Cianuro y Miel
La luz de la luna era la única que se filtraba a través de las finas cortinas de gasa de la habitación principal de la gran mansión, la botella de vino vacía a un lado de la cama, y el reflejo en el espejo de los cuerpos amándose.
Las manos del pelinegro acariciaban tanto como podían abarcar del cuerpo debajo del suyo, los besos que dejaba sobre la piel morena de aquel que había abierto las puertas de mismo infierno, en donde se consumían quemándose en la pasión de su lujuria, cada que tenían la oportunidad.
Ni si quiera sabe como fue que cayó en su trampa, sólo recuerda haber tomado una fotografía de una de sus pinturas, la voz del artista sonando dulcemente llenando sus oídos, una presentación formal por parte de la dueña de la galería, y a partir de ahí, todos los límites se desdibujaron, pero es felíz de haberse dejado embaucar por aquel tramposo que lo deshacía en besos eróticos cuando tenían el tiempo de amarse ... a escondidas.
Escondidos del mundo, escondidos de sus amigos, escondidos...de sus parejas.
Pero todo carecía de sentido cuando estaban juntos, a su alrededor, el mundo simplemente dejaba de existir, por el sólo hecho de poder entregarse el uno al otro y dejarse llevar por la lujuria de la que eran esclavos. Esclavos que no querían la libertad, esclavos que con gusto se dejaban colocar los grilletes del deseo con tal de fundirse los cuerpos en uno sólo.
Habían pasado las últimas horas amándose, sin querer dejarse ir, el tiempo era un tirano que corría sin darles tregua al amor que se profesaban.
La hora de separarse se acercaba con cada gemido, cada lágrima de placer y de dolor por saber que debían alejarse nuevamente hasta que el de cabellos rubios volviera a enviar "el mensaje", aquel que el pelinegro esperaba durante días, aveces semanas, semanas, incluso meses que se hacían eternos en la espera de poder volver a tener ese cuerpo junto al suyo.
__ Ah... ah, cariño - el de cabellos rubios gemía en su oído mientras el arremetía contra su entrada y dejaba besos en su cuello, aguantando las furiosas ganas de marcarlo, marcar toda su piel, y así decirle al mundo que le pertenecía a él, que era suyo, mas suyo que de su esposo.
__ Ah, Bebé... ah, ... quiero, ah... marcar todo tu cuerpo.
__ Ah, si... cariño - sollozó justo al momento en que el pelinegro cambió las posiciones, colocándose de espaldas y dejando al de cabellos rubios sobre su regazo.
__ Móntame bebé, hazlo hasta que te quedes sin fuerzas.
Y él así lo hizo, acatando la orden, guiando el miembro del pelinegro hasta su entrada dilatada y sensible debido a las rondas de sexo de las últimas horas, se deslizó hasta sentarse y sentirse completamente lleno comenzando a cabalgar sobre la polla de su amante.
Las manos del pelinegro recorrieron los muslos del rubio hasta posarse en su cintura, y apretar en la zona hasta dejar sus dedos marcados sobre la sensible y suave piel del culpable de todos sus pecados, pecados que amaba cometer. Las delicadas manos del rubio recorrieron los fuertes brazos del hombre debajo de él, acarició el pecho, los abdominales, y el tatuaje cerca de su corazón, aquel que tenía grabadas las iniciales de su nombre en un lenguaje que solo ellos conocían, el pelinegro también llevó una de sus manos al vientre del rubio, donde también se leían las iniciales de su nombre en el mismo lenguaje.
Un lenguaje creado por ellos, sólo para ellos, ningún otro ser en el mundo tenía algo igual.
El pelinegro se perdió por un momento en sus pensamientos mientras el rubio saltaba sobre su regazo, no sabía cuánto tiempo más podría durar esto que tenían, o siquiera si podrían algún día estar juntos sin esconderse del mundo, pero mientras durara, lo disfrutaría, se dejaría llevar por el fuego de la pasión que el rubio le ofrecía.
Los gemidos y murmullos inentendibles del rubio lo sacaron de sus pensamientos, amaba escucharlo gemir su nombre entre jadeos y sollozos, para él, eran como una poesía erótica, el sentir como sus lenguas se buscaban y sus bocas encajaban tan perfectamente.
Apoyando sus manos en el colchón, hizo un movimiento que lo dejó sobre el respaldo de la cama, haciendo que el rubio llevara sus brazos alrededor de su cuello, la mirada hipnótica del rubio lo encendía aún mas, si es que eso era posible, en su sudor se mezclaban el cianuro y la miel, los labios entreabiertos del rubio y su nombre saliendo de ellos.
__ Jun... ah.. Jungkook, amor... estoy... ahh.. estoy cerca - gemía mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas, no, no eran sólo por el placer.
__ Aahh, también yo cariño - jadeó sintiendo su corazón caersele del pecho, pues sabía que después de terminar, debía dejar aquella casa por un largo tiempo.
El clímax los alcanzó juntos, otra vez, el pelinegro apretó su agarre a la cintura del rubio mientras se derramaba en su interior, y éste a su vez soltaba su esencia manchando sus pieles, devolviéndole el abrazo, aferrándose a su cuello como si su vida dependiera de ello, sintió las lágrimas delizarse por su hombro y espalda, siempre sucedía cuando sabían que tendrían que dejar de verse por un tiempo, odiaba eso, odiaba ver la tristeza en los ojos de aquel chico que le regalaba galaxias cada vez que le sonreía.
Regulando sus respiraciones para recuperar el aliento, suavemente lo llevó de costado y lo colocó delicadamente sobre el colchón de mamera que el rubio pudo esconder su rostro en el cuello del azabache.
__ ¿Por qué lloras? - preguntó, como si no supiera la razón de su llanto, hipócrita, se dijo a sí mismo.
__ No quiero que te vayas.
__Tampoco quiero irme, pero él debe estar por llegar, también ella.
__ Odio esto, odio tener que... - se detuvo al sentir una de las manos del pelinegro sobre su boca, tomó su rostro y lo guió para que lo mirara a los ojos.
