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ㅡTe voy a demandar por abusos psicológicos.
Con el ceño infantilmente fruncidó y un mohín en los suaves labios Estados Unidos cruzó sus brazos sobre su pecho fingiendo indignación por tal comentario, cerró los ojos y alejo su asiento de la mesa causando un rechinido que México no pudo pasar por alto, Estados Unidos podía ser realmente caprichoso a veces.
ㅡAmor... ㅡdijo el de cabellos negros son suplica siendo rechazado por el silencio del rubioㅡ. Solo dale una mordida.
ㅡNo quiero.
ㅡPero cocine con mucho cariño para ti, no puedes dejar mi comida así, a ti te encanta.
Estados Unidos abrió un ojito mirando un curiosidad el plato de hot cakes y la rebanada de pastel que había en la mesa, claro que quería probar lo que había hecho México pero, no podía dejar las cosas así, debía resistir un poco más, con todo el dolor del mundo se obligó a decir las siguientes palabras:
ㅡAún así no quiero.
México suspiró cansado, se levantó de su lugar y miro la comida con cierta tristeza.
ㅡEn ese caso creo que le puedo cocinar a alguien más.
Abriendo sus ojitos con sorpresa y tristeza el menor apenas es capas de abrir su boca dejando salir un gemido de verdadero dolor, seguido de lo que probablemente iniciaría otro de sus 'berrinches'.
ㅡ¡Pues ve a cocinarle a Canadá! ㅡgritó dolido y en vez de causar enfando en México, el mayor sonrió divertido.
ㅡ¿Estas celoso de tu hermano?
Estados Unidos hizo un puchero y se apresuró a negar, fingiendo inocencia. El latino volvió a sentarse esta vez de un mejor humor, a pesar de todo jamás le dejaron de divertir los berrinches del gringo aunque esta vez fue algo diferente a todas las anteriores, el estadounidense jugó un poco con sus manos sin levantar la mirada, se notaba que estaba desanimado.
ㅡ¿A-a ti t-te gusta?
ㅡ¿Quien, la hojita de maple?
Los ojos de Estados Unidos picaron al instante amenazando con empezar a llorar, incluso había dejado salir un gruñido de molestia por ese sobre nombre tan cariñoso, México trago saliva casi al instante dándose cuenta de tal vez no había sido la mejor idea llamar así a Canadá.
ㅡGordito...
ㅡEsta bien, esta bien lo entiendo él te gusta porque es bonito, delgado y porque es mucho mejor y más interesante ¿no?
Para ese momento México ya se había levanto de su lugar para poder acercarse al menor, el norteamericano se inclinó frente a la silla de Estados Unidos recargando su cabeza sobre el pecho del rubio, tratando de calmar a su celoso novio.
ㅡEso no es verdad.
ㅡClaro que lo es ㅡsusurró el rubió con la voz entrecortada y los ojitos brillosos.
ㅡEstados Unidos ㅡdijo dulcemente el mexicano levantándose del suelo para envolver en un cálido abrazo al más altoㅡ Yo te quiero mucho, no deberías estar celoso de los demás, en mi corazón no hay lugar para alguien que no seas tú ¿lo recuerdas, verdad?
Estados Unidos sonrió sintiendo un pequeño rubor subir por sus mejillas.
ㅡEsa es mi frase ㅡdijo con timidez.
ㅡPero yo quiero usarla también.
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