MARLY

¿Existe realmente el amor a primera vista?   

¿Ese flechazo?

El amor a primera vista es básicamente la premisa, de la que parte toda comedia romántica o novelas de los que amamos leer esos hermosos libros.

Pero...

¿Es en la vida real esto, algo posible?

Todos en algún momento hemos conocido o escuchado de que han sentido la flecha de cupido de golpe con un simple cruce de mirada.

¿Pero eso, tal vez, no podría ser solo la simple lujuria?

¿Cuándo se trata de amor a primera vista, no es más probable ese sentimiento y tal, que no dure mucho? 

Todo el mundo ha sentido en alguna ocasión esa incomparable sensación de estar enamorado al verlo por primera vez. 

Los nervios a la persona que es protagonista de tus sueños más inconfesables se mezclan con las esperanzas de que sienta lo mismo, la felicidad de pasar tiempo con él y, en general, un cóctel de sensaciones que inunda nuestro cerebro y cuerpo.

Una conexión efímera como la describen, pero que puede ser poderosa y transformadora.

Y yo, no creía.

Nada la verdad.

Hasta que me ocurrió.

No puedo olvidar el momento que lo vi por primera vez...

Último año de la secundaria y él con otro chico, eran transferidos.

Sus presentaciones con ayuda del profesor fueron bastante austeras para mi gusto, pero palabra y estando mi lugar ubicado en la anteúltima fila y contra uno de los ventanales que segundos antes mi mirada se perdía en todo el campus lateral y de ejercitación, al voltear y sentir su nombre, mi rostro de forma involuntaria giró a su dirección y con ello.

Difícil de creer, las entendería si no me creen.

Los rayos de sol atravesaron mi ventanal y se plasmaron en él.

Mi boca se desencajó y hasta me obligué a pestañear consecutivamente.

¿Por qué?

Carajo.

Porque fue, como si su aura y con ayuda del astro rey, nos cegaba a nosotros los simples mortales.

Sí.

Éramos seres efímeros ante su persona y él, una divinidad.

Sí, en serio.

Una deidad más allá del cielo, la tierra o un universo alterno por esos ojos foráneos y del color de la arcilla mojada por una lluvia de primavera.

Su pelo oscuro y algo largo hacia sus lados.

Su altura como apariencia física, cual si no tuviera el uniforme escolar, parecería mayor que todos nosotros.

Rostro serio, pero sin dejar de observar el contenido del aula que lo rodea.

O sea, a nosotros.

Y con mirada escaneante en cada uno, cual y al terminar de presentarse, fue el turno de esos ojos de depositarse en mi persona, causando y que disimule un espasmo nervioso que me colmó al chocar nuestras miradas.

Me lleva la mierda.

Y tuve que voltear la mía hacia mi mochila colgada de mi silla con el pretexto de sacar el libro de ciencias, para camuflar lo que me sucedía.

Me embargaba y abrumaba.

Ese jodido flechazo del amor a primera vista.

Esa emoción que yo no creía.

Repito, nada.

Elevo apenas mi mirada para ver como él y el otro compañero nuevo se dirigen a los asientos designados por el profesor.

Pero que existe y lo estoy sintiendo ahora que se maximiza, al ver que elige el asiento vacío detrás del mío.

Santa mierda con su aura que llega de atrás, aunque no lo mire.

Amor y sentimientos me llenan.

Pero, también sé que esta emoción que siento por Cibrian de Hades y maldita sea con ese apellido tan porno.

Focalizo en mi banco como si tuviera la respuesta de todo.

Es peligrosa...