*Videojuegos
— ¡Maldito cachero! —exclamo KyungSoo apretando el control de X BOX 160, totalmente enrabiado.
BaekHyun, quien estaba usando sus inseparables auriculares de Rilakkuma mientras estudiaba, enarco una ceja al verlo, suspirando con resignación.
— ¡Vete al carajo, Park! Aprende a jugar primero. —exclamo quitándose los audífonos y alborotándose el cabello mientras se levantaba de la silla.
—Kyung, necesito estudiar. — el castaño miro al pelirrojo con un puchero, intentando que entendiera. —Dijiste que solo jugarías una hora y ya llevas cuatro.
—Pues sí pero Park me reto a jugar online y sabes que no me niego a eso.
—Y ya sabes que siempre te enojas cuando juegas con él, ¿Por qué aceptaste si ibas a terminar gritando?
— ¡Es su culpa por no saber jugar! — y KyungSoo volvió a alterarse, arrojando el control al sofá.
—Lo que sea, ¿Puedes dejarme estudiar ahora?
— ¿Qué vas a estudiar? —el chico de labios gruesos se acercó a él, pasándole un brazo por el cuello.
—Ingles.
KyungSoo silbo con asombro, corriendo la silla para sentarse a su lado. — ¿Por qué no me dijiste que te ayudara?
BaekHyun lo miro con el ceño fruncido, sobando su cien. —Kyung, lo hice, antes de que te pusieras a jugar y me dijiste que lo harías.
—Oh.
—Sí, oh.
—Bueno, puedo ayudarte ahora. —KyungSoo tomo los apuntes de BaekHyun, hojeándolos y seleccionando lo más importante para empezar. — ¿Cuándo es el examen?
—En unas horas. — respondió sobando de nuevo su cien.
— ¿Qué? ¿En serio tan pronto? ¿Por qué no me detuviste? —exclamo levantándose para ir por su móvil, que había dejado en la mesa frente a la televisión. —Joder, es tardísimo.
Baek se encogió de hombros, riéndose por las caras que hacia KyungSoo mientras corría por sus apuntes y se sentaba a su lado.
— ¡Solo tengo dos horas para estudiar! —abrió rápidamente sus libros, mirando con extrañeza como BaekHyun cerraba su cuaderno y se levantaba. — ¿A dónde vas?
—A dormir, duh. Quiero dormir unas buenas dos horas antes de ir a rendir mi examen. — el castaño se le acerco, dándole un buen beso en los labios. —Suerte, cariño. — y se marchó, dejándolo con los labios hinchados y la música de su videojuego de fondo.
Solo pudo gruñir y maldecir a Park por quitarle tan preciado tiempo.
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