Capítulo VII

¿Infernuz Grymor?


Cuando era una niña, justo antes de que mi abuela muriera y a mi me encerraran en un orfanatorio solía escuchar las terribles historias sobre el infierno. Aquel lugar a donde irán los niños malos, para ser devorados por bestias; o al menos eso decía mi abuela.

Incluso cuando Jack nos mandaba a saquear viejas catatumbas y cementerios en busca de tesoros o pertenencias valiosas. Recuerdo que una vez encontré la descripción apocalíptica de lo que posiblemente sería el infierno. Oh si, esa noche estaba en la cripta de un millonario extravagante quien estaba obsesionado con el ocultismo. De echo, mientras saqueabamos las joyas que el tacaño enterro consigo, pudimos ver en una de las paredes de la cripta un extraño cuadro que mostraba un lugar en llamas, de cielos rojizos y con algunas personas destazadas y otras horrorizadas aquello me erizó la piel.

A mi mente llegó aquel recuerdo puesto que el paisaje frente a nosotras era muy parecido a excepción de aquellas almas gritando horrorizadas.

— ¿Eve?

Escuchabá a lo lejos la voz de Destiny sin embargo, estaba totalmente pérdida en aquel paraje. Estabamos sobre una especie de isla flotante sobre lava. Se veía una ciudadela gigante oculta entre sombras. Era comparable a la escena de una pelicula de terror.

— ¡Hey! ¡Reacciona!

Destiny me zarandeó con fuerza sujetando mis brazos, logró traerme de regreso a la realidad. Me miraba alzando una ceja y haciendo una mueca de queja con los labios. Negué con la cabeza.

— Lo siento. Esto es muy sorprendente.

— Lo se. Vin cree que es hora de que conozcas todo esto. Ya sabes, como ahora formas parte de nuestro "Círculo" debo enseñarte algunas cosas.

Ella se acomodo un mechon suelto de su cabello tras la oreja y me sonrio.

— ¿Por qué lo llamas Infernuz Grymor?

Destiny, comenzó a caminar y yo tras ella. En aquella dimensión; ella se veía compaginada, como si perteneciera a aquel espacio demoniaco. Por otro lado, a mi me daba cierto pánico e intriga, nunca he sido buena con cosas tan... Extrañas.

— Es su nombre en nuestro lenguaje. Este lugar pertenecé a uno de los siete reinos.

— ¿Siete reinos?

Era la primera vez que la escuchaba hablar sin sus caracteristicas expresiones psicoticas.

— El infierno como tal, esta dividido entre los siete generales de Lucifer. Cada reino tiene un líder que cuida las murallas y los distintos ejercitos demoniacos. Estos reinos estan conectados con nuestro mundo por distintos lugares como el Callejón del diablo...

— O el pozo Sanguinus Damnant.

Asintió.

— Exacto, pero para los brujos y alquimistas, la única puerta accesible es el callejón. Las otras son en exceso peligrosas la cantidad de demonios no te dejaría avanzar.

— Ya veo.

«Entonces, ¿Cómo lo logra ella?»

Destiny se acercó y paso un brazo sobre mis hombros.

— Nosotras iremos a Aghit, a buscar a un lindo chico llamado Krizallid, es un encanto.

En su voz se denotaba el lijero tono de sarcasmo y diversión. Alcé una ceja, y le sonrei a medias para comenzar a caminar por una calle angosta. Todo el trayecto no paraba de mirar aquel lugar.

La visión era un tanto desigual a la de hace instantes. A los lados se alzaban algunos edificios destruidos y otros carcomidos por algún hecho violento, tal vez alguna batalla o solo eran los vestigios de años que allí habían transcurrido. Todo parecía abandonado, una ciudad fantasma sucumbida en la terrible oscuridad. Eran una especie de versión alterna de lo que hay en el mundo humano. Incluso se podían distinguir algunos "locales" o bares, estos parecían ser los únicos sitios con "vida".Pasamos por unos cinco hasta detenernos en el menos destrozado. Una criatura con patas de gacela y cuerpo humano de mujer se encontraba en la puerta de espaldas a nosotras parecía estar hablando con alguien, sostenía entre sus largas garras una lanza dorada. Me quedé observando aquella excelente y magnífica pieza de oro.

«Oh... ¡Eso si que valdría una fortuna!»

Todo sucedió muy rápido, me había dejado dominar por mi codicia y curiosidad. Estaba por rozar la lanza con la yema de mis dedos cuando la criatura en un dos por tres ya me había incrustado de un golpe contra la pared, colocando el filo en mi cuello, presionando peligrosamente cerca de la tráquea. Pudé percibir además la herida superficial que me habia provocado a causa de la violenta acción.

— ¡Mas vale que te calmes, bicho raro!

El sonido de mi arma contra su pecho al quitarle el seguro llamo su atención. No era tan estúpida, en mis años como criminal aprendí que siempre se debe esperar lo inesperado. La voz de la criatura frente a mi era como la de una humana mas aquellos vocablos me parecían sin sentido, ella ejerció más presión en la lanza sobre mi cuello y gruño dejando entre ver un par de filosos colmillos.

Sus ojos negros y razgados por una fina línea roja estaban fijos en los mios y al igual que yo, se notaba que está no cedería en bajar el arma.

De la nada, Destiny arrojó a nuestros pies un objeto esférico que hizo eco al rebotar hasta donde estabamos.

Maldije.

Una neblina de color azul se esparcio con rapidez sobre nosotras, dandome escasos segundos para escapar tanto a mi como a la agresora de filosas garras y carácter explosivo. Me cubrí la boca buscando con la mirada a la culpable de casi asfixiarme. ¿Qué era eso? ¿Por qué, me... cuesta... respirar?

Me sujeté el pecho con fuerza intentando calmar los sofocantes latidos de mi corazón. Y cuando pensé qué caería de bruces al suelo unos delgados brazos me sostuvieron. Fruncí el entrecejo al reconocerla.

— ¡Joder, Destiny! ¡¿Estas loca?!

Tosí, dándome golpes de pecho y respirando con dificultad. Ella reía nerviosa.

— Tenía que separarlas.

— ¿Y te costaba... patearle el culo, para hacerlo? ¡sin... intentar... matarme!

Sentía como las fauces de mi garganta se cernían ante la falta de oxígeno. Destiny al ver mi estado introdujó abruptamente una hoja extraña a mi boca y musitó "¡Masticala rápido!" Y así lo hicé un sabor amargo y asqueroso recorrió mi garganta, al instante mi cuerpo parecía palpitar sólo y el aire volvía a inundar mis pulmones. Di una gran bocanada y me solté de su agarre bruscamente dedicandolé una mirada de "Me las pagarás"

El humo se había disipado y al alzar la mirada pudé ver como la criatura se volvía a acercar, levante mi arma pero aquella bestia mantuvo su vista sobre mi compañera. Me quede sorprendida al escuchar sus palabras. ¡Joder, la desgraciada había hablado en nuestro idioma!

" — ¿Destiny?... ¿Eres tú?"

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