por completo deslizando sus dedos por mi cabello despeinado. A penas mi giré a verlo y pudé sentir las oleadas de dolor esparcirse por cada poro de mi piel. Al toparme con su rostro, sus facciones tenían una sonrisa a medio lado junto a una mirada cálida.
— Debo admitir que me sorprende que hubieses llegado hasta aqui sin caer inconsciente.
Guarde silencio mientras el ojiverde continuaba hablando, por alguna razón su tacto me relajaba.
— Sé bien que Ignis se encarga de sanarte pero no puede hacer mucho contra el dolor... Por ello seré piadoso y te ayudaré.
Blake me guiño el ojo y pudé sentir una mayor cálides emanar de su mano, instantaneamente el dolor había disminuido.
— Con esto podrás moverte o eso creo.
Me quedé exhorta en aquellos ojos claros ¿por qué lo hacía? Parecía concentrado en su mano sobre mi cabeza mientras hablaba.
— Al menos espero un gracias de tú parte.
Sonreí a medio lado.
— Idiota, eres...
De la nada algo dentro de mi palpitaba y ardía como lava que recorría mis venas. Alcance a hacerme un ovillo sobre las sabanas ahogando un quejido de dolor.
Blake apartó su mano de mi inmediatamente y aquella sensación empezó a disminuir, por su parte no parecía preocupado, yo por el contrario no pude evitar alterarme.
Retrocedí y miré a aquel sujeto con ira ¿cómo pudé bajar la guardía?
— ¿Quieres matarme bastardo?
Grité, sujetandome el abdomen ante una lijera punzada. Blake me observó sorprendido y luego enarcó una ceja riendo.
LLo siento, lo siento. Es que no controlé la cantidad de energía. Pero fijate ya puedes moverte con mayor libertad ¿no?
Era cierto, mi cuerpo seguía dolorido pero era soportable. Desvié la mirada buscando mi arma, no obstante el hombre frente a mi la sujetaba con gesto divertido.
— No deberías dejar tus juguetes regados por ahí.
La colocó sobre la mesa de noche.
— Y tú no deberías entrar a una casa sin ser invitado. ¿conoces el concepto de privacidad?
Le dediqué una mirada llena de odio luego de responderlé y él nisiquiera se inmuto.
«Odio a este sujeto.»
— Y ¿no conoces el concepto de agradecimiento?
«Idiota.» Me levante de la cama, ignorandolé para buscar una toalla. Necesitaba una ducha y dejar de ver aquella estúpida sonrisa.
Él por igual se levanto bufando al parecer había entendido mi indirecta. Me mordí el labio, cerrando los ojos y justo antes de quedar sola en aquella habitación susurré un "Gracias" a penas audible, recibiendo un "De nada" por parte de Blake.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top