__ No lo hagas, no odies esto, yo... a veces también lo odio, pero amo estar contigo, no cambiaría nada de lo que hemos hecho, no me arrepiento de nada, y se que eso me hace una mala persona porque tú estás casado y también yo, pero no me importa, sí... soy egoísta lo sé, pero nada más importa cuando tú estás cerca, se que borrarás los mensajes al momento en que salga de esta casa, pero hay algo que no podrías borrar jamás... - decía mientras dejaba besos suaves sobre sus labios, mejillas y su cuello, al mismo tiempo que sus manos acariciaban su piel - mis caricias sobre tu piel, mis besos, y las palabras que escuchas salir de mi boca mientras te hago el amor, y yo me llevo tu aroma sobre mí, y el brillo de tus ojos cuando me miras, nadie, escúchame bien, nadie jamás podrá quitarnos eso.
__ Te amo Jungkook, te amo tanto. Siempre te he amado.
__ Y yo te amo a ti cariño... Te amo Taehyung, como no tienes idea.
Con el claro de la luna dejando su lugar para darle paso al sol de la mañana, Jungkook abandonó no sólo la gran casa dónde había pasado los últimos días, si no también al dueño de su corazón, que para la hora del mediodía, le daba la bienvenida a su esposo, que llegaba después de haber estado una semana fuera del país en un viaje de negocios.
__ ¡Cariño, estoy en casa! - gritó para avisarle a su esposo que estaba de vuelta.
Esposo que lo recibió, con un beso, un abrazo, y una gran sonrisa.
__ Bienvenido, amor ¿cómo estuvo tu viaje?
__ Muy bien, tengo grandes noticias, pero primero, déjame abrazarte... mmm.... te extrañé cielo ¿Tu me extrañaste?
__ Claro que te extrañé, siempre te extraño - le dijo mientras acariciaba sus mejillas y dejaba un casto beso en los labios de su esposo, era una mala persona y lo sabía, sabía que se quemaría en el infierno por serle infiel a ese hombre que sólo tenia ojos para él, jamás lo hubiera hecho, lo había amado, claro que sí, pero un día, ese maldito día, en que un azabache disparó el flash de su cámara hacia una de sus pinturas y luego hacia el, y había quedado totalmente encantado con su persona, todo de él fue como un imán que simplemente lo atrajo como moscas a la miel, y se dejó atrapar, se dejó llevar por el ardiente deseo que cada día crecía más y más, y él nunca fue una persona que se privara de algo, así que sólo lo tomó.
Pensó que solo sería un simple acostón, pero cuando su esposo salía de viaje, la soledad, esa maldita entidad que venía para susurrarle en su oído que merecía más, que merecía ser amado en todo sentido, que no estaba mal ahuyentarla a ella y a la tristeza que lo invadía cuando se sentía solo, tan solo que para hacerlas desaparecer, haría cualquier cosa, aún si eso significaba, perderse en los brazos de otro hombre, y se perdió, vaya que lo hizo, y en el camino también llevó al otro a su perdición, pues éste también abandonaba su hogar para verlo, un hogar que compartía con alguien que ocupaba el otro lado en su cama, pero que al igual que el esposo del rubio, también salía de casa días enteros, semanas, y así fue como se dejaron llevar por la pasión al punto de no poder y no querer estar separados el uno del otro.
¿En que momento dejó de amar a su esposo? no lo sabe, pero ese amor ya no estaba ahí, lo que sentía era cariño, ese cariño que sientes por un mejor amigo, pero no el amor que una vez sintió por éste hombre que lo abrazaba y hundía su naríz en la curvatura de su cuello aspirando el aroma de su esencia.
__ Ya no veía la hora de llegar a casa y contarte las buenas nuevas, hice un trato con una compañía local.
__ ¿Enserio? Pensé que ibas a buscar inversores extranjeros.
__ Y los conseguí, los inversores japoneses firmaron ni bien vieron el proyecto, pero en la reunión había una CEO de una compañía con sede en Seúl, y como le gustó el proyecto me propuso revisar el suyo y me gustaron mucho sus ideas, así que dijo que lo pondría en la mesa de su compañía ¿y qué crees? La junta directiva lo aprobó, asi que prepárate.
__ ¿Prepararme yo? ¿para qué? - preguntó genuinamente confundido.
__ Ah, lo siento , esta noche vendrán a casa a cenar.
__ ¿Vendrán quiénes?
__ La directora del grupo Golden y su esposo, la compañía es originalmente propiedad de la familia de él, pero él se desligó de toda responsabilidad con la empresa familiar y se dedicó a la fotografía, por eso ella está encargada del trabajo que debería haber hecho su esposo, un desperdicio si me lo preguntas a mí.
__ ¿Por qué dices eso? Yo también dejé de lado la compañía de mi familia por dedicarme a la pintura y soy muy feliz con lo que hago, no lo sería si estuviera detrás de un escritorio - Dijo mientras analizaba lo que acababa de escuchar ¿Grupo Golden? ¿Fotografía? No, imposible, es una coincidencia pensó, y lo dejó pasar.
__ Lo sé, es sólo que... olvídalo cielo, debemos preparar una cena para cuatro, dile al personal de la cocina que debe estar lista para las ocho.
__ Bien, lo haré, ve a darte una ducha y descansa mientras superviso que todo salga perfecto.
__ Oye, ven aquí - dijo tomándolo por la cintura - ¿acaso no vendrás conmigo a "descansar" a la habitación? ¿hmm?
__ Si subo contigo a descansar, lo menos que harás será eso, así que no, ve a dormir lo que no pudiste hacerlo durante el vuelo, ya habrá tiempo para "descansar juntos" - dijo pasando las manos por el fuerte pecho de su esposo.
__ Ahg, bien... pero me lo debes bebé - susurró juntando sus frentes y acariciando la espalda de su esposo - Sabes que te amo, ¿verdad?
__ Lo sé - respondió, pero el "también te amo" no pudo salir de sus labios, a veces lo forzaba, pero a veces las palabras simplemente no salían de su boca, maldito infierno, daría lo que sea por no romper el corazón de su esposo, él no lo merecía, ese hombre era todo lo que cualquier chica o chico pudieran desear.
¿Cómo dejarlo? ¿cómo abandonarlo para vivir su propia historia de amor sin lastimar a otros? No, no podría aunque quisiera, debía contenerse, no era sólo su vida, había otras, otras vidas ya forjadas. Hipócrita de él era el pensar de esa manera cuando al momento de comenzar su aventura ni siquiera se detuvo a reparar en lo que implicaba ser el amante de un hombre casado cuando él también lo era.
