CAPITULO 5


MARLY

El patio de receso es un hormiguero estudiantil.

Al cursar la primavera invita con sus primeros días soleados y opacando ya los últimos fríos del año, en que abandonemos las aulas o interiores del colegio para disfrutar afuera.

Mi ansiedad enamorativa si es que esa palabra existe, hizo que despertara temprano y casi no desayunara en el apuro por venir a la escuela con la idea de ser de las primeras en llegar para ver a Hades, pero con el transcurso del tiempo pasando, él con su amigo Iván.

Resulta que así se llama.

Fueron de los últimos en llegar y morrito de decepción abriendo mis cuadernos al ingresar casi a la par de ellos, el profesor de turno.

Y acompañado de un segundo desencanto, al notar y ver que tomando asiento detrás mío, como si nada y totalmente en su mundo, no se da cuenta de mi existencia y solo mira la frente escuchando atento, serio y caliente como tres infiernos juntos y con su uniforme escolar, la clase del profesor.

- Oye... - Paty como prometió y quedamos, se sienta conmigo bajo el sol con uno de los libros de su materia favorita, Matemáticas.

Mención aparte, olvidé informar que es muy inteligente, estudiosa, siendo la primera en los tres cursos del último nivel.

- ... y qué harás con tanta salud? - Mira a Hades, cual al conocerlo y señalárselo, asiente sobre una gran escaneada de arriba abajo el hermoso cuerpo moldeado que Dios le esculpió, desde la distancia que se encuentra con su amigo Iván.

No me perturbo ante su pregunta.

Todo lo contrario, dando un mordisco por más energía a mi sándwich, lo miro desafiante al sexy aludido por más que no sabe que ni existo.

Segunda confirmación en la mañana, porque jamás mira hacia donde estoy o estamos, se limita a beber y conversar bajo un árbol del patio, un juguito en caja sabor limón con Iván.

- Enamorarlo... - Solo digo, decidida.

Muy decidida.

Y Paty se sonríe sin dejar de leer el aburrido libro de Algebra.

- ¿Y cuál sería el plan? - Dando vuelta una página para seguir leyendo.

Y respondo orgullosa sacando una bolsita del bolsillo de mi uniforme que contiene algo envuelto con papel y Paty me mira extrañada.

- ¿Un carozo de durazno? - Sin sorpresa, pero riendo.

- ¡No es una simple semilla! - Exclamo. - Este hermoso y futuro arbolito de duraznos va ser el cupido entre él... - Mi índice lo señala y lo hago tranquila, ya que Hades y para variar ni nos observa, está concentrado en mirar hacia una de las ventanas, supongo el interior de ese sector del edificio. - ... y yo. - Decidida. - La profe de Bilogía hizo el proyecto. - Le explico.

- Claro. Lo hice el año pasado. - Recuerda, pero deja por un momento el libro para focalizar en mí. - Marly una simple semilla de un proyecto no puede hacer todo, tienes que poner de tu parte para que él note tu presencia. - Dice y me quedo pensando.

- ¿Cómo qué? - Curiosa, porque mi plan de enamorar no lo había analizado tanto y me señala.

- Seducción, querida.

Y su aclaración me deja pensando unos segundos sin dejar de mirarlo, pero ahora de forma analítica.

¿Cómo se seduce?

Nunca me gustó nadie de esta forma, solo hace tiempo un integrante de una bandita de música, pero eso no lo cuento como un gran amor.

Y me giro a mi amiga.

- Enséñame Paty a seducir, por favor. - Casi imploro.

Pero ella niega.

- Sabes que mi único amor son los libros y estudiar, lo más cercano a seducir fue a la bibliotecaria para que me conceda llevar más de dos libros por semana que es lo permitido. - Me hace reír y lo hace también, pero sin dudar saca su celular para investigar, no sería Paty, si no. 

Googlea unos segundos hasta dar con lo que busca, su rostro con media sonrisa y acomodando en el proceso sus lentes en el puente de su pequeña y bonita nariz, lo reafirma.

- En este sito dice que una de las formas para seducir al chico que te gusta, es al estar en una conversación a solas con él, poner pose dulce...  como ingenua. - Señala sus ojos. - Y pestañear. - Frunce su ceño en desaprobación. - ¡Es ridículo! - Se queja y mirando mejor la página. - ¿Esto está verificado? - Le cuesta creer, pero yo me quedo pensando en ello.

