Capítulo 22. Hacia la luz

Estás inquieta. No sabes qué hacer. Has quedado con Katakuri, pero el miedo está presente en ti. Lucci te iba a ayudar a buscar al responsable de todo esto. No parabas de caminar de un lado a otro de tu habitación. Luego te sientas en la cama agarrando tu cabeza con las manos. Esto es desesperante para ti.

Tú móvil no deja de recibir notificaciones. Seguro que es ese tipo. Sólo deseas que el tiempo pase rápido y todo acabe pronto. No quieres sentir miedo. Ya ese sentimiento no lo quieres experimentar.

El timbre sonó. Solo esperas que sea un amigo y no un enemigo. Ibas bajando por las escaleras lentamente para no hacer el mínimo ruido. No quieres llamar la atención. En vez de ir directamente a la puerta de la entrada, vas al salón apartando la cortina para mirar a través de la ventana.

Un alivio sientes porque quién está delante es Smoker.

Ahora sí que te sientes segura en abrirle.

—Oye, ¿estás bien? Te noto angustiada —dijo él porque tú agarras su muñeca para que entre en la casa.

—Smoker... tengo que decirte algo.

—... Dime, por favor, que no te has metido en la empresa.

—No —lo niegas—. Es... mucho peor. Y no puedo ocultarlo porque tengo mucho miedo.

Ahora Smoker se puso más serio. Te obliga a sentarte con él en el sofá. Él está preparado para recibir esa noticia que tanto te atormenta.

—Alguien me acosa. Esa persona... me obliga a estar con esos hombres —dices—. Está mañana estuve con Katakuri y, en el parque, me encontré a Lucci. Él me dijo que me ayudaría a buscar al responsable.

—¿Por qué no me lo has contado antes? —te riñe.

—¡Porque tengo miedo! —alzas la voz—. N-Nunca me sentí tan... indefensa. No sé qué hacer. Yo no quiero esto... Yo...

Lágrimas se apoderan de tu rostro. Smoker entiende tu situación y no quiere verte en este estado. Y tampoco la opción es gritarte. Él va limpiando tus mejillas con sus dedos para que no siguieras llorando. Esos ojos cafés te transmiten mucha paz. Muchas veces has pensado en besar a ese hombre atractivo y no lo haces por respeto. A lo mejor Smoker no es un hombre que está buscando una mujer.

Otra notificación. Ahí Smoker no se resistió en agarrar tu móvil para ver qué mensajes estás recibiendo. Definitivamente no se puede ver quien es el remitente.

—¿Lucci? ¿El agente secreto del gobierno? —Tú asientes levemente—. Bueno, él tiene mucho conocimiento. Pero también quiero ayudarte.

—... Rosinante también es un agente.

—Lo conozco. Le puedo pedir que me ayude a averiguar quién te está atormentando —habló con mucha seguridad—. Pero no quiero que vayas a ningún sitio.

—¿Tengo que cancelar mi cita con Katakuri? —preguntas. Smoker te mira con seriedad—. Eso es un sí.

—Quiero asegurarme que estés bien —aclaró—. ¿Quieres que hable con él?

—¿Lo harías por mí?

—Quiero tu bienestar.

Sí, es lo mejor. Tú asientes levemente aceptando la propuesta de Smoker. El peli-blanco buscó el número de Katakuri que lo habías guardado con anterioridad y no dudó en llamarlo. Aquel hombre, el tercer hijo de Big Mom, respondió enseguida a la llamada.

Tú estás atenta ante la conversación entre ellos dos, incluso Smoker puso el altavoz para que lo escuchara todo. En un principio, a Katakuri no le hacía mucha gracia que un hombre lo esté hablando en nombre de ti. Sin embargo, cada palabra que escuchaba, más se preocupaba por ti; preguntó por ti y a lo que tú respondes. Katakuri dijo que te quiere ayudar porque no quisiera que te suceda nada.

Te estás dando cuenta que los hombres te tienen respeto. Tus ex clientes te valoran como mujer y no todo lo contrario. El apoyo de ellos es muy importante. No lo has valorado hasta ahora. Te sientes protegida.

—Descuida, averiguaremos al tipo —la consoló.

—Gracias —tú susurras.

—La próxima vez cuéntame las cosas. Realmente me preocupa. —Sus dedos tomaron un mechón de tu cabello.