__ Ey, ésta es la parte en donde me dices que también me amas - bromeó.
__ Sabes que sí
__ Bien, me iré a descansar, te veré en un rato - dijo y besó los labios de su esposo que se sentían extrañamente mas dulces que de costumbre, pero que no le devolvían el calor que solían darle, y subió las escaleras dejando a un rubio sintiéndose la peor persona del mundo.
Llamó al personal de la cocina que había vuelto a trabajar esa mañana, después de que Taehyung les diera la semana libre, como hacía con todos sus empleados, siempre que su esposo salía de viaje, con la condición de que lo mantuvieran en secreto, y dejando sus sueldos intactos.
Cuando todo estuvo listo, la mesa preparada, y el matrimonio terminando de arreglarse, el sonido del timbre irrumpió en la gran casa.
__ Deben ser ellos , iré a recibirlos.
__ Bien, terminaré de vestirme - dijo el rubio acomodando su camisa. Cuando su esposo salió de la habitación, pudo ver algo en el reflejo del espejo que llamó su atención, levantó la camisa y ahí los vió, los dedos de su amante habian dejado huellas en su piel, el pánico lo invadió por un momento, luego acarició las marcas de color violáceo, cerró sus ojos y se imaginó a su amante detras suyo, aspirando su aroma, besando su cuello, abrazándolo por la cintura "estoy aquí", abrió los ojos repentinamente al haber escuchado claramente la voz del pelinegro en un claro murmullo en su oído, inconcientemente recorrió la habitación con su mirada, y sonrió sintiéndose un tonto al pensar que por un momento su amante realmente hubiera estado ahí.
Una vez que estuvo listo, salió de la habitación y se dirigió escaleras abajo donde las voces se escuchaban acompañadas de risas, cuando por fin llegó a la sala, encontró a su esposo hablando animadamente con una joven muy elegante.
__ Amor, por fin bajas, ven te presentaré.
__ Me disculpo, por un momento me perdí en mis pensamientos.
__ Ella es Jihyo.
__ Un gusto, Min Taehyung - dijo ofreciendo su mano.
__ Jeon Jihyo, el gusto es mío, he escuchado mucho de ti, Taehyung, y debo decir que nada de lo que tu esposo haya dicho te hace justicia.
__ ¿Jeon? - preguntó frunciendo el ceño e ignorando el cumplido de la mujer.
__ Ah, es mi apellido de casada, de hecho mi esposo estaría aquí si no hubiese tenido que usar el baño al llegar - sonrió algo nerviosa.
__ Lo siento - la suave voz que se escuchó detrás de él lo hizo congelarse por un momento, al girarse y enfrentar al dueño de de dicha voz, el mundo se detuvo y todo a su alrededor desapareció sin más, no podía ser cierto, era Jungkook , su Jungkook, el dueño de sus sueños, aquel que había marcado su piel en un grito silencioso de un vano intento por decirle al esposo del rubio que ya no era el dueño de ese cuerpo.
__ Tranquilo Jungkook, ven, te presentaré a mi esposo - dijo el hombre parado junto al rubio que la noche anterior habia gemido su nombre durante horas.
__ Él es Jeon Jungkook, el esposo de Jihyo.
__ Min Taehyung - habló bajito el rubio, al mismo tiempo que ofrecía su mano en forma de saludo hacia el pelinegro - es un placer conocerlo.
__ El placer es todo mío - dijo tomando la mano del rubio, negándose a soltarla, sintiendo emanar el calor de la suave piel, y sus propios dedos picando por acariciar otra vez ese cuerpo, y sus labios hormigueando por besar esa boca.
La cena transcurrió sin más, con algunas miradas secretas e incómodas, y conversaciones que eran en su mayoría entabladas por Jihyo y Yoongi.
Cuando hubieron terminado, Yoongi propuso que él y Jihyo entraran a su despacho para revisar el proyecto del que ambas compañías serían parte, dando así, la oportunidad a sus esposos de quedarse a solas.
Taehyung decidió salir a fumar al jardín, cosa que Jungkook imitó inmediatamente, y cuando se aseguró que estaban solos, habló llegando junto al rubio.
__ ¿Qué crees que pasará ahora?
__ ¿A qué te refieres?
__ Bueno, ahora que Jihyo y tu esposo trabajarán juntos, de seguro habrá más reuniones como ésta, y tendremos más ocasiones para vernos.
__ ¿Y qué hay con eso? no es como si pudiera lanzarme sobre ti cada vez que te vea - dijo después de soltar el humo del cigarrillo.
__ Escucha, yo no sabía que esto pasaría, sabes que no estoy al tanto de las operaciones en la compañía de mi familia.
__ Ya lo sé, ni siquiera entiendo por qué estás diciendo eso, lo haces ver como si te estuvieras defendiendo de algo que sí has hecho, cuando en realidad no es así, no lo hagas.
__ Cariño... ¿acaso no lo ves?
__ ¿De qué hablas?
__ Esto es una señal, Taehyung, debe serlo, tú y yo tenemos que estar juntos, y esta es la oportunidad que tenemos para hacerlo.
__ ¿Qué es exactamente lo que estás diciendo? ¿Que vendrás más seguido cuando tu esposa y mi esposo estén trabajando juntos? ¿O que debemos dejarlos y huir lejos de todo? porque si es así, ninguna de esas propuestas es viable para todos los involucrados.
__ ¿Por qué no? yo te amo, Taehyung, y se que tu me amas, ¿qué es lo que te detiene?
__ No puedes estar hablando enserio... dime algo, Jungkook ¿dejarás todo por mí? ¿Te divorciaras de tu esposa y tomarás su lugar en la compañía de tu familia, esa compañía de la que siempre reniegas, y que agradeces nunca haber caído en su trampa? ¿y luego qué? ¿pasarás horas, días, semanas lejos de mí como lo hace Yoongi? - las lágrimas picaban en las cuencas de sus ojos.
__ Oye, lo siento - dijo acercándose a él y limpiando una lágrima rebelde que habia escapado de su ojo izquierdo - lo solucionaremos sí... sólo dame tiempo.
__ No es necesario, yo tengo la solución... Te amo y lo sabes, tranquilo... hyung se hará cargo.
__ Siempre dices eso... está bien, lo entiendo... esperaré tu mensaje - dijo y volvió a entrar a la casa dónde solía escabullirse para hacerle el amor a ese hombre que había dejado en el jardín, sabía lo que pasaría, Taehyung jamás dejaría a Yoongi, y él jamás se sentaría al frente de la compañía de su familia.