¿Será?

No lo sabemos, pero empezamos a reír con ganas sobre el timbre del colegio anunciando el ingreso a clases y fin del descanso.

Y con ello, guardando lo que me sobró de mi sándwich en su empaque.

Camino resuelta y animada mientras aliso con mis manos lo más que puedo mi uniforme y hasta elevando un poco más arriba de mis rodillas la falda, seguido a peinar mejor mi pelito corto con ayuda de una hebillita que saco del bolsillo de mi camisa escolar.

Mi plan de seducir a Cibrian de apellido porno.

HADES

- ¿Entonces, dónde te gustaría plantarlo? - Dando vuelta nuevamente su silla para enfrentarme, la chica bajita me consulta.

No gesticulo movimiento alguno, permanezco apoyando mi barbilla sobre mi puño, pero sí, mis ojos hacia ella.

- Elije tu, me da lo mismo. - Miento mis pocas ganas de conversar y bostezo, que esto es real, no dormí bien anoche después de la conversación con mi padre.

Mucho para pensar.

Pero ayudante de Santa no se deja abatir por mi desinterés. 

Todo lo contrario, comienza a enumerar con ayuda de sus dedos, los diferentes tipos de lugares que podríamos hacerlo.

Sigo fingiendo apatía y reprimo una pequeña sonrisa que mis labios quieren dibujar sin mi permiso.

Habladora, pero linda.

Con disimulo vaga mis vista sobre toda su persona sentada y notando que su falda es más corta que ayer, mostrando a mi gran imaginación, los bonitas que son sus piernas y lo serían más, arriba mío.

MARLY

Camino a su lado como el resto de los compañeros con el suyo del proyecto a la salida del colegio con el objetivo de plantar nuestras semillas, para luego solo escribir la parte teórica como tarea para la semana que viene y llena de emoción por imaginar esa parte, mi estómago me carcome de curiosidad, si Cibrian me invitará a que lo hagamos juntos en su casa.

¿Se imaginan eso?

Casi chillo de felicidad en solo pensarlo y me tengo que contener para que no lo note.

Conocer su cuarto, sus padres y acto seguido a eso, convertirnos en amigos o en ese mismo momento que él me pida que seamos novios.

Y ante ese pensamiento soñador, recuerdo y según Paty, debo ser seductora y miro hacia abajo chequeando que mi falda se mantiene corta y así es, pero Hades creo que ni cuenta se dio de eso farfullo para mis adentros, como también, que arreglé mi pelo con ayuda de una hebilla de bonitos brillos en un lado.

Y carajo, porque tampoco se dio cuenta de eso, tampoco.

- Aquí es. - Digo al llegar el lugar que decidí, ya que él no quiso participar para plantar la semilla de durazno.

Él no lo sabe, pero es un espacio verde cerca de mi casa y tengo dos grandes razones.

La primera, para tenerlo cerca y verificar como va creciendo y cuidarlo yo misma.

Y segundo, no llega hacer ni un parque, ni siquiera una plaza, solo es una pequeña porción de poco más de 10m cuadrados y con forma triangular por estar en una esquina.

Nadie lo aprecia.

Ningún vecino, siquiera plantó flores o algún tipo de planta.

Sin embargo yo adoro este espacio de solo césped y por tal, con este proyecto que me dio empuje, quiero poner la primera plantita para que con el tiempo se convierta en un frondoso árbol de durazno con frutos, así la gente, no solo comienza a apreciar sus deliciosos frutos, además, se conmuevan por su belleza y comiencen tal vez a arreglarlo y llenar de flores como más arbolitos el lugar.

Ambos nos inclinamos en el lugar indicado para plantarlo con ayuda de una palita que traje.

Hades la toma por mí para comenzar a cavar y le sonrío por eso mientras saco de la mochila otra cosa que traje y refuerce el crecimiento del durazno.

Una bolsa con un poco de tierra orgánica.

Le alcanzo la semilla ante su gesto para ponerlo en el interior y acto seguido a ello, él esparce la tierra orgánica hasta taparla y con cuidado, aplanarlo y terminar de alisarlo con la palita.

Y ese ademán, provoca que el puño de la camisa del uniforme se suba algo, dejando para mi sorpresa al descubierto una porción de su muñeca y vea lo que parece.

