Capítulo XII

El beso del demonio y el cambio de Ignis.

No se cuanto tiempo estuve dormida, lo cierto es que deseaba seguir haciéndolo. Mantenía fuertemente abrazada una mullida almohada con un aroma varonil y elegante. Inspiré de nuevo y dejé que aquel olor me envolviera.

Quizás fueron unos segundos en los cuales mi mente habia seguido adormecida, lo cierto es que abrí los ojos con brusquedad al darme cuenta en donde estaba y a quien pertenecía aquel aroma.

«Vincent... bastardo...
Jamás me percate de que pudíera oler tan bien.»

Negué ante ese pensamiento. Era el aroma tentador de un maldito angel caído, de un demonio.

Dejé a un lado la almohada y me levanté de la cama para mi sorpresa llevabá puesta una enorme camisa de color negro que supuse era de Vincent y debajo de está solo llevaba en bragas, eso me inquieto un poco.

Suspiré, al ver la hora en el reloj digital que reposaba sobre la comoda. Eran más de las tres de la tarde tal vez dormí unas cinco horas o eso quería pensar. Con cuidado até mi cabello con un mechon del mismo en una coleta alta, busque mi ropa con la mirada pero no vi nada solamente mis botas arrojadas al lado de la puerta.

Decidí salir de la habitación hasta la sala pero no encontré nada. Asi que me encaminé al despacho entre sin tocar, topandomé con un Vincent pérdido en las afueras de la ventana. En sus manos sujetaba un cigarrillo y sobre el escritorio yacía una copa a la mitad de vino.

— Vaya... Despertaste.

Musitó.

— Fontaine ¿Cúanto dormi? Y ¿Dónde esta mi ropa?

Le espeté directamente, necesitaba ir a mi departamento. Dios, tenia que empezar a idear un jodido plan para encontrar a Jack.

— Dos días... Y creo que esa camisa te luce más que aquellos trapos llenos de sangre y desgarrados.

— ¿Qué? ¿Dos días?

Vincent, se giró a verme. Su camisa estaba abierta, dejando al descubierto su fornido pecho y abdomen. Era la primera vez que lo veía asi y un extraño pensamiento cruzó por mi cabeza.

« — ¿Desde cuando Vincent me parecía tan... Atrayente

Me regañe a mi misma, ¿Por qué estabá tan pensantiva con respecto a esté bastardo?

Estúpida masa de músculos sin cerebro.

En definitiva, aquel ser estaba creado como una trampa para atraer moscas y hacerlas sucumbir a sus encantos para luego destrosarlas. Por suerte, yo tenía cosas más importantes en que pensar.

«Si claro... Sigue haciendote la desentendida.»

La ridícula risa de mi subconsciente me ennervó pero la voz de Vincent, me trajó de regreso de mi mundo de pensamientos.

— Si.

Dió una calada a su cigarrillo y se levanto hizo una seña con su mano y me acerqué unos pasos cruzandomé de brazos.

— Bien, necesito ir a mi departamento.

Él curveó los labios y encendió otro cigarrillo.Me lo tendió y lo acepté.

— Aún necesito que me aclares un par de cosas.

— Ya te dijé lo que sé... Dejá de joder con pendejadas.

Al instante Vincent acortó la distancia, con una mano me sujeto de la cintura con brusqueda enterrando sus dedos en la misma un quejido salió de mi garganta. Dejé caer el cigarrillo y coloqué ambas manos al frente intentando alejarlo.

— ¡Madición Fontaine! Dejamé.

Él se inclinó y exhaló el tóxico humo sobre mi rostro.

— ¿Qué tengo que hacer? ¿Cómo te hago entender que me jodé que respondas así?

Temblé al percibirlo tan cerca, estaba cabreado podía verlo en sus ojos enrojecidos sus palabras eran dichas entre dientes.

— ¡Eres de mi propiedad, me debes obediencia!

Nuestros cuerpos estaban muy juntos, demasiado. Tanto que podía percibir el calor emanado por su parte y su aliento mezclandose con el mío. Me exhalté cuando ví que aquel pelinegro acercaba a un más su rostro.

— Pero... Que demon...