Una vez que terminó la reunión que tenían Jihyo y Yoongi, se despidieron de los anfitriones, dejando ahí a un matrimonio que se consumaría una vez más en el calor de sus sábanas, como tantas veces lo hacían.
Las semanas pasaron, los meses, y no habían podido estar a solas como hubiesen querido, se habían visto en alguna que otra reunión, pero nunca estaban solos, las compañías trabajaban muy bien juntas, Taehyung seguía pintando, para cumplir con el pedido de la galería donde exponía, y Jungkook seguía fotografiando, como siempre lo hacía.
Seis meses después de aquella cena en dónde se habían visto y hablado, un mensaje llegó al celular del pelinegro "tres semanas" se leía, ese sería el tiempo en el que Min Yoongi estaría fuera de su casa. Tres semanas, bien, debía idear un plan para pasar de su esposa, lo bueno de ser un fotógrafo reconocido mundialmente, era que siempre te solicitaban de distintas partes del mundo.
__ Tres semanas está bien - le dijo su esposa mientras lo observaba preparar una pequeña maleta - ¿Es un evento importante?
__ En realidad es más que nada, tomar fotografías de la vida silvestre para la página de National Geographic, siempre quise hacer algo así, sólo que nunca me había dado el valor de buscarlo, y ahora se dió, y lo tomaré.
__ Pues creo que lo harás muy bien.
__ Gracias, debo irme, el vuelo sale en una hora.
__ Te acompañaría, pero se me hace tarde, tengo una junta en la compañía.
__ Lo siento, pero no te envidio - dijo sonriendo, dejó un beso en los labios de su esposa y salió de su casa camino a la casa del rubio que lo esperaba.
El celular de Taehyung se iluminó con una notificación, era un mensaje de Jungkook " Estoy saliendo, prepara una maleta, con ropa de verano y tu pasaporte".
Frunció el ceño claramente confundido, ¿maleta? ¿pasaporte? ¿acaso no se quedarían en su casa?
Sin querer darle tantas vueltas al asunto, hizo lo que Jungkook le había dicho, y para cuando había terminado, el timbre sonó, sabiendo de quién se trataba, bajó las escaleras con una gran sonrisa en su rostro.
Abrió la puerta y se lanzó a los brazos del hombre que había llegado, quería desnudarlo ahí mismo, quería amarlo como sólo ellos sabían hacerlo, quería fundirse en su piel.
__ Ah mierda bebé, te extrañé tanto - la voz del pelinegro se escuchó a través de las capas de tela.
__ También yo, mi amor, no tienes idea cuánto te extrañé.
__ Oye, ¿ya tienes listo lo que te dije?
__ Si, ¿qué tienes planeado?
__ ¿Planear? cielo yo no hago planes, improviso, ve por tus cosas, el vuelo sale en cuarenta minutos y ya vamos tarde.
Y así lo hizo, salieron de la casa, y fueron al aeropuerto donde ya los esperaban para abordar el avión, un vuelo con destino a París, donde pasaron tres semanas amándose, disfrutando el uno del otro , hasta que llegó el momento de regresar de su burbuja al mundo real, ese en el que no se pertenecían, ese al que odiaban volver cada vez que se separaban.
El pelinegro dejó al rubio en su casa y condujo hasta su hogar, pero a mitad de camino, estacionó su auto y tomó su teléfono, nunca era él el que llamaba o enviaba un mensaje, pero no podía quitar de su pecho la sensación de que necesitaba decir lo que estaba sintiendo, marcó el número que no estaba guardado entre sus contactos pero que conocía de memoria, y esperó a ser atendido.
uno...
Dos...
Tres...
Cuatro tonos, y Taehyung no respondía, no se quedaría tranquilo si no lo decía, algo en su interior lo instaba a soltar aquello que sentía tanta urgencia por decir, y hacerle saber a su amor, algo que creía no podría decir después, asi que volvió a llamar.
El celular de Taehyung volvió a sonar, Jungkook nunca llamaba, tal vez olvidó algo en el auto y por eso lo estaba haciendo, con esa idea en mente decidió atender el teléfono.
__ ¿Jungkook...?
__ Tae, escucha lo siento, sé que no debo llamarte pero es importante que sepas algo...
__ ¿Qué sucede... Está bien todo? - preguntó sintiendo una molestia en su pecho, y un nudo instalarse en su garganta, algo no estaba bien, lo sentía, lo sabía.
__ Escucha cariño, escucha bien... si no es en ésta vida, en la próxima juro encontrarte primero... Te encontraré antes que cualquier otro, para que seas solo mío, sólo espérame si... espérame, yo iré por ti, no le entregues tu corazón a nadie más, ¿oíste Taehyung?
__ Jungkook...
__ Promételo Taehyung, promete que me esperarás.
__ Lo prometo, yo...
__ ¿Qué cosa? - la voz de su esposo se hizo presente en la sala y lo hizo girarse rápidamente para encontrarse con el ceño fruncido en una clara mueca de confusión en el rostro de Yoongi - ¿Qué cosa es la que prometes?
Del otro lado de la línea Jungkook escuchaba la interacción entre el matrimonio Min, sintiendo de repente un mal sabor de boca y un hueco en el pecho, algo iba mal...
__ ¿Con quién hablas, Taehyung? - se acercó como un depredador a su presa con una mirada que el rubio nunca antes había visto en sus ojos, una mirada que lo congeló en su lugar.
Tomó el teléfono de la mano temblorosa de su esposo, que aún lo sostenía cerca de su oído y miró la pantalla, el número no estaba agendado y tampoco lo conocía, llevó el aparato a su propio oído, y del otro lado sólo se podía escuchar la respiración de quién quiera que fuera la persona que había estado hablando con su esposo.
__ ¿Quién es? - preguntó sin recibir respuesta, y la mirada llena de pánico de su esposo confirmó sus sospechas, la persona del otro lado de la línea, era la misma que había dejado aquellas marcas en la piel del rubio, esa piel que creyó que sólo le pertenecía a él, quiso ignorar las señales, trató, pero no pudo, al final todo era como él se había imaginado...
Taehyung lo engañaba...
Sintió su corazón romperse en mil pedazos, su mente de pronto dejó de funcionar de manera racional, y fue como si alguien hubiera puesto su psique en piloto automático, y algo más tomara el control de su cuerpo. La furia lo cegó, no sabe en qué momento llegaron a la cocina, pero en momento vió sus propias manos llenas de un rojo carmesí que escurría por sus dedos y por el cuchillo que éstos sostenían.