Guau.

Una pedacito de tatuaje de ese brazo.

- ¿Tienes tatuajes? - Curiosa no me aguanto, que y al escucharme, como acto reflejo su otra mano corrige el puño de vuelta a su lugar ocultándolo.

No me contesta, sin embargo y atrayendo su mochila, de un lado saca una botella de agua para destaparla y volcar un poco donde enterramos la semilla de durazno.

Pero insisto.

- No le diré a nadie si eso es tu preocupación, Cibrian. - A veces el colegio y por su edad, puede ser el desencadenante de quejas.

No vuelve a responderme, pero opta por abandonar la botella y los dos permaneciendo flexionados sobre nuestras rodillas, se limita a cruzar sobre estas, sus brazos para mirarme fijamente.

- ¿Te incomodaría saber que tengo tatuajes? - Serio.

Y pienso por tres segunditos, para luego negar.

- No. Me parecen llamativos y lindos cuando veo alguna persona con ellos...

- ¿Lindos?

- Y llamativos. - Aclaro el otro adjetivo que también elegí.

- ¿Sin haber visto los míos y su significado?

No entiendo a qué va esa pregunta, pero pensando nuevamente, supongo a que se refiere y porque leí de ellos, que muchas personas se tatúan determinados diseños por algún tipo de razón.

Y como no me importaría si tiene a su mascota querida y que falleció, tatuada como cubriendo la totalidad de su espalda o a su ídolo de fútbol, vuelvo a negar y notando por su intriga de lo que pienso ante eso, deduzco que tiene varios o tal vez, muchos.

Sus ojos no se apartan de los míos y Santo querido de las power abdominales tatuadas por ver de tan poca distancia esos ojos de color cobre o como me gusta decir, a arcillas mojada por la lluvia.

Y por eso, me pongo de pie de golpe un poco vergonzosa, dejándolo aún en su pose que y locamente por su tamaño, sigue siendo solo algo más bajo por mi poca estatura.

Pero tan lindo en esa postura que lucho internamente en no hacer con mis dos manos y dedos, un tipo cuadro imaginario frente a él, de lo lindo y caliente que se ve así.

Y Hades solo se limitó al incorporarse en exhalar un aire retenido, sin más.

Raro.

- ¿Quieres ir por un helado? - Tomo coraje y elevo una mano. - Yo invito.

- No, gracias. - Y creo que hago algún tipo de expresión con mi cara, ya que se corrige. - Lo siento, debo estar en casa. - Explica, mientras el sol desciende lentamente tras nosotros.

Y rayos, es verdad, ya es tarde pienso como mirando hacia las montañas donde comienza a ocultarse el sol, pero volteando de golpe hacia él, descubro que mira mi cabeza.

Mejor dicho mi cabello, donde está la hebilla con brillos y sostiene ese lado.

Y lo toqueteo nerviosa causando que se afloje algo, porque al fin se dio cuenta que llevo puesta una, mas no, que solo lo hice por él y me encuentre algo bonita.

Y su mano me interrumpe.

- No te la saques. - Me detiene, siempre serio y ajustándolo él por mí.

No me dice que es bonita sobre mi pelo.

Tampoco, que lo estoy con ella puesta.

Pero su acción por más seriedad, me hace sonreír mientras permito que termine de acomodarla.

¿Acaso le gustaré un poquito?

Pienso ilusionada.

- Ahora te ves menos fea, ayudante de Santa. - Pero no, ya que suelta de golpe y sin dejo de emoción comenzando a caminar, seguido a colgar su mochila en uno de sus hombros y dejarme estática y con expresión de fracaso y con mi boca abierta por intentar conquistarlo y solo recibir de su parte que estoy menos desagradable.

Y mis puños se aprietan sobre mis lados de la ira, odio y tanto amor por él, que tengo el presentimiento y por comerme interiormente generaciones de maldiciones, que los subtítulos aparecen delante mío y cual creo, no me dejan escuchar bien, pero juraría que siento de su parte sin dejar de caminar, que suelta una risita divertido.

Más bronca.

Y mi índice derecho e inquisidor lo apunta y no me importa nada si escucha mi juramento bajo este futuro árbol de durazno, el ocaso primaveral, Pachamama, Dios, Buda o deidad que su cultura oriental crea.

