Capitulo 04

Conducir no era un problema para Jimin, a excepción a ese día en particular, faltaban pocas horas para que la navidad comenzará, y por supuesto no era como si las calles estuvieran tranquilas en ese preciso momento, en cuanto lograron llegar en el vehículo hacia el centro de la ciudad, el tránsito de los vehículos era sumamente lento, tan lento que inclusive si estuvieran en una competencia contra una tortuga y un caracol, el caracol les ganaría, arrebatándoles el segundo lugar, y ellos quedarían como últimos. Jimin soltó un largo suspiro, esto debía de ser una broma.

Las calles estaban recubiertas por una fina capa de nieve, las personas iban y venían de un lado a otro, cajas grandes envueltas en distintos colores y decoradas con enormes moños brillantes desfilaban en las manos de las personas, los adornos navideños decoraban las tiendas, además de los árboles que se burlaban de ellos por tener que buscar uno que estuviera a la venta, Yoongi rodo los ojos al ver la primera tienda de juguetes que pasaban, en el centro de la misma se encontraba un enorme árbol navideño, decorado con esferas rojas y doradas, lleno de moños y pequeños juguetes como esferas.

Yoongi deseaba con todas sus ganas poder pasar esa tienda desapercibida, pero la lentitud del vehículo no le estaba ayudando en nada.

—¿Qué no puedes ir más rápido? —mascullo el de piel de porcelana, llamando de ese modo la atención del conductor quien de inmediato apretó el volante en sus manos con fuerza.

—Por si no lo has notado —menciono Jimin con la poca paciencia que le quedaba—, estamos varados aquí en el tráfico —Yoongi rodo los ojos.

—¿De verdad? —pregunto Yoongi fingiendo sorpresa en su rostro, cosa que molesto a Jimin—. ¡No me había fijado! —Yoongi regreso la mirada a la ventanilla—. Hubiéramos evitado todo esto si no fuera por tu estupidez.

—¿Mi estupidez? —Jimin no podía creer lo que escuchaba—. Por si no lo recuerdas, tu fuiste quien empezó con la pelea.

—Y bien que te encanta seguirme el juego, ¿verdad?

—Eres... —Jimin soltó un bufido, estaba cansado de discutir con alguien como Min Yoongi—, olvídalo, ahora concéntrate si ves una maldita tienda en donde vendan árboles.

Yoongi rodo los ojos mientras miraba a la ventanilla, si fuera por él, no le brindaría ni la más mínima ayuda para poder buscar ese bendito árbol, pero no lo hacía por él, sino por su padre, quien definitivamente lo mandaría a apalear nieve de las carreteras si es que no le brindaba ayuda a Park, no tenía muchas opciones, era mejor buscar una árbol de navidad, a tener que apalear nieve durante casi todo el invierno, porque sí, su padre era capaz de hacerle eso si es que no regresaban con el árbol, no sabía si acaso Jimin tendría un padre capaz de hacerle lo mismo, aunque conociéndolos, seguramente estarían de acuerdo con ello.

Las personas cruzaban la calle con poco cuidado, después de todo era nochebuena, y la mayor parte del tiempo las personas son buenas en nochebuena, a excepción de algunos conductores, Yoongi era capaz de echarles el vehículo encima, y Jimin también si es que llegaba a desesperarse, pero no era momento para perder los estribos, necesitaban ese árbol navideño y pronto, Jimin volvió a poner en marcha el vehículo.

—¿Cómo es que no puede haber un maldito árbol a la vista? —mascullo por lo bajo.

—Es nochebuena, genio —dijo Yoongi—, no sé ni porque aceptamos esto, los árboles son escasos en este día.

—¿Por qué lo dices? —Jimin detuvo el automóvil, de nuevo.

—Porque muchos idiotas les gusta comprar y decorar en nochebuena, y eso incluye el árbol navideño —soltó un bufido—, ahora somos parte de los idiotas.

—Pero ya eras parte de ellos —Yoongi apretó la mandíbula y miro hacia Jimin quien tenía una pequeña sonrisa en su rostro—, eres el rey de todos ellos.

—Sí yo soy el rey, tú eres el emperador —Jimin rodo los ojos—, ¿qué es eso?

Jimin dejo de mirar a Yoongi para percatarse de lo que había visto, y entonces allí lo vio, era el lugar en donde vendían los árboles naturales, y había... nada.

—¿Por qué está cerrado? —pregunto Jimin.

Después de aquello, Jimin volvió a poner en marcha el vehículo, y para su fortuna, logró encontrar justo frente a ese tienda, un lugar en donde poder estacionarse, y en cuanto lo hizo, ambos chicos salieron del vehículo para caminar hacia la acerca y poder apreciar mejor el sitio, lo conocían, era el negocio del señor Oh, ese hombre le gustaba siempre vender plantas y en navidad se encargaba de la venta de árboles navideños, pero ahora el negocio estaba cerrado, pero Yoongi noto que en el suelo había rastros de aserrín y pequeñas hojas delgadas de pino, además había un tenue aroma fresco del bosque, pero ¿por qué estaba cerrado?

Mientras que Yoongi miraba los rastros de los árboles, Jimin se percató de que cerca de la reja que les impedía el paso había un letrero, era pequeño, de inmediato se acercó hacia ella y entonces lo leyó.

"Estimado cliente, me temo que los árboles se han agotado, gracias."