Jungkook había escuchado todo, y al momento en que la voz de Taehyung se había escuchado a través del teléfono, dió la vuelta y condujo tan rápido como pudo hasta la casa del rubio.
"¿Yoongi? ¿qué..." Un golpe interrumpió su oración.
"Maldita puta, ¿te abres de piernas mientra me mato trabajando para darte lo mejor?"
"Yoongi, cal... cálmate, déjame explicar...
" ¿Explicar... me vas a explicar como te dejas coger por otro cuando no estoy en casa? ¡EN NUESTRA CASA!
" Cariño cálmate por favor, me asustas"
Yoongi rió de forma perturbadora al escuchar esas palabras de su esposo.
"¿Cariño? - se acercó y lo tomó del cuello con ambas manos haciendo presión al punto de evitar la entrada de aire -¿Así le dices también al hijo de puta que se mete en mi cama?
Taehyung forcejeó tratando de quitarse a su esposo de encima, trastabilló, lo que los hizo perder el equilibrio y fue ahí donde aprovechó para correr a la cocina, mientras jadeaba por el ardor en sus pulmones debido a la falta de aire.
Al llegar a la cocina tomó lo primero que entró en su campo de visión, un cuchillo de los tantos que había en el lugar, pudo haber sido cualquier otra cosa, pero el destino a veces mueve sus hilos de manera tan cruel que prepara el camino para la tragedia , sin que los protagonistas sean siquiera concientes de ello.
Con el cuchillo entre sus manos, lo apuntó hacia su esposo que entró lentamente en el espacio que ocupaba, que de repente, parecía mucho mas pequeño de lo que realmente era.
__ Yoongi por favor, no te acerques más, no quiero lastimarte - pedía entre lágrimas, preso del pánico.
__ ¿Cómo pudiste, Taehyung? - se acercaba y hablaba como si fuera alguien más, sí, definitivamente era alguien más, ese no era su esposo, esos no eran los ojos de Min Yoongi, ojos que nunca habían lucido tan desprovistos de vida, tan oscuros, tan apagados, tan siniestros -¿Sabes... tienes alguna puta idea de lo mucho que te amo... que te he amado desde el primer día en que te ví? ¿eres consciente de todo lo que he dejado por ti?
__ Yoongi, por favor... escúchame, lo siento... por favor no te acerques más.
__ ¿Y qué harás, eh? - preguntó tomando las manos de su esposo junto al cuchillo, y llevándolo hasta su propio pecho - Úsalo, abre mi pecho para que veas lo que has hecho, así podrás ver como has roto mi corazón - las lágrimas de pronto se hicieron presentes, sus ojos inyectados de furia sólo podían ver el error y la traición, más no el miedo instalado en el rostro contrario.
Forcejearon, Taehyung trató de defenderse, por Dios que lo intentó, de pronto sintió como la hoja del cuchillo entraba en su costado y abrazándose a su esposo dejó salir un ahogado grito lastimero, que denotaba que la herida, era mortal.
Yoongi dió un paso atrás, sintiendo en ese movimiento, como el cuerpo de su esposo se deslizaba entre sus brazos, precipitándose hacia al suelo, se vió a si mismo de repente volviendo en sí, pero aún ausente, miró sus manos escurriendo el líquido espeso y aún tibio, cerró sus ojos apretándolos con fuerza, tratando de convencerse de que la imágen frente a él no era real, que la persona agonizando en el suelo de su cocina en medio de sollozos, no era su esposo, el grito de una de sus empleadas que acababa de llegar lo trajo de vuelta a la realidad.
__ AAAHHHH, SEÑOR TAEHYUNG, SEÑOR TAEHYUNG ... SEÑOR YOONGI ¿QUÉ HA HECHO? - gritó en medio del llanto, presa del pánico, llegando a donde estaba el cuerpo agonizante de Taehyung, la sangre mucho más oscura de lo normal dejaba en claro que el órgano vital herido, había sido el hígado, lo que le daba a la víctima un márgen de quince minutos antes del final, si no recibía atención médica a tiempo.
La mujer tomó su bufanda y la colocó sobre la herida, acción que aunque válida sería inútil, ya sabían pasado diez minutos desde que Taehyung había sido herido y la respiración se le dificultaba cada vez más, en su mente solo había una persona, Jungkook, su Jungkook, él no lo entendería, no había podido decirle que después de que se marchó de la mansión, había tomado la decisión de dejarlo todo por él, lo escuchó hablarle a lo lejos, creyó que soñaba, pero su voz lo trajo de vuelta, y abrió los ojos para encontrar frente a él otro par de ojos llenos de lágrimas, que lo miraban con terror, el pelinegro decía algo que no alcanzaba a entender.
__ ¡LLAMA A LA AMBULANCIA! - Le gritó a la mujer mientras hacía presión en la herida.
__ Vi... viniste...- susurró.
__ Cariño no hables, tranquilo, estarás bien, todo estará bien.
"Todo estará bien", esas palabras que salen de los labios de los ilusos que se aferran a la cruel esperanza, y a la idea de que las circunstancias podrían cambiar en el último segundo por un milagro divino o un poder superior.
"Todo estará bien", una de las mentiras mas antiguas de la humanidad, porque cuando son dichas, es porque sabemos muy en lo profundo, que nada lo estará.
__ Lo prometo... yo lo.. lo prometo...- llevó una de sus manos a la mejilla de su amor, manchándola con su sangre en el proceso.
__ No cariño, bebé no hagas esto por favor, no tú, por favor, no lo hagas - rogó entre el llanto que apenas lo dejaba respirar.
Y ahí, en un frío piso de mármol de una gran mansión en Seúl, Kim Taehyung dió su último respiro en los brazos de quien le había mostrado lo hermosas que eran las galaxias cuando brillaban vivaces reflejadas en esos preciosos ojos negros que hoy sólo derramaban lágrimas sobre su rostro.
Jungkook se dejó caer sentado en el piso, llevando con él en su pecho el cuerpo de aquel que era el único capaz de encender su corazón, corazón que se detuvo junto con el de Taehyung en ese momento, el rubio se había llevado consigo una parte de él, y el azabache había muerto un poco ese día.
__ No, no, no ,no .... cariño tú no, tú no.... regresa, regresa... ven conmigo, oye... te llevaré lejos... te llevaré a casa, te llevaré lejos... te llevaré lejos... te llevaré lejos, sólo tienes que abrir los ojos... por favor, abre tus preciosos ojos - rogaba derramando todo su dolor hablándole a quien ya no estaba ahí.