- Te vas a enamorar de mí, Cibrian de Hades y seré en el futuro, la madre de tus hermosos bebés. - Proclamo enérgica y ferviente como decidida, haciendo que se detenga de golpe al escucharme.

Como y reconozco, algunos transeúntes también, para luego seguir su camino entre risas por mi gran declaración de amor a los cuatro vientos.

No se da vuelta.

Escalofrío por eso.

Solo permanece así varios segundos tipo y en coma vertical, preguntándome si la sangre le dejó de circular, ya que permanece quieto y sin ningún tipo de movimiento por varios segundos.

Mierda, creo que mi confesión de amor tendría que haber sido de otra manera, no estilo amenaza romántica.

Para luego y con un ademán de una de sus manos en alto y sin voltear a mi dirección.

Creo y a modo saludo. 

Sigue su camino. 

¿Acaso adivinó que vivo cerca y supo que era a su vez, el espacio verde el punto de despedida?

Me encojo de hombros.

Ni idea.

Pero me voy lado contrario a la calle que compartimos, para encaminarme hacia mi casa.

Menos fea y ayudante de Santa, repite mi cerebro sus palabras mientras camino.

Su puntaje a mi belleza y como resulta que le gusta decirme.

Pero como soy una chica positiva, sonrío.

- Algo es algo. - Me aliento, feliz.

Pero tapo mi rostro con ambas manos al recordar lo siguiente.

Ya que a partir de mañana.

Diablos.

Cuando su hermoso rostro me mire, sabrá que estoy enamorada de él.

Y mi furiosa promesa de amor...

HADES

Casi escupo mi hígado por la risa que a duras penas pude contener mientras me iba, por la expresión de su dulce rostro al decirle menos fea, tras acomodar mejor la hebilla y con cuidado, al costado de su pelo.

Ya que y si se pudiera congelar un momento, mi deseo justo hubiera sido esa escena.

Para que no se termine nunca.

Pero ayudante de Santa no se iba a dejar abatir y vino su juramento de amor.

La gente dice que y cuando amas a alguien, incluso si te tapas la boca para no confirmarlo, los sentimientos saldrán por los ojos y Marly lo hizo.

Por eso y aunque toda ella me confirmaba su amor a primera vista que tuvo al conocerme, me tomó y lo reconozco, algo de sorpresa que lo hiciera de golpe bajo un juramento y en plena vía pública.

Y retuve mis ganas de voltear hacia ella, para solo y sin emitir algún tipo de sonido, seguir caminando hacia mi casa, pero sin antes y con solo elevar una de mis manos antes de continuar, un gesto en alto a que la cuiden de su regreso a su casa, por más que son pocas cuadras.

Sí, a algunos hombres de la familia nuestra que vigilan.

Ellos saben y que deben protegerla, de ahora en adelante...



HADES

Hoy en el colegio...

- ¿Entonces, regreso primero a casa? - Iván me interrumpe, haciendo que mi rostro gire en su dirección sin entender.

- ¿Qué? - No comprendo nada por estar sumergido en mis pensamientos o mejor dicho, mi visual.

Es recreo y ya haciéndose nuestra costumbre, descansamos bajo el mismo árbol de siempre mientras bebemos un poco de jugo de fruta.

- Por el proyecto grupal. - Comienzo a entender. - Con mi compañera decidimos hacerlo mañana.

- Yo lo haré hoy, ve primero. - Le digo y asiente, volviendo con mi mirada hacia el edificio que tenemos casi al lado con un ventanal, bebiendo de mi jugo en caja.

En realidad no observo sobre el cristal en su interior, más bien, lo que refleja una de las hojas de vidrio por estar abierta y es foco de mi curiosidad, ya que puedo y gracias a eso, ver perfectamente sin ser necesario de forma directa.

Gracias ventana.

A Marly.

A ayudante de Santa con una amiga y riendo ambas supongo, por cosas graciosas que comentan y no puedo enmascarar la media sonrisa que se me escapa al advertir y sin que ella lo sepa.

Y sonrío más, bajo otro sorbo a mi jugo.

Que sin poder evitarlo Marly, no solo me señala creyendo que no le presto atención.

También.

Que siente cosas por mí y esa hebilla.

Reitero, esa hebilla.

Sorpresa al verla puesta y decorando su lindo pelo cortito.

- Paso a paso. - Solo digo en voz baja.

Y prometiendo...



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top