—Esto debe ser una broma —menciono Jimin, Yoongi en cuanto lo escucho no dudo en caminar los pasos que le faltaban para ver lo que Park leía, en cuanto llegó a su lado, no dudo en darle un pequeño empujón con el hombro para apartarlo—. ¡Oye!

—Cállate —relamió sus labios y observo aquel letrero—. ¿Me están jodiendo?

—Bueno, creo que debemos optar por un árbol artificial —menciono Jimin.

—Pues hay que darnos prisa.

Yoongi comenzó a caminar.

—No pienso pasar el resto del invierno apaleando nieve —dijo Yoongi en voz alta y Jimin simplemente elevo una ceja no comprendiendo del todo aquellas palabras.

A veces Yoongi era extraño.

—¿Vas a venir o no, Park? —la voz del chico pálido lo saco de sus pensamientos, soltó un largo suspiro antes de seguirle el paso.

Tienda tras tienda, en cada una de ellas preguntaban por un bendito árbol navideño, y en todas les decían lo mismo, están agotados, la preocupación crecía cada vez más en ellos, y no era solamente por el árbol, sino que también por el tiempo, sería cuestión de horas para que todo se terminará, el tiempo estaba contando. Mientras Jimin preguntaba en las tiendas de la acera de la derecha, Yoongi lo hacía en las de la izquierda, pero era lo mismo, ambos salían, sin algún rastro de felicidad en el rostro y sintiendo mucha más tensión sobre sus hombros.

Arboles artificiales no había, y mucho menos arboles naturales, las calles poco a poco se iban abarrotando cada vez más de personas, y era inclusive más difícil entrar a todas las tiendas.

—Es inútil —menciono Jimin mientras cruzaba la calle para ir hacia Yoongi—, esto es peor de lo que pensé.

—Y eso que te creías muy valiente para conseguirlo —Jimin rodo los ojos en cuanto escucho eso—, ¿en verdad? ¿Ni siquiera uno pequeño? —Jimin negó con la cabeza.

—Al parecer todos están comprando arboles nuevos desde el inicio de noviembre —menciono Jimin—, una mujer se comenzó a reír de mí cuando le dije que buscaba un árbol navideño.

—Un señor me dijo que estarían agotados en todas las tiendas, que no importaba a donde fuese —soltó un resoplido—, bueno, creo que tendremos que apalear nieve, Park.

—¿Por qué insistes con lo de apalear nieve?

—Porque sé que mi papá no me librará de castigos después de esto —miro a su alrededor, cada vez la calle estaba más llena de personas—, esto es un suicidio.

—Pues nuestra sentencia de muerte ya está hecha de todas formas —Yoongi se encogió de hombros—, debe haber una maldita granja de árboles o algo así.

Oh sí, claro que la hay, y Yoongi conoce muy bien ese lugar.

—La hay —dijo Yoongi y después volvió a mirar a Jimin, quien fruncia el ceño extrañado—. No me veas así.

—Pero —soltó un bufido—, ¿cómo sabes que hay una granja de árboles?

—Una vez por las prisas mi papá termino por comprar un árbol navideño en nochebuena, lo acompañe —se encogió de hombros.

—Sí sabías eso, ¿por qué carajos no me lo dijiste?

—¡Porque está muy lejos, idiota!

—¿A cuántos kilómetros?

—Es a las afueras de la ciudad.

—Es demasiado lejos —menciono Jimin—, tardaríamos tres horas, o más en ir y venir.

—Sí —Yoongi se volvió a encoger de hombros restándole importancia, ya se podía ver a él mismo con su pala para nieve en medio de la carretera principal—, bien, volvamos a casa.

—¿Volver a casa? —Jimin no podía creer lo que escuchaba—. No puedes rendirte tan fácilmente, Min.

—Oh, claro que puedo, Park —sonrió ladino y comenzó a caminar—, mírame.

—Iremos a esa granja.

—No lo lograremos.

—¿Podrías dejar de ser un maldito pesimista de mierda por una vez en tu vida? —Jimin comenzó a seguirlo.

—Bien, mi optimismo me dice que no lo lograremos —el sarcasmo en aquella voz suya no le gusto para nada a Jimin, así que de inmediato y sin cuidado alguno alcanzo a Yoongi y lo tomo por el antebrazo para jalarlo hacia su cuerpo, su agarre ere firme y lleno de fuerza, tanto que Yoongi no pudo evitar soltar un quejido por la sorpresa.

—¡Qué demonios! —exclamo Yoongi al ser atraído hacia el cuerpo de Jimin.

—Iremos a esa granja, Min —volvió a insistir, Yoongi fruncia el ceño mientras lo miraba a los ojos, y Jimin continuo—, no pienso rendirme tan fácilmente —se fue aproximando al rostro del de piel nívea, su tono de voz era duro y golpeado—, conseguiremos el tonto árbol de navidad, y tú vendrás conmigo, quieras o no, ¿entendido?

Por primera vez en su vida, Yoongi sintió un pequeño temor por la actitud que Jimin tenía en ese preciso momento, trago saliva para poder sentirse levemente más aliviado, aunque su cuerpo temblaba levemente, Jimin se percató de eso, pero no le dijo nada, ya tendría tiempo para molestarlo.

—Bien —dijo Yoongi y en cuanto sintió el agarre de Jimin con menos fuerza, zafó su brazo de un tirón—, iremos —dijo y Jimin sonrió—, pero no vuelvas a agarrarme de ese modo, idiota.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top