Ese gesto ha hecho que te pusieras nerviosa y desvías la mirada a un lado. La vergüenza se apoderó de tu ser. Smoker rio por lo bajo porque tomó un gesto dulce y tierno. Mientras va enviando toda la información a su móvil para mandárselo a su mano derecha, Tashigi. Le pidió de favor que buscara toda la información y que se pusiera en contacto con Rosinante. Debe protegerte a toda costa.

Sus caricias te calman muchísimo. Poco a poco tus ojos se iban cerrando. Tu cuerpo se relajó por completo. Puedes sentir la respiración de ese hombre cerca de tu rostro. Tú no evitas sonrojarte de golpe e incorporarte de tu sitio. Debes prohibirte tener malos pensamientos con él.

—Sabes bien...

—Lo sé —interrumpes—, pero tú cercanía está haciendo que lata mi corazón muy deprisa.

—Siento si estoy provocando eso en ti —se disculpó.

—Es que... nunca me sentí así —confiesas—. Que a un hombre le importa de verdad.

Smoker parpadeó unas cuantas veces los ojos para retener la información. Un suspiro soltó, entendiendo perfectamente a lo que te refieres.

—No quiero que pienses que estoy interesado en ti. Solo me preocupo por todas las cosas que te han sucedido. Eres muy frágil.

—Lo sé y agradezco tu sinceridad.

—Te prometo que atraparemos a ese tipo y te dejará en paz. Por ahora, descansa. Yo estaré aquí.

Tú asientes levemente y te levantas del sofá para caminar en dirección a tu habitación. Smoker no te entregó el móvil porque quiere asegurarse de que no te preocuparas tanto. Un hombre con buenas intenciones. Una sonrisa tonta surge en tus labios pensando en las posibilidades de casarte con alguien así.

Sin embargo, una pregunta apareció en tu cerebro. La cuestión de la razón de que tu acosador sienta obsesión hacia ti. Siempre has tenido la sospecha de que puede ser uno de tus clientes. ¿La verdad? No lo sabes concretamente.

Sin darte cuenta, pasas por delante de la puerta de tus padres. Siempre está cerrada porque no quieres revivir esos malos recuerdos. Desde que falleció tu madre, nunca has tenido el valor de entrar. Creo que ha llegado el momento de afrontarlo.

Con la mano temblorosa, abres el pomo de la puerta. La puerta chirría. Lleva mucho tiempo cerrada. La habitación está oscura, así que enciendes la luz. Aún sigue siendo lúgubre. No te acuerdas de la última vez que compartieron la cama. Eso fue hace mucho tiempo cuando tu madre enfermó. Tu padre se quedaba en el escritorio con la cabeza gacha sin tener idea de qué hacer. Esos papeles todavía están sobre el escritorio esperando a que los ordenes.

Tus pies se mueven con lentitud hacia la mesa. Son tantos papeles difíciles de distinguir. Ojalá tu padre estuviese aquí para apoyarte en una decisión tan drástica. Al mover un poco esos documentos, una carta sobresale de su escondite. Una carta dirigida a ti. Tus cejas fruncen con extrañeza y no dudas en cogerla y abrirla. La letra es de tu padre. El escrito dice:

"Mi querida hija,

Sé que esta carta te sorprenderá y quizás te enfadarás conmigo por no haberte dicho nada antes. Pero te ruego que me escuches con el corazón abierto y que no me juzgues con dureza. Hay cosas que no son fáciles de explicar ni de entender, pero que tienen un motivo y un propósito.

Hace unos años, cuando tu madre empezó a enfermar, me vi en una situación desesperada. Los médicos me dijeron que necesitaba una operación muy costosa, y que no había garantías de que sobreviviera. No tenía dinero suficiente, ni nadie que me ayudara. Estaba solo, y no sabía qué hacer.

Fue entonces cuando recibí una amenaza que me aterrorizó y me paralizó. Un hombre misterioso se acercó a mí y me dijo que me ofrecería dinero, a cambio de una cosa: a ti.

No te imaginas el horror que sentí al escuchar sus palabras. No podía creer que alguien fuera capaz de hacer una extorsión tan monstruosa. No podía creer que yo mismo estuviera a punto de ceder ante ella. Pero estaba desesperado, y no veía otra salida.

