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Con las mejillas pintadas de color carmín y tambaleantes pasos México se dejo caer en su cama, hundiéndose entre las cobijas de tigre en un intento de calmar el frío que invadía su cuerpo, los escalofríos lo habían atormentado durante la ultima semana pero, el mexicano siempre testarudo decidió que no era para tanto, que aún podía seguir trabajando unos cuantos días más, sin embargo su plan se vio frustrado cuando lo regresaron ese día a casa por tener tan mal aspecto. México tomó un pañuelo de la cajita que estaba aún lado de la cama y un nuevo esturnudo se hizo presente causando que el dolor de cabeza de la nación creciera, el pelinegro hundió su rostro en la almohada susurrando leves maldiciones.
Los ojos del mexicano se empezaron a cerrar y cree que por fin tendrá un agradable descanso pero justo cuando esta por caer en los brazos de morfeo la puerta de habitación se abre dejando ver a España.
ㅡHijo ㅡsusurró el español acercándose a la cama del menorㅡ tenéis visita ㅡMéxico no responde, suelta un quejido de dolor y el castaño acaricia el cabello del latino con compresión, en esta ocasión el latino no se queja, dejandose dar mimosㅡ, entiendo, le diré a Estados Unidos que se vaya.
México abrió los ojos tan rápido como pudo tomando por el brazo al mayor, por un instante olvida que esta enfermó e intenta levantarse, cosa que su padre impide formulando un pequeño regaño.
ㅡ¿Estados Unidos esta aquí? ㅡpreguntó con los ojos brillozos y una leve sonrisa en los labios, tiene que tiempo que no ve a su pareja, por lo menos no en persona.
ㅡPense que no querías visitas.
ㅡEspaña...
ㅡPadre ㅡcorrige el europeoㅡ, si tanto lo quieres ver le diré que pase.
La sonrisa en el rostro de México se hace un poco más notoria y parte del rojo que se ha apoderado de su rostro ya no se debe del todo a la fiebre. España sale de la habitación, poco tiempo después de alcanza a ver la figura de la persona que México ha esperado ver por días pero, antes de que pueda pasar el marco de la puerta el latino decide hablar.
ㅡNi se te ocurra dar un paso más ㅡamenazó el mayorㅡ este lugar esta llego de virus y tú tienes trabajo en (nuestra) casa.
Estados Unidos mordió su labio y bajo los hombros antes de seguir caminando, México suspiró pesadamente y a pesar de todo es incapaz de ocultar la felicidad que le genera ver al menor. Se levantó un poco de la cama recibiendo nuevamente un regaño.
ㅡTe hice sopa ㅡanunció Estados Unidos orgulloso mostrando un pequeño plato que traía en una bandejaㅡ, España no quería que la trajera decía que ya tenías suficiente con la fiebre.
El menor sonríe antes de acercarse más al mayor y poner la bandeja sobre las mantas de la cama, México lo mira atentamente aunque sus ojos pesen y tenga una fervientes ganas de dormir. Es incapaz de saber si aquel guiso tiene un buen olor o si quiera si sabe bien pero la forma en la Estados Unidos pone la cuchara sobre sus labios mientras le relata lo mucho que se esforzó en hacerla compensaría el mal sabor de todas formas.
ㅡNo te merezco ㅡdijo antes soltar un estornudo demasiado fuerte, Estados Unidos susurra un "shhh" antes de llevar otra vez la cuchara a los labios del moreno.
ㅡTe ves pálido ㅡmasculló el rubio, México nota entonces que los ojos color cielo de su pareja se notan preocupados.
ㅡEstoy prieto.
El estadounidense frunce el ceño al escuchar eso, deja el plato sobre la bandeja y utiliza sus manos para cubrir las regordetas mejillas del mayor, ninguno dice nada por un par de minutos, solo se miran como si trataran de adivinar que piensa el otro por medio de sus ojos.
ㅡLamentó no haber venido antes.
ㅡNo debiste venir.
Las palabras fueron atropeyadas por las del otro, ambas naciones se miraron con sorpresa o en caso de de Estados Unidos desagrado, el rubio parecía haber escuchado la peor grosería del mundo.
ㅡSoy tu novio ㅡse apresuró a decir con determinación.
ㅡY yo el tuyo ㅡagregó el mexicano con la voz tan ronca que apenas se puede escucharㅡ, no quiero que te enfermes o te preocupes.
Estados Unidos suspira.
ㅡTe amo ㅡMéxico desvió la mirada al escuchar eso, sin darse cuenta vuelve a sonreír con torpezaㅡ y cuando te enfermes yo seré quien te cuide, no podría apartarme ni un solo segundo de ti, mi amor.
El rubio se acerca más al rostro de su pareja tanto que puede sentir su respiración acelerada al igual que el calor que emana su cuerpo por el resfriado pero, antes de tenga el privilegio de darle un beso México le da un ligero empujón.
ㅡ¡Ni en tus sueños más locos me vas a besar hoy!
Estados Unidos se recargo sobre sus rodillas, haciendo un puchero que ante los ojos de México le robo el escaso aliento que aun teníaㅡ Pero amor, vine desde muy lejos y...
ㅡ¡Tú y tus dobles intenciones! ㅡse quejo el mayor con las orejas rojizas de los nervios, empezó a patelear en la cama con el suficiente cuidado de no tirar la sopa que le había hecho su amado.
ㅡPero México, no me importa si estas enfermo ㅡsusurró con calidez el menorㅡ no me importa si me enfermo, lo vale.
Antes de México se pudiera seguir quejando sobre la poca prevención de Estados Unidos sintió algo cálido chocar contra sus labios, el beso sabe jarabe de fresa o al postre más delicioso que haya probado en su vida, siente que de repente sus malestares se han ido y fueron reemplazados por un montón de mariposas que ahora revolotean en su estómago.
ㅡTe amo, México
La nacion latina sonríe como lo ha hecho desdé que llego el rubio, siente su cuerpo temblar por algo más que los escalofríos y su corazón martillea con tal fuerza que piensa que en cualquier momento se detendrá.
ㅡY-y yo te amo a ti.
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