Capitulo 01
Exactamente hace dieciséis años, había ocurrido algo que hizo que Min Yoongi y Park Jimin, dejaran de reforzar sus lazos de amistad, podría haber sido un hecho sumamente ridículo, pero cuando eres un niño de seis años, sabes que todo tiene importancia, y más cuando se trata de tus objetos personales.
Era el cumpleaños número seis del pequeño Yoongi, una celebración que definitivamente nadie se quería perder, Yoongi estaba emocionado, demasiado emocionado, después de todo, no todos los días se cumplen seis años, no todos los días tienes una fiesta grande, así que Yoongi estaba sumamente feliz de poder tener toda la atención del mundo en él.
La señora Min era quien menos se veía apurada, pues con su embarazo de casi los nueve meses la obligaba a no hacer muchas cosas, pero ver a su pequeño hijo feliz por su cumpleaños la mantenía sumamente emocionada, Yoonjung refunfuñaba mucho debido a que no podía probar antes de tiempo el pastel, mientras que el señor Min se la pasaba de un lado a otro, demasiado ocupado como para pensar en lo que podía estar pasando afuera de la cocina.
Todo estaba de maravilla, hasta que llegaron los invitados más ansiados por la familia Min, la familia Park.
—Yoongi —Jimin no había dudado ni un solo segundo en acercarse al cumpleañero quien se encontraba feliz entre varios de sus juguetes que sus padres y abuelos le habían comprado en los anteriores años—. ¡Feliz cumpleaños!
Yoongi sonrió al escuchar a Jimin y se acercó a él para poder recibir el abrazo que le proporcionaba su vecino y su hasta ahora, mejor amigo.
—Gracias, Jimin —canturreo Yoongi mientras que Jimin se dedicaba a abrazarlo con fuerza y hacer que sus cuerpos se ladearan de un lado al otro—, me aplastas, Jimin.
—¡Lo siento! Pero estoy muy feliz de que estés feliz —y era verdad.
Mientras que los mayores presenciaban aquella escena tan tierna que se exponía ante ellos, sabían que sus familias podían ser grandes amigas desde siempre, pues por una casualidad del destino, el señor Park y el señor Min, fueron amigos muy cercanos en secundaria, mientras que la señora Park y la señora Min eran grandes amigas en la preparatoria, fue una casualidad que se encontraran estudiando en la misma preparatoria, y también fue una locura cuando comenzaron a salir, eran las parejas del momento.
—Se ven sumamente adorables —menciono la señora Park—, espero que esto nunca termine, se ve que serán grandes amigos.
—Sí, y eso espero —dijo la señora Min para después soltar un suspiro—, este calor me está matando.
—Tienes razón —menciono la señora Park—, amiga, deberías entrar, no es bueno que te dé tanto el sol.
—Tiene razón —dijo el señor Park—, hay que ir adentro por un rato.
—Sí, lo sé, pero —miro a ambos pequeños que seguían abrazados, aunque Yoongi estaba comenzando a protestar por el abrazo—, ¿y los niños?
—No te preocupes, amiga —sonrió—, ellos estarán bien.
Y con esas palabras, la señora Min se alejó junto a los Park, para darle una visita al señor Min dentro de la casa quien se encontraba cocinando, Yoongi fue el primero en percatarse de que su madre y los padres de Jimin se habían ido para estar dentro de la casa, y fue entonces que hizo que Jimin lo soltase.
No había adultos cerca, así que era tiempo de jugar a lo que ellos quisieran sin importarles nada, esas grandes oportunidades no deben de ser desperdiciadas nunca en la vida.
—Nuestros padres ya entraron a la casa —dijo Yoongi mientras se dedicaba a señalar la entrada trasera de la casa—, ¡hay que jugar!
Jimin de inmediato dio un asentimiento en aprobación a las palabras de Yoongi y ambos niños salieron corriendo para poder ir cerca del árbol que se encontraba en una de las esquinas del jardín, y también en donde se encontraban la mayoría de juguetes de Yoongi.
—¿Crees qué comamos pastel temprano? —pregunto Jimin mientras tomaba asiento en el césped y se dedicaba a agarrar uno de los juguetes, se trataba de un carro de carreras.
—Papá dice que el azúcar nos hace mucho daño a temprana hora —dijo Yoongi, aunque no entendía la razón.
—Mamá dice que parecemos un tornado arrasando con la ciudad cuando comemos azúcar.
—¡Igual que el demonio de Tasmania! —dijo Yoongi y Jimin de inmediato dio varios asentimientos aprobando las palabras de Yoongi—. Ahora que lo recuerdo, mira...