No me dejó terminar y me beso, no de una forma tierna o cuidadosa lo hizo con brusquedad y lascividad. Luché para que me soltará pero me sujetaba con ambas manos acrecentando la fuerza al agarrarme para que abriese la boca y así apoderarse de ella sin mesura.

Me quedaba sin aire, intentando apartarlo y que su lengua me dejase respirar.

Cerré los ojos con fuerza. Y una especie de corriente eléctrica se esparcía por mi cuerpo. Al abrirlos de nuevo Vincent salió volando por los aires, siendo estrellado contra la pared con fuerza. Comencé a temblar viendo como un aura rojiza me envolvía y luego se desvanecía.

Por un instante me sentí... Poderosa.

¿ — Cómo rayos?

Vincent se levanto sin quitarme la vista de encima.

— Ignis...

Él se relamió los labios y sonrio con éxtasis. «¡Joder!... ¡Joder que mierda hice!»

Aquel volvió a levantarse como un depredador ante una presa.Huí de manera inútil hacia la puerta pero esté apareció frente a mí.

— ¡Joder! No es mi culpa... Esa cosa... No se como... Yo.

Mi pulso se aceleró mientras retrocedía y él avanzaba de forma sigilosa, arrinconandomé contra el maldito escritorio su cuerpo volvió a encerrarme. Sin embargo, está vez no sentía la necesidad de alejarlo. Vincent posó las manos a cada lado para evitar que escapase.

— Esto está mucho mejor...

Se inclinó y olfateó el aire a mi alrededor.

— Ignis... Está desvaneciendo ese maldito y repugnante aroma humano. Oh dulcesito, esto es magnifico.

Ahora volvió a agarrar mis caderas juntando una vez más nuestros cuerpos. Deslizo su nariz por mi cuello y luego me miró fijamente, lo extraño era como si algo dentro de mí deseará tenerlo cerca.

«¿Acaso estaba hipnotizada por aquellos ojos oscuros?

Me estremecí.

— Fontaine ¡sueltame! No estoy para tus juegos.

Susurré, él me observó con un brillo de entusiasmo en la mirada,l despacio se acercó a mis labios mas se detuvo a escasos centimetros.

" — Vin, Vin"

La puerta se abrío de repente y una joven rubia apareció. La sonrisa en sus labios se desvaneció al ver la escena. Me separé de Vincent, con el calor en las mejillas.

— Des-Destiny...

Murmuré agitada.

En su mirada habia confusión cuando me vió y luego se posó en Vincent con cierto dolor.

— ¿Vincent?...

— Mi dulce pastelito. Eres un poco inoportuna ¿No crees?

Musitó, Vincent acomodandose los botones de su camisa. La atmósfera se tenso en cuestión de segundos.

—Perdón por interrumpirles la diversión.

El tono de la rubia era dolido e incluso me dedico una fría mirada. ¿Acaso Destiny estaba celosa?

Me removí inquieta. Genial, ahora me gané la enemistad de una psicopata.

— Fontaine me largo.

Anuncié, liberandome de su agarre y pasando de ambos, ignorando cualquier queja.

Ah no, no iba a estar en el medio de una disputa. Estaba confundida... Enserio ¡necesitaba respirar maldición!

Afortunadamente aquellos siguieron su charla o disputa. No tarde ni cinco minutos, tomé lo primero que encontré que fue mis botas y un sueter de Vincent largo me lo amarre a la cintura y agradecía que la camisa cubriera lo suficiente. Tambien tomé aquel monedero y me largué apresurada.

«Esto debe ser una puta broma...
Necesito pensar.»

.....

Nunca habia maldecido tanto como este día. ¡Joder! Primero el mal nacido de Jack, luego el extraño acoso de Vincent y ahora la ira de Destiny. Si me gané una rifa.

De un pata abrí la puerta de mi departamento con frustración, todo estaba sumido en un tenue velo de oscuridad ya eran las siete, deseaba un baño y una copa de Whisky.

Sin embargo, percibí algo raro al entrar y maldije mi estúpides y escasa precaución...

Dejé mi arma en el departamento de Vincent.

En definitiva... Comprobe una vez más que un mal día puede volverse peor.

Debería controlar esa ira señorita Rouge.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top