Pero al final, mi amor por ti fue más fuerte que mi miedo. No podía traicionarte, no podía entregarte, no podía perderte. Te quería más que a nada en el mundo, y no iba a dejarte ir. Así que decidí enfrentarme al hombre, y averiguar qué era lo que sabía sobre ti. Qué era lo que te hacía tan especial, tan única, tan milagrosa. Sus intenciones son casarse contigo porque desde hace mucho sintió una fuerte obsesión en ti.

No te asustes, no te sientas diferente ni menos humana. Tú eres tan real y tan valiosa como cualquier otra persona. Tú eres mi hija, y te quiero con todo mi ser. Tu madre también te quiso desde el primer momento, y nunca supo la verdad. Ella te dio el amor y el cuidado que necesitabas para crecer y desarrollarte.

Pero ahora que ella se ha ido, y que yo estoy a punto de seguir su camino, siento que debo contarte todo. No quiero que vivas engañada, ni que te sientas sola o perdida. Quiero que sepas quién eres, de dónde vienes y qué puedes hacer. Quiero que sepas que eres especial, que eres única, que eres un milagro.

En estos papeles que ves sobre la mesa, encontrarás toda la información sobre el hombre que te amenazó, lo que sabía sobre ti, y lo que hice para protegerte. Te pido que los leas con calma y con mente abierta. Te pido que no los destruyas ni los compartas con nadie. Son un secreto que solo tú y yo conocemos, y que debe permanecer así.

No sé qué harás con esta información, ni cómo te afectará. Tal vez te sientas confundida, enfadada, triste, curiosa, orgullosa o agradecida. Tal vez quieras buscar a otros como tú, o tal vez prefieras seguir tu vida como hasta ahora. Sea lo que sea, quiero que sepas que yo siempre estaré contigo, en tu memoria y en tu corazón. Quiero que sepas que te respeto y te apoyo, sea cual sea tu elección. Quiero que sepas que te deseo lo mejor, que seas feliz y que hagas el bien.

Te quiero, hija. Siempre te querré.

Tu padre."

Las lágrimas bañan tu rostro. Tu padre huyó por miedo y vergüenza, no porque no os quisiera a tu madre y a ti. Para colmo, él también estaba enfermo y tomó la decisión de irse de vuestras vidas. Sujetas la carta con fuerza sin desecharla.

Él habló de un casamiento con un hombre desconocido. ¿Será el mismo que te está acosando? Tus manos se pusieron a buscar los papeles que citaba en su carta. Te estremeces al ver fotos tuyas con tus padres cuando salían o cenaban en un restaurante. Te persiguió desde el principio. Nunca perdió el interés en ti. El tipo se obsesionó contigo. ¿Por qué?

Con cada hoja y foto que revisas, más te estremeces. Y te topas con un cheque de una suma de dinero exagerada. Y aparece el nombre de esa persona.

Spandam.

Coges rápidamente toda la documentación y te diriges corriendo al salón, provocando un estruendo que llama la atención de los vecinos. Das pasos nerviosos. Smoker se levanta porque se asusta mucho y, con los ojos como platos, ve todos esos papeles.

—¡Creo que encontré a mi acosador!

—¿Cómo? —preguntó incrédulo.

—Mi padre no nos dejó por problemas de dinero o por el estado de mi madre, nos dejó porque una persona le pagó dinero para salvar a mi madre a cambio de mí —contabas, dejando la documentación en el escritorio—. Todo está ahí.

Smoker examinó las pruebas. Sí, era evidente que se trataba de la misma persona porque no podía haber dos personas distintas. Sus ojos marrones se fijan en el nombre: Spandam.

—No puede ser —murmuró.

—¿Lo conoces?

—Es un agente secreto del Gobierno, como Lucci. Ese cabrón... Ya sabía que no se podía confiar en él. Nadie lo soporta.

—¿Y por qué a mí? —preguntas incrédula.

—No tengo respuesta para eso, pero tenemos pruebas de sobra para acusarlo —respondió—. ¿Cómo estás?

—Confundida y... No lo sé... Mi padre intentó protegerme antes de aceptar esa suma de dinero. No puedes contener las lágrimas.

—Recuerda que él siempre ha valorado tu seguridad.

No debes temer. No estás sola en esto. Ahora podrán culpar a tu acosador.

Estás a salvo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top