Para cuando la ambulancia y la policía llegaron al lugar, Min Yoongi aún sostenía el cuchillo en su mano, lo que facilitó el trabajo de los oficiales que lo esposaron y subieron a la patrulla sin que éste ofreciera resistencia.
Para los paramédicos, fue difícil separar al pelinegro que se aferraba al cuerpo tendido en el suelo, sólo constataron que no tenía signos vitales y luego procedieron a sacar el cuerpo de la casa.
Después de lo que pasó, la esposa de Jungkook no hizo preguntas, no las hizo en la estación de policía, ni después del funeral, ni durante las tres semanas en las que el pelinegro estuvo encerrado en su estudio sin querer ver a nadie.
Una noche, después de llegar de la compañía, por fin se habia decidido a hablar con su esposo, necesitaba aclarar la situación en la que se encontraban, sabía que el menor estaba destruido por lo acontecido ya que los rumores y habladurías del romance entre él y el pintor corrieron tan rápido como un incendio en zonas de sequía.
Golpeó la puerta del estudio pero nadie atendió. Creyendo que tal vez se había quedado dormido se adentró sólo para encontrar el lugar vacío, totalmente vacío. Jungkook había sacado todo de ese lugar, sólo había un pequeño mueble en un rincón junto a la puerta y sobre éste una nota, la tomó con el pulso latiendo en sus sienes, y sus manos temblorosas.
Jihyo:
No puedo seguir en este mundo sabiendo que él no está, Taehyung se llevó con él toda la luz, se llevó las estrellas que me había regalado, las promesas que habíamos hecho.
Espero que algún día puedas perdonarme, espero que algún día alguien lo haga, porque yo no puedo hacerlo. Lamento haber faltado a nuestros votos, tú no merecías eso, pero hay algo que lamento aún más y que nunca podré perdoname a mi mismo, es el haberle fallado a Taehyung, el no haber llegado a tiempo, el no haberlo tomado y huido con él, si lo hubiese hecho él estaría vivo. Probablemente me odies al saber lo que pasó entre él y yo, pero por favor, no lo odies a él, Taehyung no fue el culpable de nada, sólo fuimos dos personas que descubrimos cómo se sentía ese amor inconmensurable del que hablan los libros románticos, y no pudimos soltarlo, lo siento, pero se que habrá alguien allí afuera que será muy afortunado de tenerte y sólo espero que puedan experimentar el amor como Taehyung y yo lo hicimos, pero no a escondidas. Le prometí encontrarlo en nuestra próxima vida, pero la espera parece ser demasiado larga, y yo ya no quiero esperar tanto tiempo para volver a verlo, es por eso que voy a buscarlo, iré a donde sea que esté y lo encontraré, él prometió que me esperaría, así que no quiero llegar tarde a nuestra cita.
Sé felíz, no te culpes de nada y vive tu vida como te hubiera gustado a ti vivirla, no como otros quieren que lo hagas.
Jungkook.
Al terminar de leer la carta, Jihyo se dejó caer en el piso de aquella habitación vacía, con lágrimas que dificultaban su visión, sabiendo lo que esas palabras significaban.
La mañana siguiente, la noticia conmocionó al mundo, tanto del espectáculo como del periodismo.
"Y en otras noticias, un lamentable suceso nos recibe en esta mañana de viernes, pues nos informan que el cuerpo sin vida del reconocido fotógrafo Jeon Jungkook, ha sido hallado en la que fuera la casa del famoso pintor Kim Taehyung, recordemos que el señor Kim, fue asesinado por su esposo en un ataque de celos, y que fue el fotógrafo quién encontró el cuerpo al llegar a la mansión del matrimonio Min luego de atender una llamada del pintor y escuchar a traves de esta, el momento en el que se llevaron a cabo dichos actos de violencia, al fotógrafo le sobrevive su esposa, hacemos llegar nuestras condolencias a la familia.
El destino era cruel a veces, muy cruel, era incierto, y para aquellos que creían poder burlarlo, se encontraban con los hilos cortados por aquel que jugaba con sus vidas a su antojo, si alguien le hubiera dado a Jungkook la oportunidad de tener a ese que se hace llamar destino frente a el, lo hubiera hecho polvo y lo hubira forjado desde cero, haciendo que sus vidas corrieran en una sola dirección, una a la par de la otra.
El destino, esa cruel entidad que había cortado a mitad de camino su andar junto al amor de su vida, un amor que nació a destiempo, equivocado y tal vez demasiado fugaz, los incrédulos decían que eso de las otras vidas eran cuentos que la gente se decía para apaciguar el dolor de saber que ya nunca volverian a ver al ser amado, otros creían que era posible reencontrarse con la persona destinada, como lo habían hecho Jungkook y Taehyung, dos almas que sólo quisieron amarse por la eternidad, y que lograrían cumplir su promesa en un futuro no tan cercano.
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__ ¡Taehyung, muévete o llegaremos tarde, joder!
__ Ya voy, no te alteres que llegaremos a tiempo.
__ ¡Kim Taehyung te lo juro por todo lo celestial que si me pierdo la muestra por tu culpa otra vez, te arrancaré las pestañas una por una mientras estés atado de manos!
__ Ya ya, ya estoy listo, eres demasiado dramática para tu propio bien Lizzie, un día de estos sufrirás un colapso nervioso - dijo sonriendo al mismo tiempo que llegaba junto a su mejor amiga.
__ Te he dicho que no me llames así, odio ese feo apodo.
__ Claro que no, lo amas, y deja de renegar de él porque un día de estos puedo morir repentinamente y ya no tendrás quién te llame así y entonces lo extrañarás.
__ No digas esas cosas, Tae. Sabes que no me gusta que hagas bromas con eso.
__ Bien, lo siento... L.I.S.A - dijo marcando cada letra de su nombre lo que provocó que su amiga rodara los ojos y sonriera mientras tomaba las llaves del auto de las manos del castaño.
__ Vámonos ya, no quiero llegar cuando estén por cerrar la galería.
__ ¿Y quién es el artista al que veremos?
__ Es un fotógrafo, ya te había dicho que es uno en ascenso, su nombre es Jeon Jungkook y es un joven de Busan que se dedica a fotografiar comunidades indígenas alrededor del mundo.