El pequeño Yoongi no dudo en llevar sus manos a los bolsillos de su pantalón, sonrió al sentir el reloj de bolsillo que su padre le había dado, todavía recuerda cuando lo despertó a media noche para darle aquel obsequio por su cumpleaños número seis, su padre le había mencionado que aquel reloj llevaba en la familia ya cinco generaciones, y que su abuelo se lo había dado a su padre y que ahora su padre se lo daba a él para que así cuando Yoongi tuviera a sus hijos, le diera el reloj a uno de ellos como regalo para que lo conservase.
Yoongi en cuanto saco el reloj, Jimin no pudo evitar soltar un pequeño grito de asombro, a pesar de los años que tenía ese reloj, se veía en muy buen estado, afuera del reloj te colocaba un dibujo de la rosa de los vientos, el reloj ya no sería, se había quedado a la hora exacta, las doce en punto, y es allí donde Yoongi lo dejaría, el color del reloj alguna vez había sido platinado, pero ahora parecía ser más un gris opacado por el tiempo, pero eso no importaba, seguía siendo un regalo muy importante.
—Es bonito —dijo Jimin.
—Lo es —dijo Yoongi, se sentía sumamente feliz por esto—, mi papá me lo dio en la noche, me dijo que esto era muy especial y que debía conservarlo y jamás perderlo.
—Es genial, ahora tienes una responsabilidad, Yoongi —el mencionado dio un asentimiento—, pero sería más genial que funcionara.
—Eso pensé —Yoongi inflo levemente sus mejillas—, pero no importa, al menos sé que es un gran regalo.
—¿Puedo tocarlo? —Yoongi no estaba seguro de si sería una buena idea, es algo que le había dado su padre, no podía entregárselo a cualquier persona.
—No, es mejor que lo guarde.
—Pero quiero verlo —Jimin estiro su mano hacia el reloj, pero Yoongi lo alejo—, no seas egoísta.
—No soy egoísta.
—Entonces deja que lo vea.
De nueva cuenta Jimin estiro su mano y esta vez logro agarrar el reloj, pero Yoongi no lo soltó, así que jalo de nuevo y Yoongi del otro lado.
—Suéltalo —dijo Yoongi, se estaba comenzando a molestar.
—Sólo quiero verlo por dentro, dámelo —volvió a jalar Jimin, pero Yoongi también lo hizo.
—¡Ya suéltalo, Jimin!
—¡Sólo quiero verlo, dámelo!
Y estuvieron forcejeando, Jimin jalaba para un lado, Yoongi para el otro, hubo un punto en el que ambos estaban jalando demasiado fuerte al mismo tiempo, que terminaron por soltarse y caer de espaldas, pero el reloj había salido volando, ambos niños, fueron testigos de cómo el objeto de bolsillo salía volando por el aire, y ambos niños pudieron presenciar como aquel reloj platinado golpeaba con fuerza la mesa en donde se encontraba parte de las bebidas, y los niños pudieron ver claramente como el reloj se abría, se partía exactamente en la unión de la rosa de los vientos y el reloj y como se dispersaba en la mesa, pero eso no era todo, sino que también la protección de vidrio delgado del reloj se quebró.
Yoongi no se movió, simplemente se quedó allí, observando el reloj roto, observando su primer regalo de cumpleaños roto, sabiendo que seguramente su padre se sentiría triste al saber que ese reloj estaba roto, Yoongi observo como Jimin de inmediato se levantaba de su sitio para correr a la mesa y tomar el reloj destruido en sus manos, y es ahí cuando Yoongi supo de quien había sido la culpa.
—Oh, no —dijo Jimin mientras tomaba las piezas del reloj y de nuevo corría hacia Yoongi—, Yoongi, esto se rompió, pero no te preocupes, seguramente pueden repararlo, ¿no?
—Fuiste tú —dijo Yoongi.
—¿Qué?
—Tú, ¡tú, tonto! Tú lo rompiste.
—Eso no es cierto.
Y allí fue cuando una bella amistad se rompió para el resto de sus vidas.
Los padres de ambos al escuchar el alboroto que estaban armando fueron de inmediato a ver lo que pasaba, y al encontrarlos pegándose y diciéndose los insultos más infantiles del mundo, se asustaron, no sabían lo que había pasado, y los niños nunca dijeron nada. Desde ese día, Yoongi detesto a Jimin, y Jimin odio a Yoongi.
Aunque el reloj jamás apareció de nuevo.
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