Introducción
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Los preciosos gráficos son gracias a nyx_fanfic de Editorial_EyesKoo
¡Me han fascinado, muchas gracias!
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La navidad se estaba acercando y ninguno sabía nada del otro, nuevamente estaban solos, otro año sin saber nada del otro, triste era recordar el como se enteraron que eran destinados y fueron separados, ambos en lugar de asistir a las fiestas de navidad lloraban hasta dormirse en su acolchada camita en un nido improvisado -por parte del Omega- junto a un peluche al cuál llamo Tata por su TaeTae; Mientras el otro dormía con su peluche de Cookie, así fue y era todo el tiempo.
Al llegar a los veinte años, Tae quería ir por su Omega pero, si se lo robaba, ¿Cómo iban a sobrevivir sin dinero y casa?
Por esto Tae no lo busco a sus veinte años, triste para Kookie que esperaba años a su lindo pelinegro y no llegaba por él, aveces pensaba que moriría sin él y es que fueron apartados cuando ambos se enteraron de ser destinados y justo cuando TaeTae había tomado la iniciativa de conquistar el corazoncito del jovencito Omega, aunque no sabía que este ya lo tenía más que ganado, fueron apartados.
Hoy era diecisiete de diciembre, un día como cualquier otro para ambos, pues cuando estaban juntos era un día especial, cada día, cada hora, cada minuto y cada décima de segundo era completamente especial para ambos —en ese entonces— pelinegros.
TaeHyung salía para comprar los víveres de la semana y poder tener suministros durante toda la navidad que pasaría solo en su departamento. Las nevadas comenzaban a penas y eso dificultaba un poco transitar por las calles que estaban mojadas un poco por el hielo.
Definitivamente la mejor época del año, no para Tae, pero si para los niños y uno que otro adulto.
Al llegar a la tienda de conveniencia, aparco y coloco la alarma del auto al salir y entro a la tienda.
Unas dos horas más tarde estaba guardando sus compras en la parte trasera del Mercedes y continúo su camino a casa, tal vez debería dejar atrás a su pequeño Kookie y cortejar a algún Omega, pero su lobo refunfuñaba ante la tonta idea de su humano y mejor estaba bien así, solo. Si iba a Estados Unidos —New York, para ser exactos— ¿Dónde buscaría a su Omega? No tenían contacto con su familia —al menos eso le dijo su mamá, él lo creía y confiaba en la mujer Omega—
Suspiro mientras terminaba de llegar al fraccionamiento privado donde estaba su apartamento, pensar en Kookie le distraía y en menos de lo que esperaba ya estaba frente a cualquier lugar al que se dirigiera.
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Un peli rojo estaba a mitad de día, yendo y viniendo de pasillo en pasillo del hospital donde trabajaba, ayudando a los doctores de su área pediátrica, pues un pequeño niño había sufrido un accidente, buscaba a su padre, un cirujano pediátrico, Kim Seokjin.
Cuando lo encontró la indico los hechos, siendo Seok el único disponible —sí eso no contaba que estaba atendiendo a pacientes—. Algunos, bueno la mayoría estaba en un quirófano o estaba dando clases y estos eran muy gruñones al ser interrumpidos, pero contaba con Jin.
— ¿Estado del paciente y edad? — le pregunto —
— Inconsciente, una barra de metal la tiene incrustada en una costilla asternal, por suerte no llego a su pulmón. — le dijo al entregarle una carpeta que otro enfermero le llevo — Tiene nueve años.
— Reserva un quirófano, ¿Los padres? — volteó a verlo — Necesito el consentimiento de ellos.
_ Sus padres murieron en el accidente, cuando las ambulancias llegaron ya era demasiado tarde — bajo la mirada y su padre le golpeó el hombro con suavidad para que no se sintiera mal —
— Bien, entonces reserva el quirófano y me acompañarás en la cirugía, necesitaré a otros tres, elije tú — le dijo con una sonrisa para luego acomodar sus anteojos, Kookie le devolvió la sonrisa y asintió —
La operación duro unas ocho y casi nueve horas, pero con éxito en dicho procedimiento, había sido de lo más agotador estar asistiendo a su padre y superior profesional, tuvieron que poner una costilla que reemplazará a la que se había fracturado y también hubo mucha perdida de sangre —por no decir que el pequeño niño casi se les va al otro mundo—.
No tenía guardia hasta el día domingo, tal vez pasaría a ver a su madre y luego iría a la casa que había comprado cuatro meses atrás, aún no estaba del todo muy amueblada, iba de a poco comprando sus muebles y también esperaba pronto comprar otro auto.
Kim Jungkook, era todo un Omega adulto e independiente de ningún alfa —al menos tenía apoyo de su padre en ciertas cosas— admitía que aún tenía cierto amor por su mejor amigo, suspiraba por su pelinegro y a veces miraba el álbum de fotos de su mamá, de cuando era un cachorrito y encontró una foto de él con su alfita, se la llevó sin que su madre se enterará y la enmarcó para colocarla en su mesita de noche, donde también estaba su peluche de Tata, que ya había perdido el leve olorcito a pinos y frescura de agua de mar.