__ Mhmm, suena interesante.
__ Te aseguro que lo será, he querido ver su trabajo en galería desde que su nombre empezó a sonar entre diferentes artistas del mismo rubro, y como tú también estás estudiando fotografía me pareció una excelente idea llevarte a ver su trabajo.
__ Vaya gracias, eres la mejor amiga que podría haber pedido en la vida.- dijo mientras se ponían en marcha.
Cuando llegaron a la exposición, el lugar no era nada como Taehyung hubiese imaginado. Esperaba un desfile de lujo y elegancia, pero era todo lo contrario. El lugar era sencillo pero pulcro.
En la entrada, una amable señorita los recibió entregándoles un folleto con información sobre la muestra y el hombre que había tomado las fotografías.
__ Bienvenidos, espero que disfruten de "Lo que anhela mi alma".
__ ¿Lo qué...?
__ Es el nombre con el que el fotógrafo decidió llamar a su trabajo en esta muestra.
__ Muchas gracias, señorita - dijo Lisa, y luego se volvió hacia su amigo -.Vamos Tae, esto te gustará.
Taehyung estaba fascinado con el trabajo de aquel fotógrafo, cada captura era única y la esencia de lo retratado traspasaba la imágen y parecía transportarte a ese momento. Podía ver el paso del tiempo en las líneas sobre la piel de los rostros de los ancianos de las tribus, como también la promesa de futuras generaciones en los ojos de los niños.
Notó que todas esas comunidades tenían algo en común, pues en pié de cada foto se leían diferentes referencias con la misma temática. "Trascender", "Elevar el espíritu", "Buscar en la siguiente vida". Y así rezaban muchas de las fotografías expuestas.
__ Hmm, eso es raro - murmuró para si mismo.
Su amiga lo sacó de su ensoñación cuando le habló a su izquierda.
__ Mira Tae, es la sección de las comunidades Sudamericanas.
__ Wow, nunca había visto una área completa dedicada a una sola región.
__ Oh vaya, eso es triste - dijo Lisa de pronto parada frente a una fotografía que mostraba el ritual de un funeral, y una mujer arrodillada sosteniendo un trozo de madera con una inscripción en ella. - Tupa... tup... tupana..nan
__ Tupananchiskama.
Se escuchó una profunda y suave voz a sus espaldas lo que hizo que automáticamente se volvieran en su dirección.
Taehyung se quedó mirando esos ojos negros, tan negros como una noche estrellada y sintió un extraño tirón en su pecho.
__ Es Quechua, una lengua nativa de Sudamérica y su significado es muy hermoso-. Dijo el hombre alto de cabellos negro que no podía dejar de mirar al castaño frente a él, que le devolvía una miraba de ceño fruncido como si lo hubiera reconocido de algún lado.
__ ¿Y sí nos dirás lo que significa o te quedarás mirando a mi amigo como un bobo?
__ "Hasta que la vida nos vuelva a encontrar".
__ Eso es... Hermoso y triste y al mismo tiempo - dijo Taehyung mirando al hombre - Se siente como dejar una promesa sin cumplir pero... prometiendo volver algún día para cumplirla... O tal vez sólo estoy sensible - dijo y sonrió.
Esa sonrisa, esa sonrisa que Jungkook había visto en sueños alguna vez, y ojos, ojos que lo miraban como si hubieran esperado mucho, demasiado tiempo para volver a contemplarlo.
__ Lo siento no me presenté, soy Jeon Jungkook - dijo extendiendo su mano al castaño que al momento de tomarla sintió como si ese toque y ese calor fueran algo que ansiaba sentir desde siempre.
__ Kim Taehyung.
__ ¡No lo puedo creer! Tu eres Jeon Jungkook el fotógrafo, soy una gran admiradora, con Tae teníamos muchas ganas de ver tu trabajo ¿verdad, Tae?
__ Por supuesto - respondió aún sosteniendo aquella mano suave y tibia mientras se perdía en sus preciosos ojos.
__ Espero que la disfruten, si me disculpan, debo atender a algunos invitados.
Dijo y se alejó de ahí mientras un castaño lo seguía con su mirada.
__ Wow, sí que es guapo ¿no crees, Taehyung?
__ Sí... lo es.
__ ¡Joder, amigo! Jamás te había visto así.
__ ¿De qué hablas?
__ Tae, sólo basta mirarte para notar el brillo en tus ojos, no me sorprendería que aparezcan corazoncitos en tu mirada, eso debe ser amor a primera vista.
__ No... no es eso, es... es... no lo sé, yo... no sé cómo explicarlo - dijo al momento en que su voz se entrecortaba y sus ojos picaban por las lágrimas contenidas.
__ Oye...Taehyung no me asustes ¿éstas bien? - dijo y sonaba preocupada.
__ Sí, yo... yo estoy bien, sigamos recorriendo, no me hagas caso.
__ ¿Seguro?
__ Claro, vamos, que estabas muy emocionada por ver ésta muestra.-
Tomó el brazo de su amiga y se dedicaron a terminar el recorrido entre risas y algunas bromas, pero Taehyung no podía terminar de prestar total atención a lo que Lisa decía. Su mente era un lío, preguntas que no habían dejado de rondar en su cabeza, ojos que jura haber visto antes, quizás en un sueño, y el significado de aquella palabra que lo tenía con un nudo en la garganta desde que el fotógrafo se lo había dicho.
Terminaron el recorrido y ya no volvió a ver al pelinegro. Dejar la galería tuvo un gusto amargo para Taehyung, hubiera querido ver una vez más a Jeon Jungkook para preguntarle... Quería preguntarle... ¿preguntarle qué? Ni siquiera lo sabía.
Cuando iban rumbo a su auto, Lisa recibió una llamada.
__ Era Solar, dice que hay fiesta en su fraternidad y que están celebrando que su mejor amigo vino de Daegu a estudiar a Seúl y quiere presentártelo.
__ ¿Eh ... a mí, por qué?
__ Dice que al ser de Daegu como tu se llevarían bien, su nombre es Yoongi.
Taehyung sintió un escalofrío recorrerlo por todo el cuerpo y de pronto sintió algo parecido al miedo.
