Prólogo
— ¿Sabes? —dijo Minho de repente, rompiendo el silencio que había caído entre ellos— Este lugar tiene algo...no sé qué es exactamente, pero te hace pensar en cosas que normalmente ignoras.
Ambos estaban fuera mirando el sol esconderse por sobre los viñedos. Hyunjin estaba sentado en el césped, con las rodillas dobladas y los brazos alrededor de ellas, mirando fijamente hacia el horizonte. A su lado, Minho sostenía una copa de vino medio vacía, girándola con parsimonia entre sus dedos.
Hyunjin giró la cabeza hacia él, estudiando sus facciones con la luz tenue del atardecer pegando en su rostro. Sus ojos, oscuros y profundos, parecían buscar algo en el aire.
— ¿Qué cosas? —preguntó Hyunjin en un tono bajo, casi temiendo la respuesta.
Minho dejó escapar una leve risa, más para sí mismo que para Hyunjin, y llevó la copa a sus labios. Tras un pequeño sorbo, respondió:
— Cosas importantes. Ya sabes, como lo que realmente deseas. O lo que no quieres perder.
El corazón de Hyunjin latió con fuerza al escuchar esas palabras. Bajó la mirada a sus propias manos, inseguro de cómo responder. Había algo en la voz de Minho, en la forma en la que lo decía, que lo desarmaba.
Unos segundos de silencio se deslizaron entre ellos antes de que Minho hablara de nuevo.
— *"Che sia benedetta questa nostra vita. Che sia benedetto tutto quello che accadrà" —recitó Minho con suavidad, su voz tan ligera como el viento que corría entre las vides.
Hyunjin lo miró con curiosidad.
— ¿Qué significa?
Minho giró la cabeza hacia él, con una pequeña sonrisa curvando sus labios.
— Es una canción. Más o menos dice que esta vida, con todo lo bueno y lo malo, es una bendición. Que todo lo que pase merece ser vivido.
Hyunjin sintió un nudo formarse en su garganta. Cerró los ojos por un instante, dejándose llevar por el momento, por las palabras, por la presencia de Minho a su lado.
— Entonces... —murmuró con cierta timidez—, ¿dices que lo que sea que pase también vale la pena?
La pregunta quedó flotando en el aire, como una hoja suspendida antes de caer. Minho lo miró, sus ojos cargados de algo que Hyunjin no supo, o no quiso, interpretar del todo.
— No sé qué va a pasar en el futuro, Hyunjin —admitió Minho finalmente, inclinándose ligeramente hacia él— Pero sé que no me gustaría que terminara ahora.
Hyunjin sintió un calor ascendiendo por su pecho, desplazándose por todo su cuerpo. No dijo nada más, pero cuando la mano de Minho rozó la suya sobre la hierba, no la apartó. Dejaron que el silencio, el vino y el aroma de los viñedos llenaran los espacios entre ellos, mientras el sol terminaba de ocultarse y la noche reclamaba el cielo.
Ciao, mis amores.
He vuelto una vez más, por fin, con una historia que se me ocurrió de manera random una noche de estas.
Tengo muchas expectativas sinceramente con esta historia, tenía tiempo de no emocionarme tanto en escribir algo. Espero que les guste tanto como a mí, especialmente porque ya llevo un año estudiando italiano y quería probar algo con eso desde hace mucho jsjs.
Estaré publicando un capítulo nuevo cada viernes, o eso espero. Sinceramente lo estoy tomando como un reto para volver a escribir y estar activa pero ya me conocen.
Esta vez espero cumplir con lo prometido.
Sin nada más que agregar, nos vemos el siguiente viernes con el primer capítulo.
La frase proviene de la canción "Che sia benedetta" de Fiorella Mannoia.
©_prayBluesoul_
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