Tal vez iría para navidad a casa de Carson, su mejor amigo de la fraternidad, un Alfa que no lo veía con ojos de amor como otros lo habían y han hecho aún.
Su padre estaba de exigente que ya necesitaba a sus pequeños nietecitos corriendo por el hogar, pues Jimin —el hermano menor de Kookie— estaba en cinta a la espera de un cachorro con su Alfa y esposo destinado. Jinnie era alguien muy paternal y sobre todo consentidor con los niños, aún lo era con sus cachorros; su manada crecería y eso le enorgullecía, era un excelente padre, buen Alfa y también un gran médico.
Cuando llegó a su casa su celular vibro y el tono de llamada se hizo presente, era su madre que hablaba para seguro decirle que los visite en la cena de Noche Buena y tal vez quedarse hasta después de Navidad. Contesto y escucho rápidamente a la mujer.
— Kookie hijito, ¿Vendrás a la cena de noche buena? — pregunto —
— No se mamá, estoy pensando en salir con un amigo — respondió, la mujer chillo emocionada pensando que su hijo tenía un Alfa que le cortejara — Deja de hacer suposiciones, Carson solo es mi mejor amigo — dijo, la mujer suspiro —
— Hijito deberías salir a citas, eres demasiado bonito y puedes conseguir un buen Alfa — le dijo — A tu padre y a mí nos gustaría que conocieras a alguien, en navidad. Para ser sincera, es un buen Alfa y creo sería el correcto para ti — le menciono por lo bajo — Y tal vez, quien sabe, podrían llegar al matrimonio — susurro —
<<Él único correcto es Tae, mi alfita.>>
Pensó tanto su omega como él, sonrió inconscientemente, pero luego de lo último le gruño a su progenitora, la cual trago saliva por su atrevimiento de hablar sobre matrimonio.
— No mamá, no me interesa por el momento, sea quien sea — negó al acostarse en su cómoda cama —
— Kook, bebé deberías conocerlo, él es muy guapo, alto y además es profesor en una prestigiosa universidad — le dijo con algo de esperanza — Es un Alfa amable, atento y muy amoroso. Llevas tanto tiempo soltero que hasta a tu padre y a mí nos preocupas — le dijo —
— Mamá, en serio no creo que sea algo necesario tener pareja — mintió, pues muy en el fondo deseaba una, más siempre su lobo pedía por el pelinegro — No me esperes en la cena de Noche Buena y navidad, saluda a Jimin y Yoonie de mi parte — le dijo para después colgar y no dejar que la mujer Omega hablara —
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Al otro lado del mundo, en Corea, un Alfa de cabellos azabache tenía un fuerte enfrentamiento con su padre pues querían desposarlo para navidad a un Omega que no conocía y que no quería, entre gruñidos del alfa menor, mientras el mayor le daba sermones por no tener Omega; pues su hermano menor y mediano ya tenían pareja, uno ya se había casado y el otro se casaría después del nacimiento de su cachorro.
¡Ah, que família más insistente tenía!
Tal vez debería ir a New York por su amor de infancia y destinado Omega, además su hermano menor vivía con su Omega en New York, tenía tanto sin verlo, aprovecharía la oportunidad y así se libraba de conocer a un Omega fastidioso y su apestoso aroma.
Luego de que su padre le dijera que iba asistir a la cena de Navidad junto a ellos y conocería al Omega que le presentarían, Namjoon colgó la llamada haciendo que su alfa gruñera y quisiera destrozar todo.
¡Ya era un adulto!, ¡Por amor a la Luna!.
A veces es mejor calmarte y pensar con claridad, detenerte a pensar en todo, más Taehyung estaba iracundo y no pensaba con claridad, ya era dieciocho de diciembre por la madrugada y el buscaba en su ordenador un vuelo a primera hora para salir del país. No se quedaría en Corea para conocer a un Omega cuyo nombre no le habían dado, cuya persona no conocía y mucho menos quería.
Con la maldita adrenalina recorriendo su cuerpo y cada rincón de su ser, busco una maleta y coloco unas mudas de ropa, abrigos, bufanda, guantes, gorrito, boxer, pantalones, camisas, perfume, calcetas y dentífrico. La maleta se llenó de casi la mitad de sus pertenencias.
Encontraría a su Omega y le diría cuanto lo ama para que esté volviera a su lado, esperaba que dicho Omega no estuviera siendo cortejado por nadie y que no tuviera Alfa, porque Kookie de seguro estaba mucho más bonito que cuando eran unos cachorritos, no tenía pruebas pero tampoco dudas que su omeguita destinado era una chulería de persona.
Y es que no se equivocaba, el lazo espiritual, nunca miente.
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Pequeña introducción de todo lo que pasará a continuación, será algo muy corto y crudo, creo.
Espero que mi fic sea de su agrado, tal vez demasiado después se me ocurrió escribir un fic sobre Navidad, pero sinceramente no tenía mente para más y justo recién se me ocurrió.
A las personitas que se quedan a leer, muchas gracias, espero puedan disfrutar de esta obra tanto como yo al escribirla.
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