__ ¿Entonces qué... vamos?
__ Ahm, yo... en realidad estoy cansado y sólo quiero ir a casa.
__ ¿Oye enserio estás bien? Estás muy raro.
__ Si, sólo te llevaré a la fiesta y luego iré a casa.
__ Está bien, puedo tomar un taxi.
__ ¿Segura?
__ Si, tranquilo, ve a casa a descansar, te llamaré mañana.
Y se despidió de él dejándolo en el estacionamiento, Taehyung se abrazó a sí mismo con un repentino sentimiento de un temor viejo que no podía explicar ¿por qué ese nombre le había causado esa sensación de inseguridad?
Jungkook salía de la galería y se dirigía hacia su auto, cuando vió en el estacionamiento a un castaño que luchaba con la palanca de la puerta de su auto, sonrió algo aliviado, pues pensó que había perdido la oportunidad de volver a ver esos ojos. Se acercó a él y le habló de manera suave para no asustarlo.
__ ¿Necesitas ayuda?
__ ¡Oh! Vaya, me asustaste - dijo llevándose la mano a su pecho.
__ Lo siento no quise asustarte, perdoname por favor.
__ Está bien, sólo me tomaste por sorpresa.
__ Veo que este amigo te está dando problemas. - dijo señalando el auto.
__ Ah, este vejestorio siempre me da problemas, pero no me puedo deshacer de él, fue mi primer auto y cuando lo compré ya era viejo, pero tengo sentimientos por él - dijo y soltó una pequeña carcajada.
__ Entiendo ¿Puedo?
__ Si, claro.
El pelinegro forcejeó apenas un segundo con la palanca y pudo abrir la puerta para que el castaño pudiera entrar al auto, al momento de colocar la llave... nada, trató una vez, dos veces, tres veces, pero seguía sin encender.
__ Bueno, esto es muy humillante, he tenido muchos problemas con este amigo, pero jamás había hecho eso ¿Lo puedes creer?
__ Vamos, te llevaré a casa.
*Te llevaré a casa*
*Promételo*
*Lo prometo*
*Regresa*
*Te amo*
*Te amo*
Taehyung sintió de pronto como esas palabras resonaba en su cabeza y la pregunta se hizo más clara...
__ Jungkook... ¿Por qué nombraste así a tu muestra?
__ ¿Me dejarás llevarte a casa? Si dices que sí te lo contaré, te lo contaré todo.
Se miraron un momento, Taehyung aún estaba dentro de su auto y Jungkook apoyaba sus brazos en la ventanilla del mismo asomando su rostro cerca del castaño que no debería sentirse así de seguro con alguien que acababa de conocer. Mordió su labio inferior pensando un momento su decisión, y finalmente empujó la puerta y salió de su auto quedando frente a frente uno del otro.
__ Está bien, iré contigo.
__ Eres tú, Taehyung.
__ ¿Soy yo...? No entiendo.
__ No te asustes por favor, prometo que no soy un loco pero... Eres lo que anhela mi alma, yo... ¿Tú crees en vidas pasadas?
__ No lo sé, nunca había pensado en ello, aunque mi abuela me contaba historias sobre eso.
__ Mi padre también me contaba historias, yo... yo siempre soñaba con unos ojos, o una sonrisa, o una voz que me llamaba en sueños, me pedía que lo buscara, pensaba que estaba loco. Un día mi padre me dijo que debía salir al mundo a buscar aquello que anhelaba mi alma, le contaba sobre mis sueños y él decía que era mi alma gemela que me reclamaba una promesa que había hecho en otra vida y que debía cumplir. Estando en Perú un anciano Quechua me dijo que yo debía abrir las puertas y que mi alma gemela encontraría el camino y vendría a buscarme, le pregunté cómo podría ser posible algo así, y él dijo algo que abrió mi entendimiento, "El alma nunca olvida".
__ Yo... yo no sé que decir, Jungkook, no...
__ Son tus ojos.
__ Mis ojos - repitió.
__ Al momento en que los ví... supe que eras tú - se acercó temeroso pero decidido - Mírame y dime que no sentiste lo mismo.
Decirle que no había sentido lo mismo. No, no podría ser tan hipócrita, no podía mentirle si al momento de cruzar su mirada con la del pelinegro se perdió en esos ojos que lo llamaban a quedarse junto a su dueño.
Sonrió.
__ ¿Te gusta el chocolate caliente?
Jungkook sonrió mostrando sus paletas que se asomaban encima de su labio inferior.
__ Sí, si me gusta.
__ Bien, porque será mi pago por llevarme a casa-. Dijo mientras comenzaba a caminar junto al pelinegro hacia su auto - Y sí.
__ ¿Sí?
__ Sí sentí lo mismo... Puedes contarme todo lo que has hecho en tus viajes buscándome, incluso si hubo viajes astrales - dijo en tono burlón con una sonrisa.
En una cafetería cualquiera de Seúl, dos personas que acababan de conocerse y dos almas viejas se reencontraron después de haberse buscado durante tanto tiempo para cumplir su promesa.
Jungkook y Taehyung eran el uno para el otro, y sin importar cuántas vidas tuvieran que vivir, se buscarían en cada una de ellas porque esa promesa la llevaban grabada en lo más profundo de su ser como un apéndice del que jamás podrían librarse, arraigada, en la sangre... suya y de nadie más. Se pertenecían por la eternidad.
Aquella muestra, aquella cafetería y aquella tarde sólo fueron un nuevo comienzo para una de las más hermosas historias de amor que alguna se contaron, no como en los cuentos, si no una de verdad con dos almas que se buscarían en miles de mundos y en miles de vidas.
Y el "Hasta que la vida nos vuelva a encontrar" nunca había tenido tanto sentido como en aquel momento.
__ Gracias por esperarme, cariño.
__ Gracias por llegar a tiempo a nuestra cita.
__Te amo.
__Te amo.
Hola hola cómo están, espero se encuentren bien.
Bueno decidí corregir y extender un poco este one shot porque la verdad es que nunca me gustó demasiado el final que le dí, además de que me puse a leerla y me dió un cringe 😬😬😬😂😂😂😂
Bueno espero que les guste porque yo hago esto con mucho amor y si no les gusta me muero, ahre no, mentira 😂😂😂😂
Bueno bellezas sean felices, recuerden lo que digo siempre, no le den a nadie el poder de arruinar su día, al fin y al cabo él único que puede dejar que le afecte o no lo que otros hagan, sos vos.
Les regalo mi lema
*Primero yo, después el mundo* no es egoísmo, es amor propio, mi vida.
Y recuerden siempre ir para delante, para atrás ni para tomar impulso, mi amorsh.
Besitos mil 💋
Yayita ❤️ 💖
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